La indefectibilidad de
Tesis IX.
La Iglesia es indefectible en el cumplimiento de su misión.
Honorio I. Esta tesis es de fe, en el sentido que vamos a precisar ahora. Con el término «indefectibilidad» apuntan los teólogos a tres certezas relativas a
la Iglesia : 1)la Iglesia no perecerá; 2)la Iglesia no desfallecerá; 3)la Iglesia subsistirá hasta el final tal como Cristo la ha querido y fundado, sin experimentar cambios sustanciales que pudieran equivaler prácticamente a su desaparición.(…)La indefectibilidad dela Iglesia se reduce, en el fondo, a la fidelidad de Dios para con ella, fidelidad que explica y funda por sí sola esa indefectibilidad: como acabamos de ver, Dios le ha dado su palabra y no se retractará.Así, pues, para dar todo su sentido a esta indefectibilidad, no debemos separarla de otro aspecto del misterio eclesial, a saber, el de la alianza, que traduce la voluntad de Dios de no llevar a cabo su designio de salvación sin la colaboración del hombre. La indefectibilidad, por consiguiente, no hace superfluo el trabajo del hombre, sino que, al contrario, lo supone y lo estimula.«Es preciso sostener… que Cristo quiere el concurso de sus miembros… Misterio insigne sobre el que jamás se reflexionará bastante: la salvación de muchos depende de las plegarias, de las mortificaciones… y de la colaboración que los pastores y los fieles… deben aportar a nuestro divino Salvador» (Mystici corporis, en CEDP, 1. I, p. 1038-1039).Sin embargo, hay que guardarse muy bien de confundir la indefectibilidad de la Iglesia con su triunfo o con su perfección. Cristo, en efecto, ha prometido a su Iglesia que sería victoriosa, no triunfante. Incluso le predijo positivamente lo contrario (Jn. 15, 20). Nunca le prometió que iba a ser perfecta. En su indefectibilidad (o, como acostumbraban decir los padres, en su «virginidad»),la Iglesia de este mundo estará marcada hasta el final por los límites, las imperfecciones y los pecados de sus miembros. Así, pues, se evitará siempre con sumo cuidado el doble escollo al que nos hemos referido ya en la presente obra: minimizar la realidad humana en nombre de lo divino, evacuar lo divino en nombre de lo humano. Concretamente, las dificultades humanas no nos autorizan a olvidar la promesa divina, ni esta promesa nos dispensa de ver y resolver los problemas humanos.
Alejandro VI. (…) Referida a la totalidad del misterio eclesial, la indefectibilidad no significa en modo alguno: 1) la indefectibilidad de cada iglesia particular; 2) la indefectibilidad individual de los miembros de
la Iglesia , ni siquiera de los más eminentes. Así, pues, garantiza solamente la vida y la fidelidad del conjunto dela Iglesia.
Tomado de:
Faynel, P.
La Iglesia. Herder , Barcelona, 1974: pp. 41-44.