| 03 septiembre, 2012
La defección de los jesuitas.
Por Carlos D. Lasa
La Compañía de Jesús (Societas Jesu o Societas Iesu) es una orden religiosa de la Iglesia Católica fundada en 1534 por Ignacio de Loyola. La fórmula de esta institución, confirmada por Julio III en 1550, expresa lo siguiente: «Militar para Dios bajo la bandera de la cruz y servir sólo al Señor y a la Iglesia, su Esposa, bajo el Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la tierra».
Sin embargo, la realidad actual dista sobremanera de lo expresado por la referida fórmula ya que los jesuitas han emprendido un camino totalmente alejado de aquél trazado por la Iglesia Católica. Malachi Martin, ex jesuita y profesor del Instituto Bíblico, abre su libro de 1987 con estas palabras: “El papado y la orden jesuita –la Compañía de Jesús, para mencionar dicha Orden por su nombre oficial– están en estado de guerra”[1]. Esta situación referida por Martin se ve corroborada a diario: jesuitas cuyo deporte habitual consiste en descalificar la doctrina del Papa; universidades católicas de jesuitas que se ocupan, deliberadamente, de borrar de sus entrañas todo vestigio de doctrina católica; “teólogos” jesuitas que hablan de la muerte de Dios; etc.
Ahora bien, esta realidad patente a los ojos de todos, ya se encontraba en germen desde hace mucho tiempo en el seno de la Compañía de Jesús. A los cien años de su constitución, Pascal, en sus Cartas Provinciales, denunciaba el racionalismo de los jesuitas, consistente en acomodar la moral cristiana a los nuevos tiempos de secularización y mundanización de la existencia. Pascal espetaba a los jesuitas de su tiempo: “… la gente se sorprenderá al ver hasta qué punto habéis decaído del primer espíritu de vuestro Instituto, y que vuestros propios generales han previsto que el deterioro de vuestra doctrina en la moral podría ser funesto, no solamente para vuestra Sociedad, sino también para la Iglesia Universal”[2].
El gran filósofo del risorgimento italiano, Antonio Rosmini, aprueba la supresión de la Compañía de Jesús el 21 de julio de 1773 ya que en ella, afirma el ilustre pensador, “… había entrado la infección de la doctrina racionalista…”[3]. En una carta a Castracante, amigo de Rosmini, este último refiere: “… el mal principal, que amenaza en el presente a la Iglesia, es el racionalismo, el cual tiende a exaltar al hombre, a exagerar las fuerzas de su razón y de su libertad, a disminuir la eficacia de la gracia de Cristo y de los Sacramentos, en definitiva, a quitar, paso a paso, todo aquello que hay de misterioso en la revelación, a tal punto de modificar la esencia misma del cristianismo”[4].
Malachi Martin, a fines del siglo XX, señala la presencia del mismo mal en el seno de la Compañía de Jesús: el racionalismo. Este fenómeno prácticamente ha dejado muy pocas cosas en pie. Martin señala, casi al final de su libro: “El error básico del arrupismo (se refiere al Padre Arrupe, uno de los últimos generales de los jesuitas) fue que dedicó la poderosa energía de la Compañía de Ignacio a alcanzar el ideal del Hombre Nuevo en un medio terrenal, abandonando el ideal sobrenatural…”[5].
¿Qué sucederá con la Compañía?, ¿serán aquello que deban ser? Las palabras del Papa Clemente XIII siguen siendo proféticas: “Sint ut sunt, vel non sint” (“Seguirán como son –es decir, fieles a la naturaleza de la Orden– o dejarán de ser”).
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[1] Los jesuitas. La Compañía de Jesús y la traición a la Iglesia Católica Apostólica Romana. México, Lasser Press Mexicana, 1988, p. 11.
[2] Pascal, Blaise. Treizième Lettre. Écrite par l’auteur des lettres au Provincial aux Révérends Pères Jésuites. Citamos el texto de la edición crítica de Louis Lafuma. Oeuvres complètes. Préface d’Henri Gouhier. Préséntation et notes de Louis Lafuma. Paris, Éditiones du Seuil, 1963, p. 434.
[3] Antonio Rosmini. Il razionalismo teologico. En Opere Teologiche. Istituto di Studi Filosofici-Centro Internazionale di Studi Rosminiani. Roma, Città Nuova, 1992, p. 60.
[4] Carta citada por Giusseppe Lorizio en la Introduzione al escrito de Rosmini Il racionalismo teologico, op. cit., p. 16.
[5] Malachi Martin. Los jesuitas. La Compañía de Jesús y la traición a la Iglesia Católica Apostólica Romana, op. cit., p. 468.