| 10 abril, 2012
En el día de hoy, un celebérrimo blog del ubérrimo portal de Intereconomía –esa cadena en la que se tergiversa la verdad defendiendo que el Papa dio permiso al Rey para firmar la ley del aborto, y cuyo máximo accionista es el ex convicto Mario Conde– descalifica lo expresado en la entrada que hoy don Terzio dedica a la famosa homilía de Reig Pla sobre la homosexualidad el día de Viernes Santo. El blog intereconómico centra sus críticas hacia Don Terzio en tres puntos: a) La presunción de Inmaculez; b) No sale en defensa de sus pastores, como parece ser lo exigido en el caso de Reig Pla; c) Su esfuerzo no deja de ser narcisista e inútil.
Sobre el primer punto, resulta a todas luces sobrecogedor que el blog intereconómico acuse de purismo a Ex Orbe. Precisamente porque el intereconómico lleva tiempo haciendo gala de su mordacidad inmisericorde respecto a todo aquel obispo que no le cayera bien. No que fuese heterodoxo. Que no le cayera bien. Así, los ha tildado de tontos, de feos, de horteras, de mal vestidos, de inútiles, de pusilánimes, sin más explicación que el gusto subjetivo. No ha sido frecuente el leer algún razonamiento equilibrado sobre las diversas acciones episcopales que provocaban sus mordacidades. Hasta el punto de que llegaba a dar la sensación de que es los devaneos episcopales satisfacían sobremanera al intereconómico precisamente por darle ocasión de mostrar la versatilidad de su pluma. Una versatilidad que se ha ido mermando tras su entrada en Intereconomía, cumpliéndose el adagio: “Promoveatur ut removeatur”.
La actitud que censura el intereconómico a Ex Orbe es exactamente la misma que le dirigen a él muchos católicos que no ven con buenos ojos que en su nido se utilicen palabras malsonantes, vulgares y chabacanas para designar a ciertos prelados españoles, en ocasiones por motivos que a la mayoría se nos escapan. A los aludidos, el intereconómico los zarandeaba como “piadosillos”, “meapilas”, que se la “cogían con pinzas”. Curiosa mutación la suya.
Y sobre el narcisismo inútil, habría mucho que decir. Todos podemos tener nuestro punto de narcisismo. El intereconómico ha alcanzado un nototio prestigio y fama gracias a acoger toda crítica –corroborada o no- a los obispos españoles que le iba siendo enviada por cierto clero con pretensiones frustradas, y que encontraron en el blog del intereconómico un buen lugar para descargar su insatisfacción. Insatisfacción que el intereconómico supo acoger, pues el gran éxito de su blog ha sido servir de catalizador para todas estas denuncias y acusaciones secretas. Con ningún objetivo especial. Es decir, las críticas no eran motivadas por la restauración de la Cristiandad ni del esplendor del culto, sino en la mayor parte para acusar debilidades personales de algunos prelados en donde el intereconómico mostraba su satisfacción cuanta más carne se echase para asar. Mayor número de lectores, que afilaban su mordacidad, con el único objeto del lucimiento literario y del recuento permanente del número de lectores que tiene su blog para recordarlo periódicamente. La diferencia es que en el blog del intereconómico no hay ningún planteamiento de fondo, ningún relato, ningún objetivo. Es un blog autorreferencial, orientado a la ostensión de las cualidades literarias del autor cuando de ridiculizar a alguien se trate. Sin entrar en el planteamiento teológico-filosófico de fondo, cuya más alta cota es mostrar fotografías de religiosos con jerseys verdes. Será que el problema de la Iglesia es de sastres. Aunque de sastres se sabe bastante en Intereconomía.