A la revista (des) católica Criterio le preocupaba (junio de 2008) el conversionismo de la plegaria por los judíos reformada por Benedicto XVI para el Misal de 1962. Nos dice el artículo, citando al Cardenal Kasper, que los judíos necesitan tener la certeza de que la Iglesia no tiene un programa concreto de misión entre ellos. Que la plegaria del misal tiene un sentido absolutamente escatológico: los judíos se convertirán al fin de los tiempos. Lo que importa, ahora, es que quede desprovista de todo programa misionero.
L´Osservatore Romano, publicaba el 10 de noviembre de 2010 un artículo del dirigente judío, Renzo Gattegna, en el que reclamaba a la Iglesia una declaración abierta de renuncia a cualquier manifestación de intenciones de convertir a los judíos, acompañada de la eliminación de estos deseos en la liturgia del Viernes Santo.
Don Esteban Carusi, se lamentaba, en febrero de este año, del artículo publicado por L´Osservatore Romano, al considerar que la renuncia a la conversión de los hebreos es contraria al Magisterio constante de la Iglesia, singularmente a la encíclica Redemptoris Missio, a la declaración Dominus Iesus, y a innumerables condenas precedentes, así como opuesta a la Divina Revelación, y en abierta contradicción con la palabra de Cristo.
Hasta hace sólo unas décadas, la Iglesia no había dudado acerca de la universalidad del mandato misionero de Cristo, destinado a todos los hombres. No había dejado de rezar por la conversión de todos los hombres. Y no había vacilado en orientar su acción misionera hacia todos los hombres. ¿Por qué habría de excluir a los judíos de sus oraciones y de su apostolado? Hoy, al parecer, ya no se tiene la misma certeza. Nos gustaría que nuestros vecinos apologéticos vaticanosegundistas se animasen a dar alguna explicación.