| 25 noviembre, 2012
Parafraseando a un escritor argentino habría que decir que José Miguel Arráiz no es bueno ni malo sino incorregible. No obstante, desde nuestra bitácora tratamos de no ser tan pesimistas como Borges, a pesar de que el bolivariano es un personaje que se caracteriza por una asertividad -se escribe con ese, José Miguel, no con ce– proporcionada a su voluntarismo.
En uno de los comentarios nos ofrece una perla sobre la Pontificia Comisión Bíblica (PCB):
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A lo que habría que responder:
1º. Un poco de historia: “Entre la constitución de la PCB y el inicio de la primera guerra mundial, el mundo teológico estuvo marcado por la crisis modernista. A los documentos propiamente bíblicos, se añadió el decreto Lamentabili (04.07.1907), sobre los principales errores del reformismo o modernismo, cuyo elenco se extrajo, en gran parte, de las obras del exegeta Alfred Loisy. El 08.09.1907, Pío X publicará la encíclica Pascendi, sobre las doctrinas de los modernistas. En paralelo, durante estos años se pondrá un especial empeño en regular los estudios de Sagrada Escritura y en dejar claro el carácter «vinculante» de las decisiones de la PCB, a las que, en conciencia, hay que someterse del mismo modo que a los decretos de las sagradas Congregaciones referentes a la doctrina aprobados por el Pontífice”
2º. Ratzinger: “La Pontificia Comisión Bíblica ha considerado un deber, cien años después de Providentissimus Deus y cincuenta años después de Divino afflante Spiritu, procurar definir una posición de exégesis católica en la situación presente. La Pontificia Comisión Bíblica no es, conforme a su nueva estructura después del Concilio Vaticano II, un órgano del Magisterio, sino una comisión de especialistas que, como exegetas creyentes, y conscientes de su responsabilidad científica y eclesial, toman posición frente a problemas esenciales de la interpretación de la Escritura, apoyados por la confianza que en ellos deposita el Magisterio.”
3º. No es cierto que la PCB sea el organismo supremo de la Iglesia en materia bíblica ya que sus dictámenes no tienen valor magisterial. Por el contrario, el organismo supremoen materia bíblica es el Magisterio (pontificio o conciliar), que puede enseñar de manera vinculante, y ha decidido no participar a la comisión de su potestad docente. La PCB no es hoy otra cosa que un órgano consultivo de cuyas opiniones cualquier católico puede disentir legítimamente.
4º. Si es o no confiable, es un juicio que no cabe formular a priori, sino algo que tendrá fundamento en la ortodoxia y calidad científica de los documentos que elabore la comisión.
P.S.: Nos informa un comentarista que Arráiz ha rectificado . El error que hemos señalado, y justifica nuestra entrada, es revelador de la impericia del venezolano.
P.S.: Nos informa un comentarista que Arráiz ha rectificado . El error que hemos señalado, y justifica nuestra entrada, es revelador de la impericia del venezolano.