| 13 julio, 2011
Al hilo del gratissimum error mentis orugariano que reproducimos en la anterior entrada, nuestro gentil,amable y elocuente lector Ludovicus nos revela las conspicuas conversaciones que en la más íntima y estricta intimidad mantienen el presidente del gobierno español (trancazo súbito) y su leal colaborador, Alfredo Pérez Rubalcabra, que concurren para la confirmación de la tesis orugariana.
(Rodríguez Zapatero) Ave María Purísima!
(Rubalcaba) Sin pecado concebida.
(RZ) ¿Qué te trae por aquí?
– Pues Jose, que esto de ser cristiano anónimo me tiene a maltraer. Fingir que estamos en contra de la Iglesia cuando somos unos meapilas de la leche es enloquecedor.
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(RZ) Hombre no me lo digas a mí, que me tengo que contener y no comulgar en público. Decir que la gente es cómplice y sabe que soy más católico que el baldaquino de Bernini, de lo contrario me sentiría muy mal.
– Bueno, hemos disimulado con esas leyes de aborto y homosexuales.
(RZ) Sí, son para las minorías de no creyentes. De nuevo, el pueblo español es generoso y maravilloso: ha votado contra sus abrumadoras convicciones católicas para que esta pobre gente no se sienta mal. Puro disimulo, si viven la fe como nunca en sus mesas y en sus lechos.
– Amén.Tampoco se puede desdeñar la influencia del paganismo falangista de los años de la dictadura. Cuesta al cristiano superar eso.
(RZ) Sí, yo creo que la ley de eutanasia tiene que ver con ese residuo nazi que la Cristiandad hispana no termina de depurar. Esa será tu misión.
– Habrá que ser tolerantes y aprobarla, al fin de cuentas somos posconciliares. Pero tengo esperanzas en mi futuro mandato de lograr que el abrumador cristianismo sociológico cristalice en una Nueva Cristiandad.
(RZ) Creo que sí. Acabo de leer al nuevo Premio Ratzinger, y coincido plenamente con él: España es más católica que nunca. Sólo que todavía no se nota»