Sobre el ecumenismo del Papa Francisco

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Dado que el tema del ecumenismo en la Iglesia está generando no pocas tormentas en algunos católicos, he querido ofrecer a los lectores mis cuatro posts sobre el encuentro del Papa Francisco con los luteranos en Suecia, por si a alguien le sirven como medicina al alma:

Primer post
Ahora, como en tantas otras ocasiones, resuenan en mis oídos las palabras de Juan XXIII en su discurso de apertura del Concilio Vaticano II, un discurso histórico, grandioso, inspirado, en el que el Sucesor de Pedro dijo cosas nuevas, realmente nuevas. La voz de ese gran pontífice resuena en la Iglesia también ahora y sus palabras valen para nuestro momento histórico. Entresaco algunas líneas. Los subrayados en rojo son míos:
El supremo interés del Concilio Ecuménico es que el sagrado depósito de la doctrina cristiana sea custodiado y enseñado en forma cada vez más eficaz.
Una cosa es la substancia de la antigua doctrina, del depositum fidei, y otra la manera de formular su expresión.
Siempre la Iglesia se opuso a estos errores. Frecuentemente los condenó con la mayor severidad. En nuestro tiempo, sin embargo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia más que la de la severidad. Ella quiere venir al encuentro de las necesidades actuales, mostrando la validez de su doctrina más bien que renovando condenas.
En tal estado de cosas, la Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la antorcha de la verdad religiosa, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella.

Cuando releo estas palabras, no puedo evitar recordar el tono de voz de aquel inmenso y humilde Papa verdaderamente providencial. Almas tranquilizaos y recordad lo que significa la expresión Vicario de Cristo en la tierra.
Comentarios
2 comentarios en “Sobre el ecumenismo del Papa Francisco
  1. Llevo haciendo dos preguntas, de vez en cuando, desde hace muchos meses. Los defensores de la misericordia bergogliana no me han contestado nunca.
    La primera, expuesta en términos parecidos por Echenique en su comentario, es la siguiente: ¿Ha estado equivocada, y por lo tanto es errónea, la doctrina y moral de la Iglesia Católica durante estos dos mil años? Si es así, millones de católicos habrían estado haciendo el canelo durante todo ese tiempo. Porque lo que es claro, se ponga el P. Fortea como se ponga, es que hoy se está contradiciendo lo defendido antes.
    La segunda. La medicina de la misericordia… ¿por qué no se aplica, por ejemplo, a los Franciscanos de la Inmaculada? Y hay muchos más casos en el corto pontificado de Bergoglio. ¿Por qué, Padre Fortea?

  2. Al P Fortea se le ha parado el reloj. Si Lutero, cuyas tesis son diametralmente opuestas a las de la Iglesia Católica, es un testigo del evangelio, entonces tiene razón y la Iglesia Católica ha estado equivocada durante 500 años por lo menos. Si Lutero es testigo, la Iglesia Católica es un antitestigo. Así de claro. El razonamiento no admite vuelta de hoja. Bergoglio vete ya con tu lío monumental y con tus obispas lésbicas.

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