| 04 diciembre, 2016
Hoy pongo ante vuestros ojos este magnífico fragmento de un pergamino. Lo interesante es la manicula que señala a una línea en concreto. Una línea escrita con una impecable letra uncial. Paradójicamente, las letras iniciales rojas muestran estar escritas por otra mano. Nada tiene que ver el trazo seguro y nítido de las unciales, con el trazo inseguro, casi pintado, de las iniciales
Después están las anotaciones marginales, verdaderamente encantadoras, y las anotaciones bajo las líneas. Una de ellas parece decir delectarioms.
Una curiosidad para acabar, todos los lectores de mi blog han tenido la sospecha de que un anónimo que comentaba en los últimos posts era alguien a sueldo del régimen cubano. ¿Por qué? Primero porque no hay castristas fuera de Cuba. En Cuba sí que hay algunos, pero la población carece de Internet. Así que la conclusión es clara.
La otra razón por la que sospechamos todos que era alguien a sueldo del régimen para intervenir en las redes sociales era que su labor consistía en dar falsas noticias acerca de mi persona. En los años que llevo, algunos lectores han sido muy contrarios a mi persona, pero siempre se mantenían dentro de ciertos límites de decencia. Mientras que éste se tomaba un tiempo llamativamente grande en esparcir infundios.
Lo mismo me pasó hace un año, cuando intervine en una televisión de México para defender a un obispo al que una cadena local denigraba. Inmediatamente, aparecieron cosas falsas acerca de mí en facebook. Dos personas que no conocía de nada afirmaban calumnias concretas contra mí. Soltaron la pelota para que rodara y dos días después sus cuentas desaparecieron.
Yo diría que «delectationis»…
Me encanta su pergamino… ¿nos podría decir su procedencia?
Querido páter:
Es una copia casi renacentista, le diría por su letra humanística redonda (1400 largos), de la Epistula ad Pisones (el arte poético) de Horacio con glosas. Ay, lo que debe lo que debe lo que hoy llamamos cultura clásica, a su pasado pagano, a los cristianos. A los más silenciosos de todos –y, al tiempo, los más locuales, como demuestra ese texto-: los religiosos. Son los vv. 333-344: Aut prodesse uolunt aut delectare poetae […] lectorem delectando pariterque monendo. Supongo que no los ha escogido al azar: condensan aquello en lo que el arte cris-tiano puso el acento al interpretar al de Venusia: el poeta como maestro de vida (y no otro fue el afán de la mejor poesía moral cristiana, complemento de la hímnica, ya poesía divina) enseña sus caminos deleitando; y, por eso, como recomienda, con frases como saetas, cortas para alcanzar el corazón, y temas próximos a la verdad.
En cuanto a lo de los dos copistas, no me apostaría nada. Sí creo, sin embargo, que hay dos glosadores. Separados por cierta distancia temporal entre sí. Así lo me lo parece a la luz de la glosa interlineal al v. 338 (Fictaque uoluptatis causa [sint proxima ueris]) que usted señala. Ahí se lee “delectationis” por una mano y, al lado, por otra mano y tinta, la abreviatura de “per”. Delectationis va como sinónimo de uoluptatis, mientras que el per ayuda al lector a la hora de traducir: “sean las ficciones por causa de deleite cercanas a la verdad”.
La manícula es del glosador del per. Se ve que la tinta es la misma, que anota encima: “Hic dicit Oratius quod — quando loquitur superflue omnibus fastidit et ideo — debet bene loquere et breviter.” Y bajo la manícula: “Dicit ergo Oratius quia ille non simul tractat —— omnem laudem.” Los guiones van por lo que se me escapa, por las abreviaturas o lo castigado del pergamino. Que no está mal para tener unos seiscientos años.
Con afecto, en este día de la patrona de la artillería y del artillero damasceno reciba un saludo preñado ya por el calor del Adviento con el que solicito su bendición para mi familia.