| 06 enero, 2017
No he puesto ninguna foto, hasta hoy, del congreso del Partido Comunista de China. ¿Por qué? Porque allí no está el Poder. En las asambleas muy numerosas nunca está el Poder. Los que verdaderamente toman las decisiones críticas, los que tienen el timón en sus manos, son siempre grupos pequeños, en cualquier régimen.
Son diez, veinte personas, las que deciden en los próximos diez años el imperio (económico) chino se va a anexionar África o no, y cómo va a hacerlo. La anexión será económica, por supuesto. Para ellos no tiene ningún interés más territorio.
Pero esa anexión tendrá batallas invisibles, pero verdaderas batallas. Son diez, veinte personas las que deciden seguir apuntalando a un presidente de una nación o dejarle caer o apoyar económicamente al partido adversario o permitir que un general amigo de la Roma asiática envié al extranjero al presidente corrupto.
No, no son las fotos del congreso general las que tienen para mí interés alguno. Eso es pura manifestación, no callejera, sino de funcionarios. Aplaudirán unánimemente hoy. Dentro de dos años aplaudirán unánimemente justo lo contrario y con la misma sonrisa.
Alguno me dirá que he sido muy duro con la cúpula china. Bueno, qué otra cosa se puede ser con una maquinaria de opresión de seres humanos.
La foto de arriba me recuerda sólo a un cine. Es sólo una vulgar escenificación. Los de arriba están tan aburrido como los de abajo. Todos asisten porque es la costumbre. Pero allí no se decide nada. Es sólo un aburrido desfile de discursos de plástico.