| 15 septiembre, 2016![]("https://4.bp.blogspot.com/-S9MCAwwfyyU/V9qtkiuz8lI/AAAAAAAAP3Y/Qqaxj684I-oOS9y5NA6bYPhGobdfsqchwCLcB/s400/RET%25C3%2593RICA%2BA%2BHERENIO%2B%25283%2529.jpg")
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Hay varias naciones que están experimentando un sostenido crecimiento económico. Pero hay un proceso que parece cada vez más claro: el crecimiento económico no está generando el empleo que se esperaría. El índice de crecimiento del PIB se está mostrando incapaz de asumir la masa de desempleados. Hay que tener en cuenta que cada vez se necesita menos mano de obra para hacer cualquier cosa. Dado que la mano de obra es la partida donde una empresa se juega la competitividad respecto a los adversarios, es en respecto a esa partida donde se está investigando más, donde se hacen mayores innovaciones.
Y ese esfuerzo está resultando muy exitoso. Estamos siendo más exitosos en reducir la mano de obra necesaria en cualquier proceso que en producir empleo a base de crecimiento económico. Dicho de otra manera, el índice de reducción de mano de obra es superior al índice de creación de empleo por aumento del PIB.
Las consecuencias de este desfase no se le escapan a nadie. Vamos camino de una sociedad en la que una minoría muy pequeña va a ser archifantásticamente rica, rodeada de una pequeña franja intermedia de alrededor de un 10% de profesionales. El resto de la nación serán pobres desempleados sin ninguna expectativa más que vivir de los fondos gubernamentales.
Aconsejo leer Rerum Novarum de León XIII, en esa encíclica se advirtió de forma bien clara que el capital abandonado a sí mismo acabaría esclavizando a la sociedad. Los procesos económicos si no son reconducidos pueden acabar siendo de una crueldad espantosa. La solución no es el comunismo. Ya lo hemos probado unas 200 veces y no ha funcionado ni en el Caribe ni en Indochina, ni con alemanes ni con los mozambiqueños. La solución a estas alturas del siglo XXI es una mezcla de Rerum Novarum y New Deal.
No descartemos la posibilidad de un desastre natural que redujera notablemente la población, lo que a su vez conllevaría la anulación de casi toda la maquinaria existente. Dentro de esa hipótesis (que la veo inevitable en un espacio de tiempo muy breve), nuestra forma de vida quedaría reducida, muy posiblemente, a técnicas próximas a la Edad Media.
Es cierto que la Rerum Novarum aporta ideas novedosas en la forma de enfocar el sistema económico, pero dado el tiempo que estamos viviendo hay razones para sospechar que la dirección en la que vamos actualmente, nos deslizamos más hacia caminos que nos llevan a la autarquía, que a una renovación del sistema económico.
La única forma de que no haya desempleo, es destruyamos todas las máquinas, aviones, barcos, coches, teléfonos, todos los medios de comunicación, todo el progreso. Organizamos una guerra a palos, para ver quien se queda con un trozo de tierra y todos a cavar con una azada, eso sí, hecha de palo no de hierro y con un trozo de silex en la punta. Trabajaremos tantas horas para recoger 10 kilos de patatas que no tendremos ningún desempleo, porque hasta los viejos y los niños tendrán que agachar la espalda.
Liberalismo del bueno, aquí lo explican mejor
https://www.youtube.com/watch?v=H7nNugnJ7HM
El único principio que hay que tener claro en Economía es: «No robarás»
El resto se da por añadidura.
https://www.youtube.com/watch?v=_MbWB84XUrQ
El aumento exponencial de la productividad es una realidad desde hace un par de siglos. Más o menos la misma antigüedad que tienen las ideas que expone ahora; antes se llamaban maquinismo o similar. La realidad lleva los mismos doscientos años desmintiendo esa creencia, pero aquí sigue, erre que erre.
Los clérigos, junto a profesores y periodistas, han sido siempre muy socialdemocratas, no sé por qué. Si esas ideas fueran ciertas, USA sería un páramo de desempleo, u Holanda, o Singapur, o Australia, frente a España que sería un país con pleno empleo, habida cuenta de que la productividad española es una porquería, y la de cualquiera de estos países es muy superior.
Por supuesto, es justo al revés. Cuanto más aumenta la productividad -es decir, cuanto menos horas de trabajo humano hacen falta para producir una unidad de un bien-, más aumentan los salarios, y más cae el desempleo.