Elegía a Fidel Castro

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Dios le dio 90 años a su alma para cambiar, para entender, para pedir perdón. Pedir perdón a sus millares de víctimas, a sus millones de oprimidos, pedir perdón a Dios, a sí mismo… Perdonarse a sí mismo para seguir viviendo con dignidad, para no vivir bajo el remordimiento, bajo el peso de una culpa abrumadora, para no vivir como Macbeth, como un animal acorralado, acorralado y mordido por su propia conciencia.
Ahora el tiempo se ha acabado para Fidel Castro. Ahora ya no hay poder sobre la tierra ni santo ni ángel que pueda otorgarle el perdón. Él, que sentenció a tantos, si ahora está sentenciado, ya no encontrará perdón ni en este mundo ni en el cielo.
Castro, que no tuvo piedad de tantos que suplicaron misericordia, si ya no ha encontrado perdón, ya no lo encontrará nunca. Él que hizo un infierno de la vida de muchos, si ha entrado en el infierno, ahora sufre con los ojos abiertos. Él que siempre tuvo los ojos de su conciencia cerrados ahora ve. En el infierno o en las espantosas moradas de la purificación destinadas a monstruos como él, ahora ve, sufriendo… pero, por fin, ve.
Ahora no le son de ninguna ayuda ni todas las manifestaciones multitudinarias en la Plaza de la Revolución que se puedan convocar en su honor ni todos los artículos que el diario Gramma escriba loándol ni todos los discursos del Partido que lo ensalcen hasta las nubes. Todo eso… ya no sirve. Ahora está solo, con su alma. Encerrado en la terrible prisión de su alma. En el reino oscuro de Satanás o en las prisiones inmateriales del lugar de purificación su destino le estaba esperando. Durante 90 años, su destino eterno le estaba esperando.
Pero sea que ahora esté en una morada o en otra, lo que no os queda ninguna duda es que la Justicia ha recaído sobre su pequeña y miserable alma. La única duda, la única, es si su espantosa situación durará siglos, o siglos sin fin.

Comentarios
8 comentarios en “Elegía a Fidel Castro
  1. Padre, lo suyo no es muy misericordioso q digamos, no? . No quiero filosofar, Sólo le recuerdo que el que sabemos está gozando del cielo es el malhechor que fue crucificado junto a JESUCRISTO.

  2. Padre, lo suyo no es muy misericordioso q digamos, no? . No quiero filosofar, Sólo le recuerdo que el único que sabemos está gozando del cielo es el malhechor que fue crucificado junto a JESUCRISTO.

  3. Teresa de Ávila estaba muy apenada porque un tío suyo se había suicidado lanzándose desde un puente, más oyó una locución divina que la consoló » Teresa, entre el puente y el agua, estaba Yo «. No le deseo el infierno a nadie, pero un buen purgatorio/purificatorio nos vendrá bien a todos, en esta vida o en al otra.

  4. Nuestro Señor Jesucristo lo dijo muy claro: Por sus frutos, los conoceréis. Así es que creo que la opinión del padre Fortea sobre el destino eterno de Fidel Castro, sin duda, se acercará mucho a la realidad. Que un acto de contrición perfecta se dé, en el momento final, en un alma habitualmente muy alejada de Dios y que ha hecho gran daño al prójimo es un milagro de la Gracia que no es fácil presuponer que se haya producido en el caso de Castro. De todas formas, efectivamente, se puede y se debe rezar por él y por todos los difuntos. Esa oración puede ayudar a otros, en el supuesto de que a Castro no le sirviera.

  5. Añado a mi anterior comentario que, después de sus aseveraciones sobre el juicio de Jesucristo a Fidel Castro, quizá debería ofrecer un misa por su alma en compensación.

  6. No entiendo cómo, hace unos días atrás, decía que era una monstruosidad si el diez por ciento de las almas se condenaran y hoy da sólo la opción del infierno o el purgatorio de siglos de duración para el comunista.

    Coincido en que fue un desastre, como todo marxista, pero ¿cómo puede afirmar lo que afirma respecto al estado actual de su alma?

  7. El padre Fortea omite decir que una oración tuya o mía puede acortar el purgatorio de Fidel, de Stalin, de Hitler o de Judas. Aún más: Dios pudo darles la gracia del arrepentimiento final en previsión de las oraciones que tú y yo hagamos hoy.

    Y, si la oración por un difunto concreto no fuese ya necesaria -por haber alzanzado el cielo- o inaplicable directamente -por estar en el infierno-, nunca se pierde; por la Comunión de los Santos, beneficiará a otros.

    – Salve Regina, Mater misericordiae…

  8. ¿Y cómo sabe usted si en el momento final no tuvo un acto de contricción perfecta; si Jesucristo no le ha tenido en cuenta sus errores por encontrar en él buena voluntad; si no estará ya en el cielo, o le queda poco para estarlo?

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