| 21 diciembre, 2016
El otro día hice mi primer bautismo en el hospital. Tantos años y nunca había entrado en la restringida zona de neonatos. Verdaderamente restringida para que no entren virus en los nacidos prematuramente.
El sábado pasado casé en la catedral a una antigua monaguilla mía. Me hizo mucha ilusión, mucha de verdad.
Cambiando de tema, mi novela sobre el Apocalipsis está camino de ser dejada en espera un mes. Sigo sin ver con claridad muchas cosas de ella. La primera de todas las cosas: quién es la Bestia. Perdón, quién puede serlo en el futuro. Ya que ahora todavía no está formada.
Otro problema es que tendrá diez reyes consecutivos. Si un presidente de una nación está cuatro años, eso significarían cuarenta años a contar a partir de ahora. Aunque uno dure poco tiempo, que menos dos o tres años cada uno. Eso aleja la novela de nuestra época, que era el propósito de esta ficción.
El otro problema es la índole religiosa de la Bestia, clara en el libro del Apocalipsis. Ahora es todo lo contrario: secularismo. Como se ve, problemas y más problemas que no he logrado solucionar por más conversaciones que he tenido.
Lo que sí que me gustaría escribir con brevedad es un artículo sobre la corrección de Burke al Papa comparándola con el episodio de san Pablo y san Pedro, referida en Gálatas. Sería un artículo enfocado desde un punto de vista exegético y ateniéndome a la cuestión del famoso episodio bíblico. Me temo que las conclusiones no serían del todo favorables al cardenal Burke, al que le tengo cariño y aprecio. Pero ya llevo meditando el texto desde hoy por la tarde, y me parece que las conclusiones no van a ir en su línea. En fin, ya veremos cómo se da el día de mañana.
El viernes vienen mis padres a casa a pasar la Navidad: se acabó la paz.
Iglesiacatequerisblog, sostiene que:
Pero más allá de su éxito póstumo, la disputa entre Pedro y Pablo fue enormemente provechosa como enseñanza para la Iglesia. En efecto, Pedro se animó a discutir con Pablo, ya sea a solas, como en asamblea pública, y después otra vez en Antioquía. Y lo grandioso es que Pedro siempre se mostró dispuesto a debatir, dialogar y confrontar. Nunca consideró un error la postura de Pablo, aun cuando no la compartiera. Y ese altercado sirvió para que se pensara, discutiera y examinara una de las cuestiones fundamentales de la fe cristiana, como es la de la salvación (k Cristo basada en la Pascua y no en la ley de Moisés.
Ése es el mensaje que nos dejaron estos dos pilares del cristianismo: que la Iglesia debe aprender a discutir y a dialogar todos los temas, incluso los más graves y comprometidos, aun cuando parezca que la postura contraria es errónea. Porque como dice Rabindranath Tagore con la belleza de sus palabras:
«Si cierras la puerta a todos los errores, terminarás dejando afuera a la verdad».
Mmm… me parece, querido páter, que los reyes de hoy no son los presidentes de los gobiernos. Multinacionales, lobbies, organizaciones no gubernamentales… éstos son los que hoy parten el bacalao. De los que los gobiernos y partidos políticos son calco. Representaciones incluso en su imagen (mujeres, homosexuales…) El cristiano siempre mira a la esencia de las cosas, no a las representaciones. El poder se ha desplazado, si es que alguna vez en lo que llaman democracia moderna estuvo en los gobiernos. Así que tiene un amplio margen para imaginar. Y que ya ha sido explorado por la literatura popular, por los cómics. En los años 80 y principios de los 90 hubo muchos, incluso en norteamérica, que hablaban de esos gobiernos de multinacionales gobernados por mujeres que sólo pensaban en la belleza. Leídos hoy, sorprenden por su vigencia.
Esos poderes resuelven la segunda parte de su problema: nada de secularismo. Han creado una religión hedonista, como nunca antes, que no se considera religión, sino opuesta a las religiones o tolerante con todas las religiones siempre que no pretendan ser religiones, es decir, dar culto y adorar a nada que no sea lo que propone esa religión que dice no serlo. Y quién es la Bestia si no el gran engañador, que era su nombre antiguo. El gran decepcionador, el que se esconde, el que no da la cara. Creo que el mundo de hoy se lo pone a huevo.
Abrazos y buena suerte.
P.D. Los comentaristas de nuestra tradición (recreados literariamente en Cervantes) del paso de Gál 2,11-14 decían desde una vivísima fe, frente a lo que se suele suponer: Omnis autem huius rei difficultas ex eo est: quod videtur absurdissimum Petro affingere aut errorem aut culpam, quod si illum a culpa liberamus, Paulum condemnare videmur vel procacitatis, qui recte agentem obiurgauerit, vel mendacii, qui, cum non obiurgarit, obiurgasse tamen scripserit; quod, si quis posset huius orationis sic interpretari sententiam vt Petrum liberaret a peccato et Paulum a procacitate et mendacio, is certe optime interpretatus eam esset.