Amoris Laetitia y la paz de saber el lugar que ocupo en la Iglesia (III parte)

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Pocas cosas me han hecho tan feliz en los últimos días, como recibir unos comentarios en mis posts sobre Amoris Laetitia en los que algunas almas de Dios me escribían cosas del tipo: padre, gracias, he recuperado la paz; le quedo agradecido porque vuelvo a amar a la Iglesia y el Papa; sus palabras me han devuelto la luz y la calma; y cosas por el estilo. No sabéis la satisfacción que me produce saber que he restaurado, que he sanado, que he unido.
Es cierto que otros me han descalificado como persona por tratar de hacer eso. Pero eso lo daba por descontado y en ningún momento me he sentido ofendido. A ellos les digo: si creer en la Palabra de Dios, si dar mi sincero asentimiento a todos y cada uno de los dogmas de la Iglesia y a su entero Magisterio, si estar unido por la obediencia a mi obispo y al Papa no bastan para no ser un hereje, entonces, hijos míos, ya no sé qué bastaría para estar en la ortodoxia. ¿Quizá hacer caso a algunos blogs?
Alguno me acusará de que mi visión es muy cándida. ¡Ojalá fuera totalmente angélica! Ojalá la candidez y blancura de mis ojos al examinar al Vicario de Cristo fuera como la de Santa Teresa de Lisieux o la Madre Teresa de Calcuta.
Ha habido cuatro cardenales que han pedido la aclaración de algunos puntos de Amoris Laetitia. Ya he dicho que no voy a defender la exhortación criticando a nadie. Pero permitidme esta reflexión: estoy totalmente de acuerdo con la forma en que esos cuatro cardenales están convencidos en que los puntos dudosos deberían ser aclarados. Antes de leer el modo en que los cuatro cardenales aclararían esos puntos imprecisos, ya os digo que estoy seguro de que su postura expresa lo que yo hago en el confesonario.
Si ellos ya saben cómo aclarar esos puntos antes de recibir la aclaración: entonces, ¡haya paz! Saben la aclaración antes de recibirla. Cuánto me alegro, lo digo con sinceridad, de que esos príncipes de la Iglesia tengan luz (y la tengan abundante) a las respuestas aun antes de recibirlas. San Francisco de Asís diría: Bendita la hermana exhortación que nos enseña comprensión, bendita la hermana carta de los cuatro cardenales que nos enseña la tradición.

Esos cuatro cardenales llevan interpretando Amoris Laetitia de acuerdo a la tradición que supone el magisterio de la Iglesia. Lo han hecho públicamente, de forma abierta y clara. ¿Alguien les ha llamado la atención? Por supuesto que no. Pues no necesitamos más para sentarnos juntos a la mesa a cenar y charlar amigablemente y ver cómo vamos desarrollando la reflexión teológica acerca de la nueva situación eclesial que estamos viviendo a nivel mundial. Lo repito, no necesitamos más para tener paz.
Comentarios
7 comentarios en “Amoris Laetitia y la paz de saber el lugar que ocupo en la Iglesia (III parte)
  1. Paz, paz, paz… Padre Fortea, la paz es precisamente lo que nos falta. Quise hacer una lectura comprensiva de la Amoris Laetitia, en la línea que vd. propone, y continuamente tenía que apartar de mi mente las dudas que me asaltaban, como si fueran tentaciones. Ahora, con la carta de los cuatro cardenales, mis dudas cobran sentido y legitimidad. Si ellos también las tienen, no serán tan disparatadas. Y si el Papa no da respuesta… ¿cómo vamos a tener paz?

  2. Padre Fortea
    Como uno de tantos fieles, veo con ppreocupacion lo que nos esta ocurriendo como Iglesia. No son precisamente estos tiempos, tiempo para desgastarnos en que si lo que quiso decir es o no lo que muchos leemos. Amoris Laetitia es lejos mucho mas que eso, nos desafia a anunciar la familia a cuidarla, a acompañar a jovenes, novios, recien casados a adultos mayores, etc, respetando pastoralmente las diversas culturas,etc. Pregunto cuantos seran los divorciados vueltos a casar en el mundo que realmente les interese el comulgar, si apenas los casados con facultad para comulgar apenas van a la misa dominical? Vean como este fenomeno que empezo en europa hoy dia se empieza a notar en america latina. Pareciera ser que en el afan de congratularnos con las cosas del mundo hemos perdido nuestro norte misionero y evangelizador en cambio nos hemos dejado mundanizar por las cosas del mundo. Recemos a Maria que es quien nos lleva primero a Jesus, para de ahi llegar a Dios. Como sociedad tambien hacemos el recorrido del hijo prodigo creo que recien estamos dejando la casa.

  3. Padre Fortea
    Como uno de tantos fieles, veo con ppreocupacion lo que nos esta ocurriendo como Iglesia. No son precisamente estos tiempos, tiempo para desgastarnos en que si lo que quiso decir es o no lo que muchos leemos. Amoris Laetitia es lejos mucho mas que eso, nos desafia a anunciar la gamilia a cuidarla, a acompañar a jovenes, novios, recien casados a adultos mayores, etc, respetando pastoralmente las diversas culturas,etc. Pregunto cuantos seran los divorciados vueltos a casar en el mundo que realmente les interese el comulgar, si apenas los casados con facultad para comulgar apenas van a la misa dominical? Vean como ezte fenomeno que empezo en europa hoy dia se empieza a notar en america latina. Pareciera ser que en el afan de congratularnos con las cosas del mundo hemos perdido nuestro norte misionero y evangelizador en cambio nos hemos dejado mundanizar por las cosas del mundo. Recemos a Maria que quien nos lleba primero a Jesus, para de ahi llegar a Dios. Como sociedad tambien hacemos el recorrido del hijo prodigo creo que recien estamos dejando la casa.

  4. Estimado Padre, con todo humildad coincido con las expresiones del Padre Iraburu y sus explicaciones y enseñanzas sobre la Doctrina. Sé que hay quienes piensan que parte de los matrimonios celebrados dentro de la Iglesia no son válidos realmente por lo cual el Sacramento como tal no ha existido, forma sin materia, no se si tienen razón, pero si la tienen la pregunta surge naturalmente ¿ qué estamos haciendo ?, seguimos uniendo gente en apariencia y colaboramos con lo que se ha dado en llamar el fracaso ? Por otra parte puede fracasar un Sacramento legítimo, materia y forma ? es el término fracaso canónicamente válido ? cuando en la modificación sel proceso canónico sobre el matrimonio se utiliza ese término, qué significa ?, es una tipología jurídica o moral -objetiva- el fracaso o es un hecho una consecuencia de conductas humanas deliberadas ?.
    En definitiva, la solución es tratar de arreglar de alguna forma relativa el pasado sin atender al presente donde continuamos generando matrimonios que pueden no ser válidos ?. Gracias. Gerardo

  5. Ay! Padre Fortea: Usted dice: «Si ellos [los cuatro cardenales] ya saben cómo aclarar esos puntos antes de recibir la aclaración: entonces, ¡haya paz!»

    ¿Porqué ofender de esa manera el intelecto de los cardenales y de los fieles? Por supuesto que los cardenales tienen clarísimas las respuestas de la dubia, no son preguntas en el sentido propio de la palabra, en términos jurídicos se llaman «posiciones» y se formulan en el desahogo de una prueba confesional, en ellas están explícitos los hechos o respuestas que el oferente de la prueba quiere demostrar en el juicio.

    A estás posiciones solamente se contesta con un si o un no, incluso después de la respuesta se puede aclarar lo pertinente, pero en caso de que el interrogado se niegue a responder se tienen por ciertos los hechos que se pretenden demostrar. [Mateo 5:37 Pero sea vuestro hablar, ‘sí’, ‘sí’, y ‘no’, ‘no’. Porque lo que va más allá de esto, procede del mal.]

    Luego entonces. usted ha perdido de vista la gravedad del asunto, esto es un escandalo para la Iglesia, y mucha responsabilidad la tiene el Santo Padre por su gusto de no hablar claro y mucho menos de explicitar lo que dice, el pueblo no tiene estudios de teología para comprender a la primera lo que el Papa intenta decir, es más, voy más allá, a los propios clérigos han quedado perplejos, y lo peor que el Papa Francisco se ha negado a contestar la dubia desde hace meses, ¿acaso no es obligación de Pedro confirmar en la fe a sus hermanos? El punto que pretendo aclarar Padre Fortea es que los cardenales no tienen que aclararse nada, ahí está el Magisterio bimilenario de la Iglesia, el que tiene que aclarar es el Santo Padre los textos ambiguos de la exhortación que pareciere están contrapuestos a la Revelación pues Nuestro Señor ordenó: «el que ve con malos deseos a una mujer comete adulterio» o «el que se casa con un divorciado o divorciada comete adulterio» o «lo que ha unido Dios, no lo separe el hombre», ¿le parece muy rigorista Nuestro Señor padre Fortea? No sabía que los fariseos eran los que permitían el divorcio? No olvide que son cuatro los máximos deberes de los pastores: a) La fidelidad a Cristo, b) la enseñanza de la sana doctrina, c)la administración de los sacramentos y d) la edificación de los fieles (sobre todo con el ejemplo del pastor).

  6. padre Fortea yo no soy muy instruida en estas cosas porque hay 20000 vericuetos y a veces una palabrita lo cambia todo.Los fieles comunes necesitamos clarisima claridad para entender, a la exhortacion la leemos todoooos.Por otro lado no se si en la mesa se puden sentar a comer los que estan siendo acusados de rigidos y faltos de caridad con los que los acusan.

  7. Los cuatro valientes Cardenales conocen cuál es la respuesta a sus preguntas a la luz del Magisterio de la Iglesia, evidentemente. Lo que les preocupa es que el Papa tenga una respuesta a esas preguntas diferente de la del Magisterio. Son algunos textos de la «Amoris Laetitia» los que les hacen temer que esto sea así y de ahí la petición de aclaración. Respecto a lo de tener paz, yo la tengo porque confío en Cristo, pero eso no quita que esté preocupada por la situación clara de ambigüedad y confusión respecto a cuestiones morales y doctrinales muy graves que se está dando durante el presente Pontificado. Eso sí, en ningún momento he dejado de amar a la Iglesia y al Papa; ruego a Dios por ambos y aconsejo a los demás católicos que también lo hagan así.

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