Amoris Laetitia: aguas revueltas, algunas reflexiones ulteriores tras reposar el texto

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Estos días baja el río un poco revuelto con respecto a Amoris Laetitia. No pensaba yo decir nada, pero últimamente las aguas comienzan a agitarse algo más. Por si mi palabra puede servir de luz y guía alguien, aquí van algunas reflexiones. Pero hablo desde la humildad, no queriendo decir la última palabra, ni queriéndome erigir en criterio que hay que seguir.
La exhortación apostólica no cambia nada y lo cambia todo, como dijo el cardenal Kasper. Lo que era pecado sigue siendo pecado. Pero, qué duda cabe, que debemos realizar una aproximación pastoral nueva a la realidad de los divorciados, de los que viven en uniones de hecho, de los homosexuales y también, como nó, con los hermanos cristianos separados.
Esto no es relativismo. El padre de la Parábola del hijo pródigo no promueve el relativismo al abrazar a su hijo. Pidió perdón. Sí, pero le hubiera abrazado igualmente si hubiera venido y no hubiera dicho nada. Al menos se acercaba a su padre. Otros se acercan a la verdad, se acercan a la Iglesia. Jesús comió con pecadores y no por eso estaba promoviendo el relativismo.
Por otra parte, no parece mal un estudio pormenorizado (y hasta crítico) de la exhortación hecho por los grandes teólogos. Un estudio hecho por parte del ignorante fanatizado resulta completamente inútil. Leer ese tipo de cosas es una pérdida de tiempo.
Pero análisis como los del padre Iraburu (es el que más me ha gustado) y otros autores son, sin duda, un enriquecimiento, un diálogo como el texto pontificio. Nada de malo hay en una confrontación eclesialmente sana de ideas y argumentos. Eso es un ejercicio muy sano, no hay que tener ningún temor a ello y el Papa Francisco sería el primero en estar interesado en escucharlos.
Ahora bien, también hay otro tipo de críticas que son agrias. ¿Que se puede hacer una lectura negativa y sólo negativa de la exhortación? Por supuesto. Cuando un texto se lee por parte de alguien a ver por donde se puede “pillar” al autor, el diálogo con esa persona resulta extenuante. ¿Por qué? Porque la mayor parte de “peros” son de primer curso de teología.

Podemos leer Amoris Laetitia a “pillar” a su autor, o podemos leerla a ver si su discurso nos aporta algo, a ver si nos ayuda a abrir nuestra mente a nuevas perspectivas. Debemos sobrenaturalizar la recepción de esta exhortación. Debemos espiritualizar su lectura.

 La lectura debe sacar lo mejor de nosotros (fe y humildad de la recepción), no lo peor. Debe ser acicate para una mejor reflexión teológica por parte de los grandes teólogos, pero el texto no puede ser visto como una diana por parte de un pobre infeliz que no sabe nada, pero cree ser un Atanasio redivivo. 

Sí, entre los peones del tablero, sobran los atanasios y faltan los lectores humildes. Hay que intentar leer la exhortación con Jesús, en su presencia. Entonces, uno se fija en lo positivo de ese texto. Esta exhortación apostólica (como todas) no es Palabra de Dios. Sólo se nos pide bondad en la lectura, por lo menos a ti y a mí que somos hijos pequeños de la Iglesia.
Comentarios
13 comentarios en “Amoris Laetitia: aguas revueltas, algunas reflexiones ulteriores tras reposar el texto
  1. Fortea está loco…

    Luego el Padre de la parábola, si el hijo no volvía arrepentido, no se daba el caso que quería enseñar Cristo.

    Sólo un fanático de la ideología anti-santidad como Bergoglio y su séquito Germano-Austríaco-Belga, o un loco como Fortea, puede interpretar así esta parábola

  2. Padre Fortea:
    Segundo: La parábola del hijo pródigo. Señala usted que el Padre recibió al hijo y que este le pidió perdón, pero igual el padre lo hubiera recibido si no le hubiera pedido perdón.
    Padre Fortea porque tratar de torcer la Escritura y poner palabras donde no las hay. Yo no soy teólogo pero hay que entender esta parábola desde el arrepentimiento del hijo que se origina cuando después de caer en lo más bajo, volvió en sí y dijo me levantaré e iré a mi padre. Asi como su camino de regreso a casa que es el camino de la conversión, es decir, dejar el pecado. Yo no se padre, tal vez leer tanta teologia le ha embotado un poco el entendimiento, pero su aseveración de que da igual pedir perdón o no es indiferente al padre, pues de cualquier manera lo hubiera recibido no aporta nada más que seguir promoviendo la confusión reinante. Pues da a entender que no es necesario pedir perdón al padre por nuestros pecados. Ahora al escribir estas líneas caigo en cuenta que ud. tal vez sea un modernista.

  3. Padre Fortea:
    Primero: Su palabra no da luz y no habla desde la humildad, sino que minimiza a los laicos (ignorantes) cuyas opiniones son del curso introductorio de teologia. Pero soslaya que las ovejas necesitamos ser guiadas por verdaderos pastores que amen la verdad.
    Usted señala que leamos AL desde el espíritu y que cree padre Fortea, encontré en el punto No. 149 último párrafo, algo que me erizó los cabellos. Que le dice el Espíritu padre Fortea sobre los maestros orientales y la ampliación de la conciencia.
    Yo requiero que me sea aclarado quienes son los maestros orientales a que se refiere el autor del documento y que significa la ampliación de la conciencia.
    Increíble que en una exhortación apostólica un Papa haga referencia a las religiones o filosofias paganas con el objeto de lograr la «Ampliación de la consciencia» para «la perfección y dilatación del deseo». Esto no le suena New Age padre Fortea?
    Por
    eso quiero que como laico católico me sea aclarado ese texto ambiguo al igual que muchos otros. Por lo que me uno al requerimiento que han formulado los cuatro cardenales al Santo Padre.

  4. Su comentario, P. Fortea, es agua de borrajas. No dice nada, absolutamente nada, acerca de las tales aguas turbulentas, y de los gravísimos problemas que ha traído AL. Es desesperante ver que, en lugar de defender la verdad, hay tantísimos clérigos que lo que defienden es al jefe, al superior, lo que el diga…

  5. Padre Fortea… usted siempre con la misma cantinela… Tanto hablar de humildad y siempre descalificando a los que no piensan como usted…
    La primera caridad es la Verdad… Cristo es la Verdad y los cristianos, cuando no vemos claro, debemos pedir a la autoridad de la Iglesia que diga una palabra que ponga luz a los «nudos»… en este caso de Amoris Laetitia.
    Así zanjaremos el problema y se acabó.

  6. Dejemos a Dios ser Dios y oremos unos por otros por nuetra salvación y la del mundo . No seamos jueces de nadie Dios y el Espíritu Santo harán su voluntad . Lo que es de Dios saldrá a la luz y lo que no el sabra que hacer .

  7. La indisolubilidad del matrimonio y que es un sacramento que Dios hace se me transmitió con la fe a traves de todos los que me educaron y formaron, primero mis padres. El matrimonio es uno con una y para siempre.La Amoris Laetitia plantea que el matrimonio verdadero es provisional mientras que el adulterio es irreversible.A quien hago caso? , a la fe que he recibido o a la confusión reinante? .Si Cristo dice que todo el que se divorcia de su mujer y se casa con otra comete adulterio, quien se han creído que son esos eclesiástico-falsos salvadores – para decir lo contrario? Todos los Papas juntos no hacen la salvación , sino Cristo , cuyas palabras no pasan. y son las verdaderamente misericordiosas.

  8. ¡Qué cara más dura tienes, Fortea! Llamar «pobres infelices que no saben nada pero creen ser unos Atanasios redivivos» a los cuatro eminentes cardenales que han escrito con humildad las serias dudas y reservas que les suscita A.L. y han pedido con respeto y humildad una aclaración, es una muestra de desprecio y soberbia por tu parte que debería avergonzarte.

  9. Padre Fortea lo preocupante es que los que quieren hacer una lectura permisiva por demas lo logran con facilidad y eso desemboca nada mas ni nada menos que en sacrilegio.Lo digo porque hable con un sacerdote que hacia esa interpretacion y ademas acusaba de duros de corazon a los que la inerpretaban como corresponde,no puede haber dos lecturas, no es rico es confuso, No trae debate trae sacrilegio,Azcona es sacrilego y se la banca ,nosotros somos tibios que es peoooor,

  10. Creo que ante temas que importan a la salvación de las almas, no falta la asistencia del Espíritu Santo a los débiles, imagínese si hubiera que ser teólogo especialista, para poder estar habilitado, para ver con preocupación que algunas diócesis, con fundamento en Amoris Laetitia, estén dando plena libertad a confesores no especialistas, para administrar la comunión a personas en estado de pecado intrínsecamente grave…

    Estas nuevas luces que ahora tiene la Iglesia, muy poco tiempo después de la promulgación de la Familiaris Consortio, implican un cambio al cual no todo el mundo va a asentir aceleradamente, se observa que solo los progresistas más extremos lo hacen de este modo.

  11. En cuanto al asunto de esta exhortación que más polémica está causando, el referente a los divorciados vueltos a casar, pienso que a todo ese lío se ha llegado por empeñarse en no reconocer que el divorcio existe, no solo para los judíos, sino también para los ciudadanos de muchos estados, aunque sea pecado. También por empeñarse en no reconocer como válidos matrimonios contraídos según las leyes vigentes, si son entre hombre y mujer, claro está; no hay que olvidar que los ministros del matrimonio son los contrayentes. Desde la Iglesia se está actuando hipócritamente cuando no se ve pecado en que alguien casado por lo civil, incluso con hijos, se pueda divorciar y casarse por la Iglesia, quizá con alguien más rico, prestigioso, atractivo, joven, saludable, etc.; y, sin embargo, ni siquiera se permite a los casados por la Iglesia, que se divorcian y se vuelven a casar por lo civil, que puedan reconciliarse con Dios, a no ser que se vuelvan a divorciar o que convivan como hermanos. Esta situación me parece algo absurdo, que denota falta de sentido común y dureza de corazón.

    Quiero dejar claro que yo no discuto el mandato de que “el hombre no separe lo que Dios ha unido”, sino que el hombre no pueda separarlo, pues incluso en la Ley mosaica es abominable a los ojos de Dios que alguien vuelva a casarse con la mujer de la que se divorció, si esta ha estado después casada con otro (Deut 24,1-4).

  12. Lo que nosotros pedimos, Padre Fortea, es claridad en el texto. QUE NO QUEDE NINGUNA DUDA. Imagínese, si cuatro eminencias de la Iglesia Católica le piden al Papa que aclare el texto, ¿qué nos queda a nosotros, los pobres fieles que no tenemos ni el primer curso de teología? Por otra parte, ¿por qué molesta tanto que se pida CLARIDAD en el texto? ¿No son palabras de NS Jesucristo el SI, SI; No, No? Humildemente opino que el texto es confuso ex profeso; a sabiendas se ha difundido un texto ambiguo y de equívoca interpretación. ¿Por qué el Papa aprueba un texto que tanto mal está causando a las almas?

  13. La Conferencia Episcopal italiana, apoyada por Bergoglio, con el nuevo lenguaje blandengue de la AL, dice que hay que superar la esclavitud de la ley para pasar al estado vaporoso de la gracia. En consecuencia va más allá de la comunión a los divorciados resposados. Con la excusa de la acogida a los gays, aprueba ya abiertamente la homosexualidad, enterrando el Catecismo y la FC. ¿ No estamos cada vez más cerca del cisma ? ¿ Quien lo provoca sino Bergoglio ? ¿ Todavía hay fieles que no quieren abrir los ojos ? ¿ Quieren despertarse con su pasividad en una Iglesia protestantizada ? http://www.lanuovabq.it/it/articoli-i-vescovi-italiani-non-hanno-dubbigli-attivisti-gay-entrano-nei-piani-pastorali-18066.htm

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