| 21 mayo, 2015
Los obispos españoles denunciaron en 1937 la barbarie que la República desató, convirtiendo a la Iglesia en el blanco de todas sus atrocidades. Los nombres de los españoles que cayeron enfrentándose a aquella orgía de crueldad y crimen metódicos quieren ser borrados de los muros de las iglesias que defendieron con sus vidas. No merecen ser condenados al olvido políticamente correcto.
El obispo de Segovia se llama César Augusto Franco. Nomen est omen, decían los romanos porque creían que el nombre determinaba en gran medida el destino de quien lo llevaba. Shakespeare preguntaba «¿Qué hay en un nombre?. Plauto le contestaba desde el fondo de los siglos precedentes: «El nombre es un signo, es un presagio». Además de por otras muchas razones, esperemos que al obispo de Segovia le salga el signo, el presagio y el destino que lleva implícitos en su nombre (César Augusto Franco) para hacer frente a la demanda del picapleitos Eduardo Ranz sobre la retirada de los, según él y su sectaria memoria histórica, símbolos franquistas que aún hay en numerosas iglesias de la provincia de Segovia. El picapleitos de la demanda debería ilustrarse. Lo conveniente sería que el obispo de Segovia le diera una suerte de catequesis histórica para que aprendiese que en las iglesias no hay, ni siquiera cuando Franco ( el Generalísimo, no el obispo) vivía, lo que él denomina símbolos franquistas. Lo que sí hay, cada vez menos, son los listados grabados en piedra de los «Caídos por Dios y por la Patria» en las iglesias y parroquias de muchos pueblos de Segovia, de Castilla y de algún que otro lugar de España. Sus nombres aún permanece en los muros de las parroquias de sus pueblos porque los vecinos y los sacerdotes a los que, con su sacrificio, les salvaron la vida así los quisieron homenajear. ¡Qué menos!. El picapleitos de la demanda debería saber que la memoria histórica de los que dieron su vida «por Dios y por España» no es un símbolo franquista, es el recuerdo de lo que él prefiere no evocar porque la memoria de lo que hicieron los republicanos, la izquierda, el Frente Popular y el Ejército Rojocontra Dios, contra la Iglesia y contra España «abrasa con acercase sólo a mirarla». Para refrescarle la memoria histórica (la de verdad, no la de la propaganda socialcomunista y separatista) al picapleitos Eduardo Ranz, bastaría con que Monseñor Franco le recordase la Carta Colectiva de los Obispos españoles dirigida al Vaticanoen 1937. Dice, entre otras muchas cosas: «Que la Iglesia, a pesar de su espíritu de paz y de no haber querido la guerra ni haber colaborado en ella no podía ser indiferente en la lucha (…) Hoy por hoy, no hay en España más esperanza para reconquistar la justicia y la paz y los bienes que de ellas derivan, que el triunfo del Movimiento Nacional (…) Debemos ahora un esbozo del carácter del movimiento llamado nacional. Creemos justa esta denominación. Primero, por su espíritu; porque la nación española estaba disociada, en su inmensa mayoría, de una situación estatal que no supo encarnar sus profundas necesidades y aspiraciones; y el Movimiento fue aceptado como una esperanza en toda la nación; en las regiones no liberadas sólo espera romper la coraza de las fuerzas comunistas que le oprimen (…) «La irrupción contra los templos fue súbita, casi simultánea en todas las regiones, y coincidió con la matanza de sacerdotes. Los templos ardieron porque eran casas de Dios, y los sacerdotes fueron sacrificados porque eran ministros de Dios (…) Prueba elocuentísima de que la destrucción de los templos y la matanza de sacerdotes, en forma totalitaria fue cosa premeditada, es su número espantoso. Aunque son prematuras las cifras, contamos unas 20.000 iglesias y capillas destruidas o totalmente saqueadas. Los sacerdotes asesinados, contando un promedio del 40% en las diócesis devastadas en algunas llegan al 80% sumarán, sólo del clero secular, unos 6.000. Se les cazó como perros, se les persiguió a través de los montes, fueron buscados con afán en todo escondrijo. Se les mató sin prejuicio las más veces, sobre la marcha, sin más razón que su oficio social…» Luchando contra esa barbarie cayeron muchos españoles. Murieron «por Dios y por España» como denunciaban los obispos en 1937. Por eso hoy se quiere borrar hasta el último rastro de su memoria: sus nombres grabados sobre los muros de las iglesias que ellos defendieron con sus vidas. Esperemos que el obispo de Segovia no los condene también al olvido políticamente conveniente, porque sin su sacrificio él, probablemente, no sería hoy obispo.
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Dicho esto sería DE COÑA, que ahora, tarde y mal, y tras su destructiva tarea de demolición nacional, se aprestasen a fabricar un neocatolicismo tan forzado como el franquista.
¿ Por que , mejor no nos dejan en PAZ que bastante daño nos han hecho?
La Iglesia Católica ( LA IMPERIAL, LA UNIVERSAL) ha tenido muchísima responsabilidad en los desastres que han acontecido a lo largo de la historia de España.
SI ha habido una fuerza que se haya opuesto con mayor ímpetu a la demolición de lo nacional en España ha sido siempre la Iglesia Católica ( recordemos las infames guerras carlistas y su asesina secuela: ETA, tan «comprendida» y «apoyada» por la jerarquía católica o antes aquel emperador AUSTRIA que nos arruinó para construir la Pirámide de San Pedro )
La iglesia católica siempre ha reforzado lo «antinacional» en España al punto de seguir su empresa de demolición apoyando los nacionalismos catalán y vasco, fomentando el nacionalismo gallego y el valenciano ( este siempre como parte del proyecto más ambiciosos de los «paises catalanes» )
Todo proyecto » católico » para España, antigua potencia » globalizante» definitivamente desarticulada en el XIX es la disolución de lo que queda de España. No se podía consentir la rivalidad con el único » IMPERIO», el ROMANO aunque fuéramos » CATOLICOS»
Jesuitas ( que vergüenza verlos en los pujantes Estados Unidos mientras han destrozado España) ,y Opus ( sus sucesores) se han turnado en la tarea de demolición histórica…
Lo importante siempre fue el IMPERIO DE ROMA , hoy vemos a ROMA inclinarse ante los nuevos poderes mundiales PROTESTANTES ( Inglaterra, EUA) por ella ungidos.
Fue ROMA la acabó con ESPAÑA y la que arruinó ESPAÑA
Un buen ejemplo es un famoso dirigente del Movimiento Nacional que engendró a un hijo fuera del matimonio, con una mujer tambien casada y nunca se arrepintió ni le reconoció legalmente.
vaya comentario absurdo y sin sentido. En la república era peor, mira lo que hizo Companys con el marido de su amante.
Estimado D. Eduardo. Todo lo que dice usted está muy bien, pero hay que recordar la historia desde el principio. En el año 31 recién proclamada la República, salen los obispos en carta conjunta haciendo un llamamiento a los católicos para que acepten el nuevo régimen. Y cuando se aprueba la constitución los obispos tienen que volver a pedir a los católicos que acepten esa masónica constitución. entre tanto ya había corrido el fuego y la sangre y las procesiones se habían prohibido, estaba prohibido decir «viva cristo rey» y festejar el corpus, muchos profesores ya por católicos ya por sacerdotes que daban clases en colegios son retirados y se les prohíbe dar clase y se les envía al paro. Se prohíbe los sacerdotes castrenses, las clases de religión, y tantas y tantas cosas. Y los obispos tragando y llamando a los católicos a tragar. Y claro, pasó lo pasó y luego en el 37 los obispos a llorar y a denunciar. Pues, como que no. La primera culpa la tuvieron los obispos que deberían haberse opuesto desde el primer momento, sucediendo los asesinatos y quemas que estaban sucediendo, en vez de llamar a los católicos a aceptar lo inaceptable.
Esto ya es el colmo
Que todavía hoy haya quien justifique el «movimiento nacional» es de risa
Esto sería delito en muchos países.