Me hablan de la página web «Religión digital» como de la más importante, visitada y financiada por las instituciones más próximas a la jerarquía, de la Iglesia Católica en España. Entro en la misma y esta noticia la confirma la propia página a bombo y platillo, con mención expresa de la Conferencia Episcopal, Cáritas, Universidad de Comillas etc. A la vista de todo ello deduzco que se trata de una empresa de ideario, cuyo objetivo no es otro que el de dar a conocer el Evangelio y extender su mensaje, como discípula de Cristo en la actual era digital. Veo que lidera la página José Manuel Vidal e inmediatamente considero que es la persona garante de que la página, en el marco del género periodístico al que pertenece, responda a las expectativas que su imagen ad extra generan: fidelidad al dogma, respeto y seguimiento actualizado del Magisterio y vis expansiva apostólica, que es connatural a toda iniciativa de raíz cristiana. Todo, en principio, responde a este planteamiento y la impresión visual inicial de la página es estupenda: diseño moderno y didáctico, en el que es muy fácil distinguir y acceder a los distintos y variados apartados que la página ofrece: España, Diócesis, Vaticano, América, Mundo en lo geográfico; Vida religiosa, solidaridad, otras confesiones; en lo ascético y ecuménico: Educación, juventud; Libros, turismo, arte, opinión… En esta primera ojeada únicamente me llama la atención que el primer apartado de la página es el que yo he puesto, al ordenar contenidos, en último lugar: opinión. En efecto, cuando el tema que nos ocupa es Dios, lo nuclear no son nuestras opiniones, sino la mayor cercanía y fidelidad a lo que Dios ha dicho y las consecuencias que de ello se derivan para la valoración de lo que ocurre hoy. Nuestras opiniones, siempre respetables, no son el contenido más relevante, cuando de Religión se trata. Lo más relevante es dar a conocer, con la mayor fidelidad posible, lo que Dios nos ha manifestado, como fórmula de solución de cada uno de los problemas con los que hoy, en el siglo XXI, nos enfrentamos. Para ello ha dotado a su Iglesia, en la que creemos los católicos, del Magisterio. A partir de ese Magisterio, no otro, nuestras opiniones y razonamientos nos ayudarán a profundizar, aplicar prácticamente y completar opciones cristianas para cada problema y situación. La desviación comienza cuando la opinión, al margen del Magisterio o incluso en contra del mismo, pretende erigirse en criterio rector del comportamiento cristiano. Volvamos a la página que nos ocupa y a las aportaciones de su director. El primer contenido que leo del mismo, fechado el día 9 de este mes de junio, responde a la noticia de la oración del papa Francisco con los líderes árabe (Abbas) e israelí (Peres). Es una noticia muy bien elegida, netamente adecuada por su contenido y relevancia religiosa. Supone una siembra de paz para un conflicto largo y sangriento y tiene un alcance ecuménico igualmente de profunda raíz cristiana. Pero… llama poderosamente la atención que la cita doctrinal de autoridad que el sr. Vidal hace, con entrecomillado literal expreso, para fundamentar lo oportuno de la iniciativa papal, sea de una persona, Hans Kung, (al que el autor del artículo presenta como «teólogo católico disidente, impulsor de una ética mundial»), que desde 1979 tiene prohibido enseñar teología católica. Esta prohibición, que sigue vigente, no responde a un oscuro criterio inquisitorial, sino a las reiteradas afirmaciones contrarias al dogma y magisterio católicos en varios libros, que no hace al caso mencionar ahora de modo exahustivo (por todos y, en especial, su «Credo»). De hecho, la cita realizada, en su contexto, responde más a una actitud sincretista, que al ecumenismo que promueve y alienta la Iglesia Católica por medio del Papa Francisco. Si seguimos analizando contenidos de la página comentada nos encontramos con que, efectivamente las opiniones son lo primordial, incluso en detrimento o contradicción con las verdades de nuestra fe. Las viñetas gráficas, con texto incorporado, que periódicamente se publican en la misma, van desde aciertos didácticos, catequéticamente hablando, hasta chistes y comentarios que cuestionan o ridiculizan verdades de fe, en el límite de lo blasfemo. Todo mezclado, con el mismo formato, la misma firma y el «respaldo moral» de credibilidad para un lector no iniciado y de buena fe, de una página web católica, por las razones apuntadas al comienzo de este artículo. Me llama la atención la última viñeta que he leído, sobre un tema en el que el director de la página escribe a modo editorial tomando partido. Se trata del tema del celibato sacerdotal. Parte de lo que de él ha dicho recientemente el Papa Francisco: «el celibato es una regla de vida y un regalo para la Iglesia», es decir un mensaje claramente positivo sobre el mismo, para seguidamente atacarlo con todos los argumentos al uso y concluir, por aquello de que una imagen vale más que mil palabras, con la viñeta mencionada, en la que aparece un sacerdote con un bebé en brazos y su esposa en un discreto segundo plano, con el siguiente texto: «Un cura con su hijito en brazos, sería un testimonio del amor de Dios, mayor que todos los celibatos del mundo». Aparte de que para ese testimonio la Iglesia ya cuenta con nosotros, los padres de familia, (hace falta ser «clericalón», para no darse cuenta de semejante obviedad), la razón de la mayor disponibilidad, que secularmente ha esgrimido la Iglesia en defensa del celibato, ni siquiera la utiliza el autor del artículo para, al menos, hacer un planteamiento equilibrado y objetivo del tema. Es su opinión lo primordial, al fInal, lo único… Esta es, en mí opinión, que también tengo derecho a opinar, la raíz podrida del hilo conductor profundo de esta página web. Los fieles de la Iglesia no somos adultos porque contribuyamos «creativamente» a rediseñar el tesoro de la fe. Nuestra creatividad tiene muchos campos en los que ejercitarse; el profesional, periodístico, literario, mecánico etc. Cuando se trata del tesoro de la fe, recibido de nuestros mayores y celosamente custodiado por la Iglesia a través de su Magisterio, nuestra actitud de cristianos adultos consiste y debe ser la de aceptar, asimilar y vivir del modo más auténtico y coherente posible las verdades de la fe y las consecuencias que dichas verdades tienen para nuestra vida, en este tiempo que nos ha tocado vivir. Son muchas las funciones, cristianamente positivas, que puede cumplir una página web en nuestro tiempo: informar actualizadamente de todas las noticias que tienen que ver con la realidad religiosa; denunciar los ataques a las personas de los cristianos por su condición de tales o a las verdades de nuestra fe; argumentar y explicar las verdades y la moral cristiana con palabras asequibles al gran público, cumpliendo en el siglo XXI la función catequética que cumplían los artistas antaño con pinceles o cincel. Pero respecto de las verdades sobrenaturales reveladas por Dios, no somos propietarios ni rediseñadores, sino depositarios y destinatarios de los mandatos y normas de vida que contienen y beneficiarios si las cumplimos. La página que comento podría hacer un gran servicio a la Iglesia y a los cristianos que la componemos, teniendo clara esta idea. Si, por el contrario, prioriza opiniones humanas «creativas», sobre las verdades de fe, hará un gran daño, tanto mayor cuanto mayores sean los apoyos institucionales y la consiguiente credibilidad y fiabilidad con que se presente al cristiano de base. José Javier Castiella, notario
Religión Digital

| 20 junio, 2014
Me parece esclarecedor y valiente el artículo de FRANCISCO JAVIR CASTIELLA. Parece en los tiempos actuales que lo que «mola» y lo «progre» es hablar mal o despreciar lo que hace la gente sensata y aborrecer la tradición lo que siempre se hizo y llevó a tantas personas a Dios.
Me enriquece mucho más «un testimonio de fe o de amor cristiano concreto» que doscientas noticias, opiniones y juicios sobre cualquier tema. «OBRAS SON AMORES Y NO BUENAS RAZONES» dice el refrán castellano. «POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS » dice Jesús en EL EVANGELIO.
Excelente artículo que clarifica y pone en su sitio a los responsables de Religión Digital. Joel si no te gusta el artículo no desprecies a su autor, porque yo, que no me gusta tu respuesta, no te voy a llamar bobo. Esteban, es una página de información católica herética. Si fuera de información religiosa en general tocaría las otras religiones, y aquí no se dice nada de los musulmanes o budistas, por ejemplo.
Religión Digital no es una página católica, es una página de información religiosa y punto. Ahí mismo dice «Información religiosa de España y el Mundo»; siendo un medio de información únicamente, no se porque tenga que someterse a las directrices del Magisterio católico
Felicidades por el artículo.
No se puede explicar mejor.
Una opinión, la de José Javier Castiella, que comparto totalmente.
Y me admira que respalden esa página web RD, desorientadora de la fe, tales anunciantes…
fEDLICITO A JOSÉ JAVIER CASTIELLLA. Su análisis y reflexiones sobre el contenido tendencioso de Religión Digital son muy acertados.
Menuda bobada de artículo. Querer juzgar un portal de información religiosa según los cánones de la fe y la moral… De bobos está el mundo lleno, por muy notarios que sean