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La trascendencia a golpe de click

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(La Semilla de Mostaza)- Desgraciadamente, es la primera vez en nuestras vidas que afrontamos la Semana Santa sin misas públicas. Dentro de lo malo, puede ser una oportunidad mayúscula para, primero, valorar la eucaristía como nunca lo habíamos hecho y segundo, aprender a rezar en casa, en familia, como católicos adultos.

Acostumbrarnos a orar en casa es quizá el precioso regalo que puede traernos esta espantosa enfermedad. Introducirnos en la meditación, en la contemplación, saborear las Sagradas Escrituras. Dios saca siempre grandes bienes de grandes males. Esta puede ser la ocasión de, si no lo hacíamos, descubrir la importante oración del rosario, ahondar en los Padres de la Iglesia, sumergirnos en las vidas de los santos y, por qué no, celebrar una liturgia de la palabra con los nuestros.

Y es que estamos acostumbrados a delegar las cosas más importantes de la vida, desde la educación de nuestros hijos hasta el cuidado de nuestra Fe. Los sacerdotes son esenciales en la administración de los sacramentos, pero nuestra vida de fe no puede depender exclusivamente de ellos. Esta situación nos está recordando que una verdadera vida espiritual no puede vivirse de forma pasiva.

Lo cierto es que nos hemos habituado a ese pasotismo. Necesitamos todo masticado y en bandeja. Necesitamos consumir el producto. De ahí el afloramiento de todas las misas, adoraciones y demás ocurrencias telemáticas que, con toda buena intención por parte de los emisores y los receptores, se han multiplicado durante estas semanas de confinamiento. ¿Es que no sabemos rezar? ¿Es que el consumismo digital tiene que llegar también a los sacramentos? ¿Es tal nuestro infantilismo espiritual que hemos de depender de los sacerdotes hasta cuando, por desgracia, no les es posible estar con nosotros?

Nuestra religión es encarnada, Cristo ha entronizado lo humano con su abajamiento. Empobreciéndose él, nos ha enriquecido y ha consagrado lo carnal, lo palpable, lo real. Esta situación excepcional ha provocado que no podamos ir a misa, adorar al Santísimo, disfrutar de su presencia en la santa hostia. ¿Eso quiere decir que hemos de recurrir a la televisión como quién ve un espectáculo? ¿El consuelo espiritual por medio de un botón del mando a distancia? ¿La trascendencia sacramental en tu salón a golpe de fibra óptica? ¿La redención de la humanidad a través de 42 pulgadas?

Evidentemente, no digo que sea malo en sí mismo ver una misa por la televisión. En un momento de completa sequedad espiritual a lo mejor ayuda, quién sabe. Pero sería una pena, que en una situación como la actual, en un momento con tintes apocalípticos, casi de persecución, de guerra, encerrados en casa, no sepamos apagar esos dispositivos omnipresentes en nuestra vida normal y rezar austeramente, sin intermediarios a base de píxeles.

Apagar los ruidos y las pantallas y rezar según el modo que nos decía nuestro Señor. En nuestra habitación, en lo escondido. Nuestro Padre, que ve en lo escondido, nos recompensará. Y con creces.

Franz Joseph von Hohenstaufen

Viribus unitis

Publicado en La Semilla de Mostaza.

Comentarios
3 comentarios en “La trascendencia a golpe de click
  1. En mi opinion desde el punto de vista de una simple ama de casa sin una gran formacion religiosa, voy a darte mi opinion, desde ya que la santa misa en YouTube no llena la falta de sacramentos, pero si me ha ayudado a rezar la santa misa con el misal romano, mi experiencia es con la misa tridentina, no me dedico a ver la sentada sino que sigo cuando hay que estar parados o arrodillados, y tambien repito los himnos gregorianos, para mi es como seguir el rezo del Santo Rosario o el Via Crucis, me ayuda mucho, es mas yo tengo niños pequeños y puedo rezarla a un horario que los niños duermen y vivir las oraciones con mas atencion, claro no es lo mismo ir en persona, sentir la presencia de Dios en el templo, ver las imagenes bellas, el incienso, el organo que te pone los pelos de punta, compartir los rezos en persona con otros fieles, ver la sagrada Eucaristia y resivirla, pero me esta ayudando mucho a rezar con mas atencion la santa misa en casa.

    Creo que con la misa nueva que ya de por si es bastante desacralizada y se presta a la dispersion, no tiene la riqueza de las oraciones y el gregoriano, se puede prestar a verla en forma mas relajada, comoda, indiferente desde el sofa y sin devocion, creo que la invitacion no es a criticar la santa misa grabada sino a cambiar la por la fuerza de las oraciones de la Santa Misa tradicional.

  2. Ahora que lo pienso, como habrá hecho el cardenal G Pell? Siendo sacerdote, ha estado impedido de oficiar la Eucaristía y eso durante 14 meses. Qué hizo durante este tiempo?? De hecho estamos llamados a hacer nuestra su experiencia.

  3. Pero si ya en su vida terrena Cristo dijo;
    La mies es mucha, y pocos los obreros.
    Ahora, el asunto está más complicado,, ya no quiere la gente ser «obrera» y la que sí es, estuvo portandose mal (algunos) y ahora muchos fueron con su Patrón, a darle cuentas.
    ¿Entonces?
    Dios se compadece,, está permitiéndo está forma de comunicación,,, peor sería que no hubiera ni ésto.

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