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La polémica pendiente sobre Amoris Laetitia

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Fernando Lacalle Ripoll

De la lectura de AL uno saca dos grandes conclusiones sobre el impulso que el Papa quiere dar a la Iglesia: acompañar e integrar la fragilidad; y acompañar y reforzar el ideal del matrimonio cristiano. Ambas requieren un cambio de actitud en muchos pastores y en las comunidades cristianas.

La polémica en torno a la interpretación de Amoris Laetitia en torno a los modos de integrar diste de haberse cerrado. Pero ya tenemos la opinión de Müller, uno de esos “cardenales conservadores” (que de modo acertado se ha negado a reconocer la distinción entre conservadores y progresistas): Amoris Laetitia no cambia la doctrina consolidada que está detrás de la actual praxis de los Sacramentos, pero quiere cambiar la actitud con la que se abordan esos casos y propone avanzar en modos de integración.

Así las cosas, creo que sería una gran cosa que la blogosfera católica y el debate se reorientara en las próximas semanas al otro gran tema de la exhortación apostólica: el de la preparación y acompañamiento para el matrimonio como Dios manda. Esto tiene, a mi parecer, tres grandes aspectos: 1) el de la formación y transmisión del ideal cristiano, en general; 2) el de la preparación inmediata al matrimonio; 3) el de la conversión pastoral de parroquias y familias para lanzarse a asumir esta tarea.

En estos debates podemos encontrarnos con que el alineamiento entre los “conservadores” y los “francisquistas” es mucho más sencillo, o al menos con que caben soluciones alternativas dentro de lo opinable, pero con un idéntico compromiso e identidad de propósito por ambas partes. En fin, que parece un campo de discusión adecuado para restañar heridas y consolidar la unidad de la Iglesia.

Me limitaré a un breve comentario sobre los puntos 2 y 3.

En cuanto al 2, el de la preparación inmediata al matrimonio, pienso que estamos ante un reto polémico, aunque a otro nivel. Me explico: en la actualidad existe un estado de opinión por el cual una buena parte de los matrimonios no son válidos, dada la falta de madurez y formación de los contrayentes, fruto de una deficiente catequesis, pero sobre todo de un entorno cultural que imposibilita la asimilación del mensaje cristiano y debilita la capacidad natural para contraer matrimonio. La única respuesta coherente y responsable por parte de le Iglesia es la que contiene Amoris Laetitia: es preciso reforzar mucho la preparación pre-matrimonial, que no puede ser solo un cursillo.

Pero aquí vienen los dilemas, de carácter antropológico y pastoral: se está afirmando que la presunción de capacidad para contraer el matrimonio (como institución y derecho natural) está debilitada por el contexto cultural hasta el punto de invertirse la carga de la prueba. Solo quien demuestre “haberse enterado y estar dispuesto” debería ser admitido al matrimonio. Esto, que suena razonable, desde el punto de vista pastoral es muy complicado: en primer lugar porque parece atribuir a la iglesia el papel de “aduana” sacramental, justo lo que se quiere evitar en referencia a la Eucaristía (al menos en cuanto a los énfasis retóricos, ya que no a la disciplina). ¿Está la Iglesia preparada para negar de modo habitual el matrimonio a los novios que lo solicitan? ¿Qué trato se debería ofrecer a quienes no entran por esa puerta, para evitar que se marchen y rompan toda relación con la Iglesia? ¿No serían necesarias algunas normas generales –en este caso pueden ser regionales- para orientar a los pastores e informar a los demás fieles para que todos sepan a qué atenerse?

No menos relevante es el punto 3: el papel de la iglesia y de las familias en este apostolado de la formación, preparación y acompañamiento a los esposos. Se abre aquí un hermoso panorama para un cambio radical en la vida de las parroquias y de las familias cristianas. No faltan precedentes de esta movilización, pero quizá son aún minoría. En los modos de aplicar estos cambios caben también estilos y maneras. Pienso que a Francisco le gustaría evitar la clericalización de las familias. No se trata de aumentar las estructuras y los ministerios laicales, creando comités, jerarquías, nombramientos, etc. Al menos, si son necesarias estructuras estas deben ser mínimas y flexibles, y estar al servicio no del control de arriba abajo, sino de la vitalidad y la espontaneidad apostólica de los matrimonios con sus iguales, dentro y fuera del entorno de las parroquias y movimientos; dentro y fuera de estructuras (grupos, cursos, liturgias, etc.) explícitamente dirigidas a la orientación familiar.

En esta materia, pienso que cabe decir que los supuestamente “conservadores” han sabido mostrar un dinamismo y creatividad pastorales ejemplares. El reto es universalizar ese espíritu, sin imponer modelos uniformes. Un cambio que no va a venir desde arriba, sino de la iniciativa y espontaneidad del pueblo de Dios, alentado por el mensaje del Papa Francisco. Y que pondrá nerviosos a muchos psicológicamente conservadores (aunque doctrinalmente de todo tipo), que quieren controlarlo y cuantificarlo todo desde sus “puestos de mando” en parroquias y obispados.

Parafraseando a los obispos filipinos, esta manifestación de misericordia tampoco puede esperar.

Comentarios
2 comentarios en “La polémica pendiente sobre Amoris Laetitia
  1. Fidelidad en el pecado: 

    Conferencia de RomeLifeForum el pasado viernes Matthew McCusker, Respobsable Director de la sociedad para la Proteccion de Niños no nacidos..sobre Amoris Laetitia cuando esta presenta el caso de a segunda union la cual es– cito – “consolidada por el paso del tiempo, con nuevos niños, probada fidelidad, generosa donacion y cristiano conducta una a conscientte de su irregularidad y en la gran dificultad de volver atras sin un sentimiento consciente de que volvera a caer en nuevos pecadoshat .” McCusker comenta: “Recuerden de que estamos aqui hablando de uniones adulteras que directamente violan el 6o. Mandamiento y las palabras de Nuestro Señor gravadas en los Evangelios.”

    Beneficial Adultery? Amoris Laetitia also suggests that – quote – “the good of the children suffers” if divorced and remarried people live together for the sake of the children but observe complete continence. McCusker comments: “To imply that children might suffer because their parents live chastely is clearly to suggest that it can sometimes be beneficial to children that their parents continue to commit adultery.”

    Misquotes: McCusker notices that Amoris Laetitia uses quotes from Familiaris Consortio and Gaudium et Spes which speak about married couples and applies them to adulterers.

    Does God Ask to Sin? According to Amoris Laetitia there can be situations that contradict Christian marriage which can yet be recognized as “what God himself is asking”. McCusker: “It would seem that the document is suggesting that there are cases, when God can be asking a person, in a particular situation, to do to something that is objectively wrong.”

    8 hours ago

  2. Falta destacar el fuerte e insistente énfasis del Papa en la necesidad de fortalecer y hacer crecer el amor de los esposos, en orden a evitar las rupturas. Este tema está todavía más destacado que el de la preparación al matrimonio.

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