Las conferencias episcopales han sido asumidas por los fieles, pero más todavía por el clero, incluidas las jerarquías, todos infectados inconscientemente de categorías liberales y de un mal entendido democratismo, como una suerte de parlamentos en los que se encarna la «soberanía» de la Iglesia. De esta forma los obispos serían una especie de diputados de la asamblea y además con poderes de gobernador delegado (de una Conferencia episcopal soberana) en su diócesis. Y todos ellos dependientes del presidente de la conferencia episcopal, de forma análoga al funcionamiento del poder civil en el Sistema Liberal, su congreso, el presidente y los delegados del gobierno. Pues no señor. Cada obispo, sucesor directo de los apóstoles, es la máxima autoridad de su diócesis, sin que tenga que seguir ninguna consigna impuesta por la asamblea, y sólo está sometido a la Autoridad del Vicario de Cristo. Eso parece haber sido olvidado en la Conferencia Episcopal Española, órgano burocrático y en el mejor de los casos consultivo y coordinador, cuando, comprometiendo a la Iglesia de España, se arroga la representación de la misma, en muchas ocasiones sin ni siquiera el respaldo de una votación unánime de apoyo concreto. Como cuando, por ejemplo, el obispo de Madrid se permitió felicitar en nombre de todos los obispos de España, literalmente, al sancionador de dos leyes de aborto, viendo en su actuación «motivos de inspiración para mirar adelante con fortaleza”. O cuando, empleando dinero de todos los católicos pone la cadena de televisión nacional y su cadena de emisoras de la Iglesia como tribuna de políticos y tertulianos al servicio del partido abortista de derchas (compromentiendo a la Iglesia a que se le identifique con un partido incluido en graves casos de corrupción, generador de paro y misieria, y apoyador de la reingenieria social, amen de responsable político de alrededor de doscientos mil asesinatos por aborto quirúgico y centenares de miles más por aborto químico ¡Qué la Conferencia Episcopal se dedique a conseguir precio como central de compras, a ofrecer servicios a los obispados y parroquias, como las mancomunidades de municipios, etc… y que abandone la política servil al servicio de partidos liberales abortistas, comprometiendo grave y negativamente a la Iglesia y deje a los obispos, en comunión con el Papa, la labor pastoral y magisterial, respetando su soberanía diocesana! ¡Y que asuma que no es un parlamento y sus cargos no son presidentes de un gobierno ni miembros de la mesa del Congreso, ni diputados, con «soberanía nacional» sobre los católicos de toda España! Originalmente publicado en Anotaciones de Pensamiento y Crítica
La CEE usurpadora de la independencia del obispo, pone a la Iglesia al servicio del partido abortista de derechas
| 04 junio, 2014
Hago la advertencia a todo lector de este artículo que el autor comete un fallo lamentable.
En vez de probar lo que dice, su táctica es acusar, esperando que el acusado demuestre su inocencia. De este modo altera la carga de la prueba: en vez de ser él quien demuestra que la CEE es culpable de esas cosas, que sea la CEE la que demuestre que es inocente.
Me remito a los hechos: cualquier lector puede comprobar cómo lanza muchas acusaciones, pero pruebas absolutamente ninguna.
Este artículo patina con relación a esa creencia que dice que tenemos los fieles.
Tiene toda la pinta de estar escrito por un nacionalista que desde su posición relativista solo ve ataques a su parcela desde España, particularmente desde Madrit.
Este artículo patina con relación a esa creencia que dice que tenemos los fieles.
Tiene toda la pinta de estar escrito por un nacionalista que desde su posición relativista solo ve ataques a su parcela desde España.
Discrepo amablemente, pero discrepo, con esta opinión informe que nos ofrece la Firma invitada.
Los ejemplos que nos pone encima de la mesa quizás puedan asustar o confundir a un niño o a cualquier persona ajena a la Iglesia o sin una fe medianamente formada.
Por ello, sugiero a la persona que hay detrás de la Firma invitada, que si es cristiano y católico no es justo que fabrique un arsenal para atacar a la Iglesia sobre la base de medias verdades y de opiniones personales. Es un asunto demasiado serio para tomarlo a broma.
Si no es cristiano católico, mejor utilice su tiempo en opinar sobre otros asuntos que domine bien y que no hieran los sentimientos de los que amamos a nuestra Iglesia, tal como es.
Saludos cordiales.