Je suis chrétien, seulement, por Jesús Sanz Montes

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Es una ventana que muestra un horizonte oscuro, como cambiando los contornos de la esperanza por los trazos de la tristeza. Sus brumas nos imponen un rictus de preocupación, y en algunos casos un razonable miedo y sobresalto. ¿Qué cuadro nos dibuja este momento tras nuestro cristal blindado cuando nos asomamos al ventanal de estos días? Que la vida es vulnerable. Mucho. Que no hay paraguas atómico ni medidas de seguridad ante gente que decide segarte la vida si no te pliegas a sus dictámenes y credos. En nombre de un dios inexistente que se les aparece en el fantasma de su fanatismo para pedirles que maten al infiel a sangre fría o a sangre caliente, se alejan del verdadero Dios clemente y misericordioso, un Dios que no odia lo que Él ha creado y que siempre es amigo del hombre, como dice la Biblia. Por eso no hay fisura en la condena que tantos hemos hecho ante este último atentado contra la vida que ha asesinado vilmente a unas personas, independientemente de lo que ellas pensasen, creyesen, escribieran o dibujasen. La vida vale más que todo eso, es más sagrada que todo eso, motivo por el cual «eso» (lo que piensan, creen, escriben o dibujan) es menos importante, tan infinitamente inferior que jamás legitima que por ello te puedan asesinar. Pero dicho esto, deberíamos abrir una reflexión sobre la indignación dolida de nuestro herido occidente ante este ataque por parte de unos extremistas radicales. La revista francesa L’homme nouveau ha publicado un artículo sereno, lúcido y valiente por firmarlo contracorriente cuando estábamos en el punto álgido de la tragedia de los asesinatos de París en estos días. Frente al eslogan que ha sido repetido por doquier como un mantra, esta otra revista francesa ha dicho lo siguiente:

«Yo no soy Charlie: la libertad de expresión y la libertad de prensa no dan derecho a insultar, despreciar, blasfemar, a pisotear o burlarse de la fe o de los valores de los ciudadanos, ni a atacar de modo sistemático a las comunidades musulmana o cristiana. No, yo no soy Charlie y nos choca ver a Mahoma como una boñiga con turbante o a Benedicto XVI sodomizando niños. No es cuestión de tolerancia o librepensamiento: el insulto es una violencia. Charlie murió por haber minimizado los riesgos del Islam radical. Pensó que por vivir en un país cristiano podía insultar de forma segura. Yo no soy Charlie, pero soy cristiano. No he pensado ni por un solo instante que tenían que morir, o que habían encontrado lo que merecían. Paz a sus almas y que Dios les acoja, si ellos quieren, en su misericordia. Pero yo no soy Charlie».

Yo sólo soy cristiano. Por eso condeno esta matanza, al tiempo que leo con agrado a los que tienen la lucidez de condenar los execrables atentados que han acabado con estas vidas, y tienen la libertad de denunciar también la violencia que entraña siempre el insulto, el desprecio, la mofa, la ridiculización, la blasfemia, todo lo que injustamente hiere hasta la ofensa los sentimientos y las creencias de las personas que los tienen y las profesan, porque esto a su modo también es violencia. Hay gente que está siendo asesinada por estos fanáticos extremistas por tener sencillamente un nombre cristiano, una fe cristiana, una vida cristiana. En Siria, Afganistán, Nigeria, Libia… matan a cristianos, secuestran a niñas cristianas, expulsan a cristianos de su tierra, roban sus casas y sus iglesias, sin que casi nadie de Occidente lo denuncie, ni se hagan conjuras intergubernamentales, ni se convoquen manifestaciones callejeras, ni se lloren a los que inocentes de toda provocación y ofensa, son masacrados sencillamente por ser diferentes, por ser cristianos sin serlo contra nadie. + Fr. Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo  

Comentarios
0 comentarios en “Je suis chrétien, seulement, por Jesús Sanz Montes
  1. Y lo que ya es el colmo es que todas esas atrocidades que recuerda el obispo se hagan sin que desde la Iglesia de Cristo se anuncie el Evangelio a los musulmanes; sin que se les diga que quien reveló el Corán vino a contradecir expresamente los fundamentos de la tradición judeocristiana, especialmente lo referente a la figura de Jesús; sin que se les recomiende reflexionar sobre si están sirviendo realmente al Dios de Abraham o están siendo cruelmente engañados por el mismo demonio al que creen poder apedrear en La Meca. En vez de eso, ahora que el proselitismo parece ser una solemne tontería, ¡se les envía mensajes de felicitación con motivo del fin del ramadán! ¡Patético!

  2. Absolutamente inaceptable la matanza.
    Charlie Hebdo no ha insultado solamente a Mahoma, fallecido hace varios siglos, sino que ha insultado, despreciado y humillado a los millones de musulmanes que viven ahora, muchos en Francia. Lo ha querido hacer y lo ha hecho, compartiendo con muchos ciudadanos occidentales el sentimiento de desprecio hacia el mundo árabe. Si alguien pone en duda el animus inuriandi de esta publicación es que no la ha leído nunca. Es posible un humor crítico sano, pero este no es el caso de Charlie Hebdo. ¿O no han tenido nunca en sus manos un ejemplar de esta publicación? Totalmente de acuerdo con D. Jesús Sanz.

  3. Buenas reflexiones, aunque las que trae la revista francesa, y que han comentado otros, de que » Dios les acoja», es indudable un deseo católico y se debe desear, pero también lo es el que cabe la condenación eterna de quien ofende a Dios, blasfema, se declara ateo y como decía San Agustín, recordando la Escritura, » del lado del que se inclina el árbol, de ese cae». Esta es también una reflexión católica ante la muerte y, como decía San Luis M Griñon, «echa mas almas en el infierno la predicación de la misericordia de Dios, que la de su justicia». Toda una meditación. El temor de Dios es cristiano y puede ser salvíficio: es momento de reflexión para todos.
    Y la denuncia de las persecuciones y muertes de los cristianos, para los que no hay manifestaciones , ni «soy», triste y alarmante: sociedad selelctiva sólo para lo que no la interpela.
    Y » Javier», lo que dices no viene a propósito de lo escrito, pero se puede ser un buen obispo, fiel a su misión y no denunciar a 13TV, porque no depende de un obispo, y las Conferencia Episcopales es lo que tienen, que se mezclan churras con merinas, buenos con malos o menos buenos, y obispos individuales o minoritarios, no tienen posibilidad de cambiar las cosas. A lo mejor lo que sobran , salvo para asuntos administrativos y similares, son las Conferencias Episcopales. Este punto ya se ha denunciado mundilamente por muchos.

  4. A don Jesús Sanz le peguntaría:
    ¿Entonces cómo es posible que un obispo no condene la existencia de una televisión como 13tv y una radio como la Cope, donde se han apoyado las intervenciones en Siria, Libia o Irak, a la vez que se defiende la libertad de expresión sin límites y hasta el derecho a blasfemar? No debemos olvidar que esa television y esa radio basura son propiedad de los obispos españoles. Y que, según fundadas sospechas, todos los miserables que están destruyendo la fe de los católicos españoles están sufragadas con el óbolo de la viuda.
    Obras son amores, y no buenas razones, don Jesús. Si, además de escribir esta carta pastoral escribe otra denunciando lo que se está haciendo desde Cope y 13tv, pensaré que es usted un obispo fiel a su misión.
    Obras son amores…

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