Un Papa capaz de hacer filosofía cuántica, tomarse un mate y salir a la ventana con una estola prestada, o es un figura o se ha escapado del camarote de los hermanos Marx:
“la parte primera de la segunda parte contratante es igual a la parte contratante de la primera parte…”
Evangelii Gaudium
222.
Hay una tensión bipolar entre la plenitud y el límite. La plenitud provoca la voluntad de poseerlo todo, y el límite es la pared que se nos pone delante. El “tiempo”, ampliamente considerado, hace referencia a la plenitud como expresión de un horizonte que se nos abre, y el momento es expresión del límite que se vive en un espacio acotado. Los ciudadanos viven en tensión entre la coyuntura del momento y la luz del tiempo, del horizonte mayor, de la utopía que nos abre al futuro como causa final que atrae.
De aquí surge un primer principio para avanzar en la construcción de un pueblo:
el tiempo es superior al espacio.
223.
Este principio permite trabajar a largo plazo, sin obsesionarse….etc , etc.
El santo Padre debería saber que “espacio y tiempo” son dos medidas interrelacionadas, de tal forma que no pueden existir la una sin la otra, es decir:
¡¡sin espacio no hay tiempo y sin el tiempo no existe el espacio!!
Esto es una ley fácil de comprobar y entender, siempre referidos a la realidad de este mundo físico, por lo que llegar a la conclusión de que el tiempo es superior al espacio, es tan absurda como la contraria. Tiempo y espacio son caras de una misma moneda.
El santo Padre, debería conocer que sólo los Místicos (los que tienen experiencia del Misterio) pueden trascender el binomio tiempo-espacio, y saben a ciencia cierta que esta realidad es sólo aparente, no verdadera, salvo para nuestra realidad cotidiana.
Es posible tener una experiencia sobre la misma bajo los efectos del LSD, sólo que mientras los primeros permanecen libres en su descubrimiento, los segundos están limitados por su precaria situación forzada.
Si como dice el santo Padre, es un principio para avanzar en la construcción de un pueblo, creo que su conclusión no sólo es errónea, sino precipitada, pues para avanzar es necesario “recorrer o andar” (espacio) y para construir es necesario “vivir o trabajar” (tiempo), pero nunca la una sin la otra.
«Ni los cristianitos de a pie» como dice Vd., ni nadie cualificado Paquita. La exhortacion apostólica Evangelii Gaudium es francamente confusa, y lo que se entiende, no gusta. Y hablamos de católicos, porque los cristianos forman parte de confesiones varias. Ojo al dato al escribir, pues la Iglesia Católica es la Única y Verdadera.
Justamente el punto 222 que cita José Rodriguez se las trae. Todavía ningún filósofo o teólogo lo ha sabido explicar con exactitud. Amén de diversos puntos como por ej. el 47 sobre la Eucaristía.
Y no creo que el lector que firma el artículo le haya dado ningún toque de humor. Creo que más bien da la sensación de preocupación y de intentar aclararse a sí mismo.
Me parece simpatico el artículo de José, porque una chispa de humor en todo esto nos viene que ni de perlas, muchas veces, los cristianitos de a pie no entendemos lo que quiere decirnos el santo Padre, leemos y leemos y releemos, y nos quedamos con cara de pasmado, ¿ qué habrá querido decir?, saludos y bendiciones