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El adoctrinamiento

Por Susana Ariza
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En la Rusia comunista, miles de niños les fueron arrebatados a sus padres cristianos para ser ingresados en orfanatos soviéticos por la fuerza. Ante la consideración de que la educación en la Fe que recibían esos niños era nociva para ellos, aquel estado totalitario arrancaba a los niños de sus familias para cambiar el abrazo materno por la calurosa violencia de las directoras de centros de adoctrinamiento infantil. Así lo relata en su biografía El Esbirro una de esas víctimas del totalitarismo rojo en la URSS, Sergei Kourdakov, que, por la gracia de Dios, logró reencontrar aquella fe que le había sido robada y huir a la entonces soñada América de las libertades.

En España, la izquierda totalitaria lleva años buscando ese dominio absoluto (absolutista, también) de las conciencias; qué mejor forma de acabar con las libertades que dominando las mentalidades. Los ataques constantes a la libertad religiosa, las amenazas a la educación concertada, las críticas constantes a la educación diferenciada… siempre, todo ello, oculto bajo prismas de presunta libertad o defensa del igualitarismo más burdo y engañoso. Si uno entra en la página de la FELGTB, las principales campañas en su portada son en torno a movimientos educativos: de sus hijos y los de los demás. No solo eso: exigen también la “prohibición de las terapias que pretenden revertir la orientación sexual o identidad de género”. Prohibir. Eso piden. Prohibir hablar, prohibir tratar, prohibir enseñar. Todos conocemos casos, de hecho, porque algunos han sido públicos (aunque someramente publicados) de profesores que han sido amenazados o incluso han tenido que dejar sus puestos de trabajo por hablar claramente sobre homosexualidad o aborto. Solo eso: hablar. Porque eso es lo que hace el totalitarismo ideológico: reconstruir mentalidades a partir de sus propias premisas: primero en lo cultural, en el imaginario colectivo; y, después, en las aulas, en las universidades, en los colegios; para llegar finalmente al control de lo que se dice y se enseña en el seno de la familia.

La batalla cultural la tienen prácticamente ganada. Y, en lo que respeta a la educación, está claro que los colegios e institutos públicos están en sus manos. El nivel educativo en el resto de los ámbitos escolares es más bajo que nunca, a pesar de que nunca ha habido niños con tan altas cargas de deberes, y la formación está cada vez más encaminada a crear a los trabajadores y profesionales del mañana. Nada de humanismo, nada de humanidad. Nuestros niños bilingües hablan en un inglés sin trabas de la sístole y la diástole y hacen preciosas presentaciones en la lengua de Shakespeare sobre la mariposa amazónica; están preparados para hablar en público desde la más tierna infancia y se les enseña a debatir como sofistas. Pero no saben pensar. No tienen sentido crítico. Y todas las materias que les podrían aportar esas capacidades han sido condenadas al ostracismo y quedan como residuales por no tener ninguna utilidad: ¿de qué les servirá la historia el día de mañana? Nadie gana dinero hablando latín.

Y, así, poco a poco, convencidos de que está en juego su futuro, dejamos que nos los amueblen y adoctrinen.

Así, quizás, nuestros socialistas de ahora pronto puedan realizar el sueño frustrado de aquellos españoles rojos del ‘36 que viajaron en un barco a Rusia para conocer e importar las lindezas del sueño comunista y terminaron encerrados en Siberia junto con las huestes del Capitán Palacios.

Quizás es la hora de empezar a movilizarnos, de no dejar que nos toquen ni medio colegio concertado, aunque no sea el nuestro, ni medio colegio de educación diferenciada, aunque no sea el de nuestros hijos. No sé cómo lo tenemos que hacer; pero deberíamos empezar a pensarlo.

Comentarios
5 comentarios en “El adoctrinamiento
  1. Los que deseábamos un estado democrático con ilusión estamos viendo con decepción que los que nos prometían la libertad, poco a poco nos han ido arrinconando y ya casi no tenemos aire para respirar. ¿ Dónde está la libertad de expresión, de conciencia, de enseñanza, etc? Se la están cargando. Y que no nos tomen por idiotas. Los que defendemos la libertad de enseñanza, de conciencia y de expresiónNo somos ni racistas ni homófobos, ni machistas, ni maltratadores de animales, ni no sé cuantas cosas más. ¿Es quizás la señora Dolores Delgado homófoba? Esa, tal vez sí.
    ¿Es el señor de la coleta machista? Ese, tal vez sí. Y así podríamos seguir. Ya ve que en todas partes cuecen habas.
    Los que estamos favor de controlar los principios éticos ,en la educación, sobre diversos aspectos de la personalidad de nuestros niños , somos amantes de todas las razas, respetuosos con los que eligen otras formas de sexualidad que las normales, deseamos ardientemente que la mujer sea respetada al máximo, y por eso pedimos CADENA PERPETUA para quien asesine o viole a una mujer, no como esas personas que dicen defender a la mujer y PIDEN FUERA CÁRCELES
    La conclusión es clara: Nos gobiernan MALAS PERSONAS. Lo peor de cada casa, salvo raras excepciones. Y nuestra OBLIGACIÓN también es clara: Tenemos un gran deber MORAL: Debemos defender a nuestros niños de la educación en la perversidad, la inmoralidad, la aberración y la falsedad.
    NINGUA PERSONA DE BIEN PUEDE INHIBIRSE EN LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS Y CONCRETAMENTE EN LOS DERECHOS DEL NIÑO
    si este gobierno quiere pervertir a los niños, háganlo con los suyos, no con los míos. Pobres criaturas.

  2. Y de Cuba que me cuentas? Sesenta y mas a~nos de tirania comunista y adocrinamiento de nuestra juvenud donde los alumnos tienen que repetir como loros la consigna «seremos como el Che». Tremendo paquete que nos mando Argentina en este asesino y que nunca olvidarems los cubanos.

  3. SRA ARIZA, comienza usted con la frase:
    «En la Rusia comunista, miles de niños les fueron arrebatados a sus padres cristianos para ser ingresados en orfanatos soviéticos por la fuerza»
    Y luego explica que eso lo afirma el autor del libro el ESBIRRO. Sin duda un libro altamente recomendable. Disculpe, pero aunque hablo de memoria yo no recuerdo eso del libro. El autor era huerfano de verdad. Igual me equivoco, pero no recuerdo que se hablase de quitar a niños cristianos y de llevarlos a la fuerza a orfanatos. Se hacian otros crimenes contra los católicos como perseguirles encarcelarles, violar mujeres o matarles. Me obliga a tener que releer el libro.

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