| 07 enero, 2015
Según parece la Junta de Andalucía está amenazando con expropiar la Catedral de Córdoba.
Creo que sería hora de que la Iglesia en España se planteara la conveniencia de ceder gratuita y generosamente al Estado los grandes bienes de los que es propietaria, por ejemplo todas las grandes catedrales.
La razón es bien sencilla: falta de uso y excesivo coste de mantenimiento.
Pero esto es una opinión muy personal y posiblemente no compartida por la gran mayoría de católicos españoles. De modo que entiendo que este asunto de la Catedral de Córdoba se va a tomar como un nuevo ataque del poder político a la Iglesia y por tanto va a contar con la decidida oposición de muchos de estos católicos.
Lo cual me lleva a pensar sobre las razones que pueden motivar a la Junta de Andalucía para meterse en este berenjenal del que no estoy seguro que vaya a sacar nada positivo.
No creo que haya que demostrar por haber sido ampliamente comprobado que cualquier político en España (de todo partido, y eso incluye a Podemos) actúa por dos motivos:
1. Soborno 2. Chantaje
Y no hay más.
Para hacer que un político en España (y en la mayor parte de Europa, no nos engañemos) se mueva, hay que ofrecerle o bien una amenaza creíble («tus fotos con menores las estoy enviando en este momento a la policía») o bien un soborno («hemos pensado que sería interesante visitaras nuestra principal fábrica para que vieras mejor la calidad de nuestros productos, etc, etc….Casualmente la fábrica la tenemos en Isla Mauricio y te puedes venir con tu mujer»).
Los más liberales lo llamarán «interés personal», que queda como más digerible, pero al final son las dos cosas que he escrito arriba.
Yendo un poco para atrás en la historia, sabemos que el PCE y el PSOE debieron financiarse con, respectivamente, el oro de Moscú y el de Berlín. Esto fue necesario dado el ingente apoyo popular del que gozaban. Actualmente se lanzan acusaciones sobre Podemos afirmando que Venezuela o Irán están detrás de los dineros de sus líderes. Nada nuevo bajo el sol.
De modo que cuando se intente entender porque a la Junta de Andalucia le ha entrado la pelotera con la Catedral de Córdoba habrá que seguir el rastro del dinero.
Y así tenemos la curiosa coincidencia que mientras que estos hechos se dan en España, en el desierto arábigo amenazan con cancelar uno de los contratos internacionales más importantes que jamás ha tenido la industria española.
Coincidencias.