Después de haber seguido el debate y tantas declaraciones acerca de los problemas ambientales y de desarrollo – incluyendo declaraciones hechas por eclesiásticos – ¿Me permite dirigirme a usted directamente, Santidad?
Creo que es importante evitar toda ambigüedad y decir claramente que la verdadera responsabilidad de los desequilibrios socioeconómicos que han llevado a la pobreza generalizada y la crisis ambiental en toda regla se encuentra en el llamado ‘pensamiento neo-malthusiano’. Tales ideas se proponen incluso hoy ofreciendo pautas morales para hacer frente a los problemas ambientales y económicos. Pero, como sabemos, si el diagnóstico es erróneo o distorsionado entonces el pronóstico que sigue será malo también.
La actual crisis económica y las perturbaciones ambientales de las últimas décadas tienen su origen en la aplicación de las teorías neo-malthusianas (propagadas inicialmente en la década de 1970 a lo largo de numerosas universidades americanas). Éstas tanto inspiraron como forzaron a un colapso en las tasas de natalidad en todo el mundo occidental.
¿Cómo puede el Producto Interno Bruto (PIB) crecer en términos reales, sostenibles si la población no crece? La única forma auténtica, realista es aumentar el consumo individual. Así, con el fin de equilibrar los riesgos resultantes de la caída en el crecimiento del PIB, se adoptó el «modelo basado en el consumo» como punto de referencia.
En un entorno tan moderno y relativista, no era muy difícil presentar el consumismo al hombre occidental como la fuente real y principal de satisfacción.
Pero con el fin de cumplir con las exigencias del consumismo generalizado, se han creado las condiciones necesarias de la pobreza y la explotación del medio ambiente. De hecho, con el fin de reducir los costos de producción, las naciones occidentales han sido desindustrializadas, y han trasladado la producción a países con mano de obra barata: países que aún no disponen de las tecnologías respetuosas del medio ambiente.
Con el fin de aumentar las tasas de consumo, el foco ha pasado a ahorrar en los gastos mediante la eliminación del sistema bancario de la base monetaria del crédito y, sobre todo, privando a las familias de la capacidad de protegerse a sí mismas. Una población en crecimiento cero (es decir, dos hijos por pareja), según desean los neo-malthusianos, ha dado como resultado el envejecimiento progresivo de la población, seguida por el aumento de los costes fijos (cuidado de la salud y pensiones) compensados por un incremento equivalente en la fiscalidad, reduciendo así los ingresos y las inversiones, y aumentando la deuda nacional.
Con el fin de evitar un colapso en el crecimiento económico, el modelo de crecimiento del consumo apalancadado vía deuda ha entrado en vigor.Pero este modelo ha dado lugar a un aumento de la externalización de la producción a otros países con menos preocupación por la protección del medio ambiente. La crisis económica actual, la pobreza creciente y los desequilibrios ambientales son todas ellas consecuencias de la propagación de la doctrina neo-malthusiana.
¿Cómo va a ser posible, entonces, que la misma doctrina que creó estos problemas ahora pudiera resolverlos? El riesgo es más bien que esta doctrina vaya a lograr la eliminación de la ayuda para el verdadero crecimiento económico, a saber, el apoyo a la familia y un crecimiento equilibrado y consciente en el número de hijos por pareja. Por lo tanto vamos a seguir perdiendo los recursos destinados a las estrategias globales de producción y a inversión en tecnologías ecológicas. Nos encontraremos así cada vez más privados de los recursos necesarios para el mantenimiento de las personas mayores, para la creación de empleos para los jóvenes y para la protección de los más débiles.
¿Cómo podríamos pensar que tal neo-malthusiano y la cultura pro-aborto – que niega el carácter sagrado de la vida humana y considera al ser humano un animal inteligente, un bacilo evolucionado, pero al mismo tiempo un «cáncer» de la naturaleza orientada exclusivamente hacia el consumo – va a ser capaz de producir planes para proteger el medio ambiente y para los seres humanos?
¿Cómo podríamos mirar hacia soluciones para el medio ambiente propuestas por los que ofrecen una solución ambiental y económica falsa, en oposición a la solución real de la auto-conciencia moral lograda a través del crecimiento espiritual e intelectual?
Tolerando estas soluciones ambientalistas malthusianas, el mayor riesgo que corremos es el de permitir que tal ambientalismo se convierta en una religión mundial universal, donde coexistan diversas culturas religiosas. Este ambientalismo malthusiano nos llevará al riesgo de creación de más pobreza, más desequilibrio socioeconómico y menos protección real del medio ambiente.
San Francisco amaba tanto los seres vivos como el medio ambiente en tanto que obras de su amado Creador, y de acuerdo con el propósito que Él tenia previsto para ellas.
Por lo tanto, pongo mi confianza en Ti, Padre Santo, con devoción filial,
Ettore Gotti Tedeschi
Ettore Gotti Tedeschi es un economista y banquero italiano. Fue presidente del banco del Vaticano desde 2009 hasta 2012
Este artículo apareció por primera vez en la última edición de la revista Catholic Herald (06/12/15). Traducción de INFOVATICANA.
http://www.religionenlibertad.com/los-anticapitalistas-saben-de-que-hablan-43066.htm
No creo que los obispos sean anticapitalistas. Simplemente, el capitalismo puede degenerar como lo hizo el obrerismo. El segundo en comunismo y el primero en explotadores sin escrúpulos.
.
En la construcción del Canal de Panama llegaron a morir más de 6.000 personas.
Gotti Tedeschi sabe de lo que está hablando, por eso tratan de silenciarle y sacarle de circulacion por todos los medios.
La Civiltà Catolica, -sin la coletilla de Magister- que aspira a estructurar el «magisterio ecológico» del papa jesuita, acaba de lanzar una editorial elaborada colegialmente por su clan de escritores con un resultado francamente decepcionante.
Pretende incrustar la encíclica ecológica en el magisterio eclesial, pero su nivel no alcanza el que corresponde a seminaristas de primero de teología, y se limitan a ensartar citas arrancadas a contrapelo del auténtico magisterio de la Iglesia.
Han tenido la ocurrencia de proclamar a Benedicto XVI, apoyándose en el National Geographic, como el primer «papa verde»…¡¡¡ (sic)
Pues, oid capullos, no caigais en la tentación de endilgarle a su Santidad Francisco el honorífico título de «el papa rosa», y ofrecerle un doctorado honoris causa en ecología, como ya han empezado a pedir los colectivos del ramo LGB.
Mejor leeis un poco más a Benedicto XVI y aprendeis a servir a la Iglesia sin la mundanitis de la que estais contagiados.
Benedicto os enseñará a estar en el mundo sin ser del mundo, a juzgar al mundo desde el Evangelio de Cristo, sin remover cielo y tierra para recibir el aplauso del mundo. Sois ciegos y guías de ciegos.
¿Qué pretendeis y qué estais buscando?
Mal camino habeis cogido, muchachos.