Sobre el valor doctrinal de las Encíclicas Aéreas y sobre el virus del Zika

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El Gran Inquisidor ha estado de veraneo en el secano costero de Chile, con conexión tan mala como para apenas acceder a algunas noticias, de vez en cuando. En general, la misión del Papa Francisco en América nos ha resultado cautivante y consoladora. Pensamos que la Virgen Morena lo ha acompañado con su maternal bendición mientras pisaba tierra mexicana. El Gran Inquisidor, a su regreso a la gran capital, se ha encontrado sobre su escritorio no pocas preguntas, algunas angustiosas, porque solamente los católicos se angustian por la doctrina ortodoxa, en el buen sentido de la palabra. Son cuestiones relativas a las declaraciones del Santo Padre Francisco, felizmente reinante, en su vuelo de retorno desde México. En atención a que, como ya va siendo habitual, la opinión pública católica se ve confundida por las palabras improvisadas del Santo Padre y por las múltiples interpretaciones que le siguen, y ante la imposibilidad casi física de responder de inmediato todas las cuestiones, esta Oficina se resigna, de momento —quizás para siempre—, con aclarar a los fieles la autoridad doctrinal y el valor humano de las Encíclicas Aéreas del Romano Pontífice, y una sola de las cuestiones controvertidas: ¡por aclamación popular… otra vez el maldito condón! Vista la necesidad de los sencillos en la fe y de los pobres, a quienes se ha de predicar el Evangelio en toda su pureza y radicalidad, el Santo Oficio declara cuanto sigue:   1.º Las entrevistas pontificas en el avión tienen, no obstante la indudable altura desde la cual se pronuncian, solamente el gran valor humano de mostrarnos el pensamiento del Papa Francisco en toda su frescura, sin filtros. Eso nos ayuda a conocerlo mejor, a unirnos a sus intenciones más profundas y a rezar por su Augusta Persona y por su misión universal, como nos ha pedido recientemente.   2.º Las Encíclicas Aéreas no poseen ningún valor doctrinal. No son Magisterio del Romano Pontífice, sino expresión de opiniones personales suyas, con ocasión de preguntas de interés periodístico. Cabe esperar, ciertamente, que esas opiniones estén firmemente ancladas en la visión católica de la vida y en los pronunciamientos doctrinales de la Santa Sede. No se les ha de conceder, sin embargo, valor doctrinal de suyo: ni por la intención del Santo Padre, ni por la forma externa que revisten. Poseen el valor de difundir la sana doctrina y los anhelos de la Iglesia a favor de los hombres. En cambio, no poseen valor alguno cuando, ya sea en sí mismas ya en alguna de las interpretaciones plausibles, se aparten o parezcan apartarse de lo que el mismo Romano Pontífice ha enseñado con anterioridad. Porque la verdad no puede contradecir a la verdad y el Maestro y Padre de la Iglesia Universal no puede contradecir su máximo Magisterio. Si lo hace, es su persona privada quien habla, y no el Santo Padre.   3.º El Magisterio de la Iglesia no se ha pronunciado expresamente sobre la moralidad intrínseca del uso de la anticoncepción entre personas no casadas entre sí. Las opiniones teológicas se dividen entre quienes piensan que hacer infecundo el acto sexual ya de suyo desordenado (adúltero, fornicario) es un mal todavía mayor y quienes piensan que es un mal menor y como tal preferible en las circunstancias concretas, porque disminuiría las consecuencias negativas del acto desordenado de base. El Santo Oficio permite a los fieles discutir libremente la cuestión en espera de un pronunciamiento oficial.   Sin embargo, más allá de la moralidad intrínseca del acto anticonceptivo entre personas no casadas entre sí, la Santa Sede ha advertido claramente contra la tentación de ofrecer medios fáciles para evadir la ley moral —también entre personas solteras, especialmente los jóvenes: Humanae vitae, n. 17—; contra el espejismo del uso de los preservativos y la educación sexual tecnicogimnástica para evitar las enfermedades de transmisión sexual, y, en definitiva, contra la banalización de la sexualidad que de estos métodos y campañas se ha seguido.   4.º El Magisterio Supremo tampoco se ha pronunciado expresamente sobre la teoría teológica que considera lícito el uso del preservativo entre cónyuges, con la sola intención de evitar el contagio de VIH, de lo cual se siga como efecto secundario no deseado la esterilidad del acto conyugal. El Santo Oficio, que siente la tentación de zanjar este asunto de inmediato, porque parece resuelto indirectamente en Humanae vitae, por deferencia al auténtico Magisterio de la Iglesia ha decidido conceder libertad de discusión del asunto a los lectores del blog.   5.º El Magisterio del Romano Pontífice, en fin, tampoco se ha pronunciado sobre el uso de anticonceptivos o preservativos como medios de legítima defensa contra una eventual agresión sexual. La referencia del Santo Padre a Pablo VI tiene que ver con una tradición oral referida desde los años 60, sin respaldo oficial ninguno, aunque sea plausible. Sin embargo, esta posibilidad, famosamente defendida por el moralista y luego Cardenal Pietro Palazzini, junto con otros, tampoco ha sido condenada por el Magisterio. Ha sido usada para evitar embarazos cuando la violación ya se ha producido, y es aceptada por muchos como legítima defensa preventiva.   6.º Sin embargo, respecto de la hipótesis que se ha planteado al Santo Padre, a saber, sobre la necesidad de usar anticonceptivos o preservativos para precaver los embarazos, para así evitar que los niños sean engendrados con una enfermedad (microcefalia) supuestamente producida por el virus del Zika, la Santa Sede ya se ha pronunciado suficientemente. En tales casos, el objeto directo del acto consiste en evitar la procreación —que se seguiría del acto conyugal normal—, mediante el uso de medios anticonceptivos. Se trata, por tanto, de un acto directamente anticonceptivo, intrínsecamente desordenado en las relaciones conyugales (Humanae vitae n. 14). Aunque no sea un mal de la misma gravedad y especie moral que el aborto, no es jamás objeto lícito de una elección deliberada de la voluntad, cualquiera sea el bien que se desee alcanzar o el mal que se intente prevenir.   En consecuencia, las palabras del Santo Padre —entendidas como las ha aclarado Mons. Lombardi, es decir, con expresa referencia a la posibilidad de usar anticonceptivos o condones para evitar los embarazos por relaciones conyugales, en casos de emergencia— no poseen valor doctrinal alguno y no deben ser seguidas por los fieles católicos. Su valor, como el de las aclaraciones de Mons. Lombardi, es meramente periodístico y anecdótico.   7.º Esta declaración del Santo Oficio no se refiere al caso —todavía no zanjado por el Magisterio— del uso del condón en relaciones conyugales no para evitar un embarazo, sino para evitar el contagio de una enfermedad (como VIH), tolerando la esterilidad del acto como efecto secundario no deseado (supra n. 4.º). Sin embargo, incluso si fuera admisible para prevenir el contagio del Sida, siendo la fiebre de Zika una enfermedad leve y de corta duración, sería desproporcionado privar al acto conyugal de su capacidad generativa aun indirectamente.   8.º El Gran Inquisidor está seguro de que el Papa Francisco —según Mons. Keine Idee, él lee este blog con ávida curiosidad—, a través de su fiel servidor el Cardenal L.G. Müller, con la claridad que da la reflexión serena, confirmará la doctrina tradicional católica y disolverá todas las dudas. Porque lo que el Papa quiso decir era oscuro, pero la interpretación auténtica del Padre Lombardi lo dejó claro. En consecuencia, ningún lector debe llamarse a engaño. Todos los fieles católicos que, con sufrimiento y contra la oposición rabiosa del clero neomodernista, han defendido la doctrina tradicional sobre la anticoncepción, deben ser comprensivos con este lapsus del Romano Pontífice, seguir unidos a su Persona y sus intenciones, asimilar su maravilloso mensaje de esperanza y misericordia en México; pero han de rehusar adherir a este error, proferido obiter dictum: no nos olvidemos que lo fundamental de su respuesta era rechazar que el aborto fuera un mal menor y calificarlo como un asesinato, un crimen propio de mafiosos. Debemos quedarnos con esta idea fundamental, clara, católica, valiente, y olvidarnos de la confusión teológica.   9.º Este Santo Oficio tampoco posee autoridad doctrinal alguna, ya que ha sido formalmente extinguido, y sus competencias recaen ahora sobre la Congregación para la Doctrina de la Fe. En consecuencia, este nuestro dictamen vale de suyo por cuanto valen los anteriores pronunciamientos del Magisterio de la Iglesia, y no por la intrínseca autoridad de un blog en Internet.   La entrevista contiene muchos otros puntos interesantes. Lamentablemente, ha sido este, sobre la ética sexual, el que ha acaparado la mayoría de las reacciones, y en él se centran las consultas acumuladas en nuestras oficinas. Si no fuera por la prensa laica, nos habríamos olvidado de la doctrina católica sobre la anticoncepción.   A continuación les dejo el texto de la entrevista, con otras versiones sobre el párrafo mencionado. El texto oficial de Vatican.va ya está matizado: su redacción da a entender que el “caso claro” donde se puede usar la anticoncepción es el de legítima defensa, supuestamente aprobado por Pablo VI. En cambio, el texto original y las palabras del Papa originales —más la aclaración de Mons. Lombardi— afirman que en ciertos casos “como es éste” (virus Zika) se puede usar la anticoncepción, aparte del caso claro de Pablo VI (atribuido por tradición popular eclesiástica, muy plausible, de la que se hace eco el Papa Francisco, pero conocida desde hace décadas).  

TEXTO ENTREVISTA

 

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VIAJE APOSTÓLICO DEL PAPA FRANCISCO A MÉXICO 
(12-18 DE FEBRERO DE 2016) CONFERENCIA DE PRENSA DEL SANTO PADRE
DURANTE EL VUELO DE REGRESO A ROMA Miércoles 17 de febrero de 2016 [Multimedia]     (María Eugenia Jiménez — «Milenio») Santo Padre, en México hay miles de desaparecidos, pero el caso de los 43 de Ayotzinapa es un caso emblemático. Quisiera preguntarle por qué no se reunió con los familiares de ellos y también un mensaje para los familiares de los miles de desaparecidos. (Papa Francisco) En realidad, si usted lee los mensajes, hay referencias continuas a los asesinatos, a las muertes, a las vidas cobradas por todas estas bandas de narcotráfico y traficantes de personas. Es decir, que de ese problema hablé como una de las llagas que está sufriendo México, ¿no? Hubo algún intento de recibir personas, y eran muchos grupos, incluso contrapuestos entre ellos, con luchas internas. Entonces yo preferí decir que en la misa los iba a ver a todos, en la Misa de Juárez si preferían o en alguna otra, pero me abría a esa disponibilidad. Era prácticamente imposible recibir a todos los grupos que, por otro lado, también estaban enfrentados entre ellos. Es una situación que es difícil de comprender para mí, claramente, que soy extranjero. Pero creo que incluso la sociedad mexicana es víctima de todo esto: de los crímenes, de este hacer desaparecer gente, de descartar gente. He hablado en los discursos en los que he podido y usted lo puede constatar. Es un dolor que me llevo muy grande, porque este pueblo no se merece un drama como este. (Javier Solorzano — «Canal 31») El tema de la pederastia, como bien lo sabe México, tiene raíces muy peligrosas, muy dolorosas. El caso del Padre Maciel dejó herencias fuertes, sobre todo con las víctimas. Las víctimas se siguen sintiendo desprotegidas de la Iglesia. Le pregunto: ¿Qué piensa de este tema?, ¿Si en algún momento ha pensado en reunirse con las víctimas? Y, en general, ¿esta idea de que los sacerdotes cuando llegan a ser detectados en casos de esta naturaleza lo que se hace es cambiarlo, nada más, de parroquia, ¿Cómo ve este asunto? Muchas Gracias. (Papa Francisco) Bueno, empiezo por lo segundo. Un obispo que cambia a un sacerdote de parroquia cuando se detecta una pederastia es un inconsciente y lo mejor que puede hacer es presentar la renuncia. ¿Clarito? Segundo: para atrás, caso Maciel, y aquí me permito rendir un homenaje, sino al hombre que luchó en momentos que no tenía fuerza para imponerse hasta que logró imponer… Ratzinger… el Cardenal Ratzinger (aplausos), sí, un aplauso para él. Es un hombre que tuvo toda la documentación. Siendo Prefecto de la Doctrina de la Fe tuvo todo en sus manos. Hizo las investigaciones y llegó, y llegó, y llegó… y no pudo ir más allá en la ejecución. Pero, si ustedes se acuerdan, diez días antes de morir San Juan Pablo II, aquel Vía Crucis del Viernes Santo le dijo a toda la Iglesia que había que limpiar las porquerías de la Iglesia. Y en la Misa Pro Eligendo Pontifice, donde no es tonto, él sabía que era candidato, no le importó maquillar su postura, dijo exactamente lo mismo. O sea, fue el valiente que ayudó a tantos a abrir esta puerta. Así que lo quiero recordar porque a veces nos olvidamos de estos trabajos escondidos que fueron los que prepararon los cimientos para destapar la olla. (Phil Pulella — «Reuters») Buenas tardes, Santidad. Usted hoy habló muy elocuentemente de los problemas de la inmigración. Del otro lado de la frontera, sin embargo, hay una campaña electoral muy dura. Uno de los candidatos de la Casa Blanca, republicano, Donald Trump, en una entrevista recientemente dijo que usted es un hombre político y hasta dijo que usted es un títere, un instrumento del gobierno mexicano para la política migratoria. Quisiera preguntarle ante todo ¿qué piensa de estas acusaciones en su contra y si un católico norteamericano puede votar por una persona de esta clase? (Papa Francisco) Gracias a Dios que dijo que yo soy político, porque Aristóteles define a la persona humana como un «animal politicus». ¡Al menos soy una persona humana! Y que soy un títere, quizás, no lo sé… lo dejo a vuestro juicio, de la gente. Y después, una persona que piensa sólo en hacer muros, sea donde sea, y no hacer puentes, no es cristiano. Esto no está en Evangelio. Después, lo que usted me decía, sobre qué aconsejaría, votar o no votar, no me meto. Solo digo: si dice estas cosas, este hombre no es cristiano. Hay que ver si ha dicho estas cosas. Y por ello dejo el beneficio de la duda. (Paloma García Ovejero — «Cope») Santo Padre, desde hace algunas semanas hay mucha preocupación en diversos países latinoamericanos, pero también en Europa, por el virus «Zika». El riesgo mayor sería para las mujeres embarazadas —hay angustia— Algunas autoridades han propuesto el aborto o evitar el embarazo. En este caso, ¿la Iglesia puede tomar en consideración el concepto de «mal menor»? (Papa Francisco) El aborto no es un «mal menor». Es un crimen. Es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia. Es un crimen, es un mal absoluto. Sobre el «mal menor»: evitar el embarazo es un caso —hablamos en términos de conflicto entre el quinto y el sexto mandamiento. Pablo vi, el grande, en una situación difícil en África permitió a las monjas usar anticonceptivos para casos de violencia. No hay que confundir el mal de evitar el embarazo, por sí solo, con el aborto. El aborto no es un problema teológico: es un problema humano, es un problema médico. Se asesina a una persona para salvar a otra —en el mejor de los casos— o para vivir cómodamente. Va contra el juramento hipocrático que los médicos deben hacer. Es un mal en sí mismo, pero no es un mal religioso al inicio: no, es un mal humano. Y, evidentemente, como es un mal humano —como todo asesinato— es condenado. En cambio, evitar el embarazo no es un mal absoluto. En ciertos casos, como en este que he mencionado de Pablo vi, era claro. También yo exhortaría a los médicos a que hagan de todo para encontrar también las vacunas contra estos dos mosquitos que contagian esta enfermedad. Sobre esto se debe trabajar. (Anne Thompson — «Nbc News») Santo Padre Ud. ha hablado mucho sobre la familia y el Año Santo de la Misericordia durante este viaje, pero algunos se preguntan, ¿cómo una Iglesia que dice ser «misericordiosa» pueda perdonar con más facilidad a un asesino que a un divorciado vuelto a casar? (Papa Francisco) ¡Me gusta esta pregunta! Sobre familia, han hablado dos sínodos. El Papa habló todo el año durante las catequesis de los miércoles, y la pregunta es verdadera, me gusta la pregunta porque usted la ha hecho «plásticamente» bien. En el documento post-sinodal que saldrá antes de Pascua, se retoma todo lo que el Sínodo abordó en uno de los capítulos habló sobre los conflictos o sobre las familias heridas y la pastoral de las familias heridas. Es una de las preocupaciones, como otra es la preparación al matrimonio. Imagínese: para ser cura, es necesario estudiar por 8 años y luego, si no lo logras, pides una dispensa y te vas. Pero, para un sacramento que dura toda la vida, tres, cuatro clases… La preparación al matrimonio es muy importante, muy muy importante, porque creo que es algo que en la Iglesia, al menos en la pastoral común, al menos en mi país en Sudamérica no ha contado tanto. Por ejemplo, ahora no mucho, pero hace algunos años había en mi país la costumbre de los casamientos «de apuro», casamientos hechos con prisa porque viene un niño, para taparlo socialmente y salvar el honor de la familia y ahí no eran libres. Y muchas veces estos matrimonios son nulos, y yo, como obispo, he prohibido hacer esto a los sacerdotes cuando existía esto… que nazca el niño, que permanezcan como novios y cuando sientan hacerlo para toda la vida que vayan adelante, pero existe una falta del matrimonio. Otro capítulo muy interesante es la educación de los hijos. Las víctimas de los problemas familiares son los hijos, pero también los problemas de la familia que el marido y la mujer quieren, por ejemplo, las necesidades de un trabajo, cuando el padre no tiene tiempo para hablar con sus hijos, cuando la madre no tiene tiempo libre para hablar con sus hijos cuando yo confieso a una pareja que tiene hijos, un matrimonio les digo: «¿cuántos hijos tienen?». Algunos se asustan porque dicen: «el sacerdote me preguntará por qué no tengo más…» y yo digo ‘le haré una segunda pregunta: «¿Usted juega con sus hijos?» Y la mayoría, casi todos, dicen que «Padre no tengo tiempo, trabajo todo el día», y los hijos son víctimas, es un problema social que hiere a las familias. Me gusta su pregunta. Una tercera cosa interesante es que en el encuentro con las familias en Tuxtla Gutiérrez había en una pareja de casados en segunda unión integrados en la pastoral de la Iglesia y la palabra clave que usó el Sínodo y que yo retomaría es integrar en la vida de la Iglesia a las familias heridas, las familias vueltas a casar, pero no olvidar a los hijos en medio. Ellos son las primeras víctimas, sea para las heridas, sea para las condiciones de pobreza, de trabajo, de todo esto. (Anne Thompson — «Nbc News») ¿Esto quiere decir que pueden recibir la comunión? (Papa Francisco) Esto es algo último, integrar en la iglesia no significa conceder la comunión porque yo conozco a católicos casados en segundas nupcias que van a la iglesia tres o cuatro veces al año, y «yo quiero hacer la comunión», como si fuera un título honorífico. Un trabajo de integración… Todas las puertas están abiertas, pero no se puede decir que estas personas puedan comulgar. Esto sería una herida, también para los matrimonios, porque esto no los haría proceder por ese camino de integración. Y estos dos eran felices y usaron una expresión muy linda: nosotros no hacemos la comunión eucarística, pero sí estamos en comunión cuando visitamos a hospitales y en esto, y en esto. Su integración es esa. Si hay algo más, ya lo dirá el Señor. Es un camino, una vía… (Antoine-Marie Izoard — «Imedia») Los medios han publicado el intercambio de cartas entre el Papa Juan Pablo II y la filósofa americana Anna-Teresa Tymieniecka, que tenía un gran afecto por el Papa polaco. Según usted, ¿un Papa puede tener una relación tan íntima con una mujer? ¿Usted conoce o ha conocido este tipo de experiencia? (Papa Francisco) Esto lo conocía. Conocía esta relación de amistad entre san Juan Pablo II y esta filósofa cuando estaba en Buenos Aires. Era una cosa que se sabía, también los libros de ella son conocidos. Juan Pablo II era un hombre inquieto. Después yo diré que un hombre que no sabe tener una buena relación de amistad con una mujer —no hablo de los misóginos que estos están enfermos— es un hombre que le falta alguna cosa. Y yo por experiencia propia cuando pido un consejo, a un colaborador o a un amigo, me gusta también escuchar el parecer de una mujer. Y te da mucha riqueza. Miran las cosas de otro modo. A mí me gusta decir que la mujer es la que construye la vida en el vientre. Esta es una observación que hago. Y tienen éste carisma de darte cosas para construir. Una amistad con una mujer no es pecado. Es amistad. Una relación amorosa con una mujer que no sea tu mujer es pecado. ¿Entendido? Y el Papa es un hombre, tiene necesidad incluso del pensamiento de las mujeres y también el Papa tiene un corazón que puede tener una amistad sana, santa con una mujer. Hay santos amigos: Francisco y Clara, Teresa y San Juan de la Cruz. No hay que asustarse, pero las mujeres todavía no están bien consideradas. No hemos entendido totalmente el bien que una mujer puede hacer a la vida del cura y de la Iglesia, en un sentido de consejo de ayuda, de sana amistad. (Javier Martínez Brocal — «Rome Reports») ¿Cuándo volverá a Latinoamérica o a China? (Papa Francisco) «China» (risas), ir allá: me gustaría mucho. Quiero decir una cosa justa sobre el pueblo mexicano. Es un pueblo de una riqueza muy grande. Es un pueblo que sorprende. Tiene una cultura, cultura milenaria. ¿Sabéis que hoy en México se hablan 65 lenguas, contando los indígenas? ¡65! Es un pueblo de una gran fe, aunque ha sufrido persecución religiosa, hay mártires, ahora canonizaré a dos, dos o tres. Es un pueblo que no se puede explicar. A un pueblo no se lo puede explicar simplemente porque la palabra pueblo no es una categoría lógica, es una categoría mítica. El pueblo mexicano no se puede explicar, esta riqueza, esta historia, esta alegría, esta capacidad de hacer fiesta en estas tragedias de las cuales ustedes me preguntaron. Yo no puedo decir otra cosa que esta unidad, que este pueblo haya logrado no fracasar, no terminar, con tantas guerras y cosas, cosas que suceden ahora, pero ahí en Ciudad Juárez había un pacto de 12 horas de paz por mi visita, después seguirán luchando entre ellos, los traficantes. Un pueblo que aún tiene esta vitalidad solamente se explica por Guadalupe, y yo les invito a estudiar seriamente el hecho de Guadalupe. La Virgen está ahí. Yo no encuentro otra explicación, y sería lindo que ustedes como periodistas… hay algunos libros buenos que explican muy bien el cuadro, cómo es, lo que significa y así se podrá comprender un poco a este pueblo tan grande y tan bello.   El texto originalmente transcrito decía más bien:   Papa Francisco: El aborto no es un “mal menor”. Es un crimen. Es eliminar a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia, ¿eh? Es un crimen. Es un mal absoluto. Sobre “mal menor”: evitar el embarazo es–hablamos en los términos de conflicto entre el quinto y el sexto Mandamiento. Pablo VI, ¡el Grande!, en una situación difícil, en África, permitió a las religiosas usar los anticonceptivos por casos de violencia. No confundir el mal de evitar el embarazo, con el aborto. El aborto no es un problema teológico: es un problema humano, es un problema médico. Se mata a una persona para salvar a otra – en el mejor de los casos. O para pasarla bien, ¿no? Está en contra del Juramento Hipocrático que los médicos deben hacer. Es un mal en sí mismo, pero no es un mal religioso, al inicio: no, es un mal humano. Luego, evidentemente, como es un mal humano –como cada asesinato- es condenado. En cambio, evitar el embarazo no es un mal absoluto: en ciertos casos, como es éste, como en aquel que he mencionado del Beato Pablo VI, estaba claro. También yo exhortaría a los médicos que hagan de todo por encontrar las vacunas contra estos dos mosquitos que traen este mal: sobre esto hay que trabajar…. Gracias Y la versión inmediata de ACIPRENSA:   Pregunta: Santo Padre, desde hace algunas semanas hay mucha preocupación en bastantes países latinoamericanos pero también en Europa por el virus Zika. El riesgo mayor sería para las mujeres embarazadas –hay angustia–. Algunas autoridades han propuesto el aborto o evitar el embarazo. En este caso, ¿la Iglesia puede tomar en consideración el concepto de mal menor? Respuesta: El aborto no es un mal menor: es un crimen. Es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia. Es un crimen, es un mal absoluto. Sobre el mal menor… lo de evitar el embarazo… Hablamos en términos de conflicto entre el Quinto y el Sexto mandamiento. Pablo VI, el grande, en una situación difícil en África permitió a las monjas usar anticonceptivos para casos en los que fueron violentadas. No confundir el mal de evitar el embarazo, por sí solo, con el aborto. El aborto no es un problema teológico: es un problema humano, es un problema médico. Se asesina a una persona para salvar a otra (en el mejor de los casos) o para vivir cómodamente. Va contra el juramento hipocrático que los médicos deben hacer. Es un mal en sí mismo, pero no es un mal religioso al inicio: no, es un mal humano. Después, evidentemente, como es un mal humano cada asesinato es condenado. En cambio, evitar el embarazo no es un mal absoluto. En ciertos casos, como en este, como en el que he nombrado de Pablo VI, era claro. También yo exhortaría a los médicos a que hagan de todo para encontrar también las vacunas contra estos mosquitos que contagian esta enfermedad. Sobre esto se debe trabajar.  

Comentarios
0 comentarios en “Sobre el valor doctrinal de las Encíclicas Aéreas y sobre el virus del Zika
  1. Don Cristóbal:

    En varios de sus artículos ud. refiere estar al borde de un ataque de nervios o hace referencia a la angustia y confusión por la falta de «seguridad» doctrinal, ya sea por las palabras del Papa o de otros clérigos. Con franqueza le digo que esos sentimientos son propios de personas rígidas que muchas veces no han tenido una real experiencia espiritual de encuentro con el Padre y con Cristo en el Espíritu Santo (y que no viven con la sana libertad de los Hijos de Dios), y que en su reemplazo necesitan seguridades tras las cuales parapetarse. No planteo un relativismo pero un excesivo celo por la seguridad doctrinal es manifestación muchas veces de una carencia espiritual, de un sucedáneo de la verdadera fe. Me llama la atención la interpretación literalista y fundamentalista del la encíclica Humanae Vitae que Ud. y muchos hacen y que impediría cualquier discernimiento ante complejas situaciones de la vida (como hizo el P. Lombardi). Complejas situaciones que generalmente afectan al hombre y mujer común y corriente, que vive o sobrevive con mil dificultades y respecto de los cuales algunos célibes clérigos y laicos dictan cátedra poniendo sobre sus hombres pesados fardos que ellos ni siquiera se atreverían a tocar. Me sorprende que tantos defensores de la ortodoxia, que, con la Iglesia, condenan el homicidio y, aceptan la posibilidad de matar en legítima defensa o en guerra justa, en temas de moral sexual sean tan rígidos y no admitan ningún desarrollo doctrinal ante situaciones complejas.
    Le recomiendo, don Cristóbal, más fe en Dios para que no tenga ataques de nervios y angustia, que lo lleven a depender exageradamente de las seguridades y los pronunciamientos magisteriales. Lamentablemente el título de su blog da cuenta de su preferencia por dichas seguridades y por el «Santo Oficio» que las resguardó, con métodos que indudablemente no están de acuerdo con el Evangelio (por más que se apele a las circunstancias históricas).

  2. Una solución para salir del paso es «hacer que los periodistas entreguen sus preguntas de antemano para poder preparar las respuestas.» pero eso no evita entrar en el juego del sensacionalismo de la prensa a la que sólo le interesa el titular, y no el matiz, para ganarse el jornal.
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    El Santo Padre corre el riesgo de ser malinterpretado, sí es verdad, pero sólo por aquellos que no se toman la molestia de leer o haber sido educados en el magisterio católico. Lo que se plasma en estas entrevistas aéreas es la altura intelectual de quien pregunta y no de quien responde porque es el primero quien fija el nivel de interlocución. No hubo pregunta sobre la existencia del antivírico del Zika.
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    A nadie se le ocurre preguntar a un cirujano, a un ingeniero o a un abogado sobre un tema espinoso si no tiene las radiografías, los planos o el código civil a mano de lo que se deduce que los periodistas, aunque sea inconscientemente, no están al servicio de sus lectores ni de la verdad. En todo caso es de agradecer al papa Francisco la apertura de mente, el arrojo, la inocencia y la confianza en Dios en sus respuestas. No ha habido soslayo doctrinal ni problema de comunicación alguno.

  3. un texto de 10
    Por fin alguien reconoce en una página en español lo que todos hemos visto/oído: que el Papa ha afirmado (confirmado por Lombardi) algo contrario al Magisterio.
    Porque entre infocatólicos y aciprensos pareciera que lo que Francisco hizo fuera una loa a los medios naturales.
    Pero para poder corregir el error, lo primero es reconocer que el error esta ahí.

    Ligeramente offtopic: sobre el punto 7, por qué el principio de doble efecto está aceptado por la Iglesia para permitir tratamientos hormonales a una mujer sexualmente activa (que en algunas ocasiones podrían incluso ser abortivos) pero no para usar condones para evitar un contagio grave como el VIH?

  4. Es falso que el Papa Pablo VI aprobó el uso de anticonceptivos de parte de monjas en África en el caso señalado que se dio en 1961, pues el Papa Pablo VI fue elegido en 1963. En cuanto al Cardenal Palazzini y el articulo conjunto de él con otros en Studi Cattolici, él ha aclarado la situación en otra intervención en 1993. Teólogos moralistas fieles al Magisterio han argumentado que en tal caso, por aplicación del principio de doble efecto y porque la violación, máxime de monjas, no constituye una unión entre dos esposos y no es marital, se podría aceptar, pero no hay pronunciamiento del Magisterio al respecto. Se trata de un mito, que el Papa Francisco se ha tragado.

    En cuanto a deducir de este caso la conclusión de que unos esposos, por miedo a que un eventual hijo nazca con defectos debido al virus zika, non sequitur. Se trata de un caso diferente, debido a que es contrario a la doctrina de la Iglesia claramente expesada por el Beato Pablo VI en la Humanae Vitae respecto a que no se permite separar el aspecto unitivito del procreativo de la unión sexual entre esposos. Lamentablemente la sugerencia del Papa Francisco en su entrevista «aereo» está equivocada.
    En cuanto, a que si los que dice un papa en entrevistas es Magisterios, hay autoridades que opinan que sí. En todo caso, un papa ha de tener muchisimo cuidado para evitar sembrar confusión en la mente de los fieles, la mayoría de los cuales no cuentan con fomación teológica para discernir las importantes distinciones que se encuentran en la doctrina moral católica. Es más, adquieren sus conocimientos de titulares de periódicos cuyos periodistas son ignorantes y mayormente contrarios a la doctrina de la Iglesia. Yo recomendaría al Papa Francisco que haga lo que bacía su predecesor Benedicto XVI cuando daba tales entrevistas «aereos», hacer que los periodistas entreguen sus preguntas de antemano para poder preparar las respuestas. El Papa cuenta con la Congregación de la Doctrina de la Fe, que a su vez cuenta con peritos doctrinales para poder asesorarle. Así podría evitar confusión, o evitar dar tales entrevistas, cosa que al parecer el Papa Francisco no está por la labor de hacer.
    Yo soy sacerdote y teólogo. Un sacerdote amigo que es párroco me dijo que le da miedo cuando se entera de que el Papa Francisco da una entrevista y se pegunta: ¿qué problema nos habrá causado ahora?

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