De veras me hacen gracia el dúo compuesto por Vidal y Bastante, sentados en un baluarte fabricado de tapial, donde caben todas las religiones habidas, presentes y futuras, y en una mazmorra tienen metida la única religión verdadera: La Religión Católica Apostólica y Romana. Se inventaron lo de la primavera pontificia, vendieron libruchos de mala muerte, y creyeron que tendrían un dominio de cómo y por donde iría la Iglesia en España, ya que se precian de tener un teléfono rojo escarlata con línea única con la Santa Sede, desde donde los llaman a la hora de nombrar obispos para las diócesis vacantes. Hoy están medio enfadados, ya que la primavera pontificia se les vuelve indócil, y sacarán a un obispo para una diócesis vasca que el dúo citado no ve con buenas credenciales, porque, por lo que aparenta, no le han consultado a ellos y sus millones y millones de cristianos de base, que pululan en torno a ese baluarte donde ellos moran. Pobres, ambos juntaletras, que creen ser los voceros de una primavera solamente vista en sus pobres cabezas atascadas de fiebre post vacacional navideña defensora de las manipuladas kabalgatas de magos y magas que han recorrido las calles de España estafando la fe sencilla de los niños católicos, que esperaban Reyes Magos y se han encontrado con kaka de la vaca del marxismo más viejo que los países civilizados lo han guardado en el baúl de los recuerdos. Sepan, el dúo Vidal y Bastante, que Roma nombrará los obispos que deseen y tienen, y nunca los que ellos señalan con sus dedos de bufones de una corte de primaveras torcidas y tronchadas de viejas y caducas. Tomás de la Torre Lendínez
Vidal y Bastante no nombran obispos, ni lo harán, es imposible

| 07 enero, 2016