| 01 diciembre, 2016
Magdi Makin, un humilde comerciante cristiano, arrastraba su carro de pescado por las calles de un populoso barrio cairota hasta que un policía se cruzó en su camino. Su cuerpo, con las huellas de las torturas que padeció en comisaría, apareció poco después en la morgue de la capital convirtiendo su muerte en el nuevo y traumático símbolo de la brutalidad policial que desangra el país más poblado del mundo árabe.
Toda la información la pueden encontrar en el siguiente reportaje pinchando en el enlace:
http://www.elmundo.es/internacional/2016/12/01/58401dd4468aebaa7a8b45dd.html
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