He hablado con un compañero que ha participado en el congreso sobre cristianismo e islamismo celebrado en la Facultad de Teología de Granada. De la conversación he sacado estos tres grandes bloques:
1.-En el plano universitario y académico, en un clima de diálogo interreligioso, los días que ha durado el congreso han servido para conocerse mutuamente, para escucharse y respetarse, tanto los profesores cristianos como los islamistas y al contrario.
2.-La intervención del cardenal Tauran, Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, ha sido brillante y de un hondo conocimiento de El Corán. Desde el punto de vista doctrinal y de diálogo entre las dos religiones el cardenal ha estado impecable.
Pero le falta admitir que una cosa es el islám en abstracto,encerrado en un ámbito universitario, y otro muy distinto el islám práctico y real, vivido en los países donde la teocracia árabe gobierna con la famosa ley sahría, en la que se justifica el fanatismo islamista y se pisan los derechos humanos elementales, tanto para los mismos árabes que traspasen la ley, como al resto de ciudadanos de otras religiones, quienes no tienen casi ningún derecho, y menos a practicar su propia fe como les ocurre a muchos cristianos de Arabia Saudí, por ejemplo.
3.-Este tipo de encuentros como los de Granada son aceptables. Pero el hecho de que se haya realizado en la ciudad de los cármenes tiene una especial significación: es una de las ciudades andaluzas donde más fuerza tiene el islamismo, que dentro de unas fechas recibirá un espaldarazo especial por la reunión prevista en Granada, organizada por la Unión Europea y el reino de Marruecos, bajo el paraguas de la presidencia rotatoria española de la Unión.
Mi compañero es un tanto incrédulo en la buena fe de los islamistas. Pero como me ha dicho habrá que esperar a ver lo va pasando en el futuro inmediato, sobre todo en los países de Europa, donde los musulmanes siguen creciendo en población.
Tomás de la Torre Lendínez