La basura que buscan, guardan, pregonan, propalan y coleccionan los medios de comunicación de siempre, ahora, desde dentro de medios informativos, que se llaman religiosos y cristianos, pero que están situados en la extrema izquierda eclesial, están haciendo un flaco favor a la Iglesia a la que dicen amar más que nadie.
A estos “progresistas” de salón y cristianos izquierdistas no les basta con la carta firmada por el Papa Benedicto XVI, están poniendo el cimiento para que, desde dentro de la propia Iglesia, ellos sean los que se salgan con la suya poniendo en la diana de sus fechorías informativas a la persona del Papa, de los obispos y de los curas y de cualquiera que desee vivir el cristianismo sin el adjetivo de “izquierdistas”.
Conviene que sepan, por si lo han olvidado, que la Iglesia ha pasado por momentos más difíciles que los actuales, y siempre ha salido más renovada y rejuvenecida por la gracia del Señor Resucitado de entre los muertos. El largo Siglo de Hierro, el siglo X, fue en la historia eclesial un negro túnel del que salió la Iglesia con la ayuda del Señor.
Lo mismo pasará ahora. Por ejemplo, en la cita del siguiente enlace, vemos y leemos cómo existe un Seminario para vocaciones tardías en la ciudad de Roma. Son aspirantes al sacerdocio que ingresan entre los treinta y los setenta años. Está aquí:
http://www.romereports.com/palio/modules.php?t=Beda-College-un-seminario-para-vocaciones-maduras&name=News&file=article&newlang=spanish&sid=1901
Cuando se conoce una institución como ésta se llena uno de esperanza y confianza en la gracia de Dios, que siempre está atento a que ninguna fuerza humana pueda destruir su Iglesia, fundada sobre la roca de Pedro y sus sucesores.
Así pues, los enemigos externos e internos de la Iglesia que se sienten a esperar, porque si están de pie se van a cansar demasiado.
La Iglesia del Señor Jesús es indestructible, así de elemental y sencillo. Claro que esto lo sabemos los que tenemos fe en la Palabra de Dios. Esto les falta a los izquierdistas cristianos residentes en España.
Tomás de la Torre Lendínez
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