Te invito, Vidal

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Un amigo tuyo, Vidal, dijo un día de tu persona: «Vidal tiene unas espaldas grandes para cargar con muchos kilos de dimes y diretes. Nunca se enfada. Pero cuando se cabrea tira la garrota de forma tormentosa». Hoy he recordado estas palabras de un buen amigo tuyo y mío, cuando he leído tu alegato contra cardenales, obispos, curas, laicos, monaguillos…tranquilo, hombre, tranquilo que no llegue la sangre al río. A uno de los cardenales citados, a Rouco, le debes un gran favor que solamente tú conoces, y que yo no desvelaré no te preocupes. Te invito a la calma, porque con la edad que tienes puede darte un jamacuco y no es bueno perder una pluma como la tuya, que ya la quisieran los verdaderos enemigos de la iglesia. Te invito a la paz, porque escribir cabreado es una mala forma de perder las formas de cortesía versallesca tan habituales en otros escritos tuyos. Te invito a la concordia, porque hazte esta pregunta:¿De qué vale enfadarse en la vida si luego, en el minuto final, pierde uno el alma por vivir en pecado?. Te invito a la serenidad, porque para llevar el buque informativo que manejas es necesaria la mano firme sobre el timón del gran tonelaje de agua que desplaza tu barco. Te invito a la sensatez, porque sin ella los seres humanos sueñan que lo que sueñan existe en la realidad, y viven de creerse sus propios sueños, y tú sabes que, según Calderón de la Barca, los sueños nada más que sueños son. Te invito a la madurez como periodista, sabiendo poner en juego en tu web, todo el gran conocimiento que adquiriste cuando en la facultad de periodismo te dieron los dos diplomas de doctor que cuelgas en la pared de tu casa. Te invito a que no te dejes engañar por tantos ladinos que circulan por el mundo del periodismo, para que nunca te enfades como ahora, pues no vale la pena hombre. Te invito a la convivencia con otros portales, con otros que escriben, con otros que informan, porque debes reconocer que todos tenemos derecho a vivir, por afición, o por nómina, a seguir usando el viejo oficio de escribir. Medita estas invitaciones, te curarán las heridas que te estás lamiendo tú solo, te darán calma y es probable que no vivas desde la frustración, sino desde una recia personalidad humana a la que tienes derecho por la edad y los estudios que has realizado en tu vida. Tomás de la Torre Lendínez

Comentarios
0 comentarios en “Te invito, Vidal
  1. Muy buen consejo, mosén Tomás, el que le da a quien en la Llanura de Palmaria conocemos los veteropalmaris como -perdóneme la expresión, si con ella falto a la caridad cristiana que debemos practicar en nuestra vida- «orondo telepredicador».
    Sin embargo, de nuestra pasada experiencia con él me permito decirle que no confíe usted en que le haga caso; antes al contrario, se volverá contra usted al haber puesto negro sobre blanco, alguno de sus más notorios defectos: el engreimiento que ostenta, la autocomplacencia y el más cerval odio a lo que pueda significar la Iglesia Católica, su jerarquía y sus miembros en general a los que acusa, como buen calvinista que es, de todos los malñes que aquejan a la sociedad española, y al atraso secular que padecemos en España, respecto a nuestra vida política y hasta social.
    Se deducello de la acendrada defensa que hace del personaje ginebrino que, por una apuesta de taberna ordeno la ejecución del español Miguel Servet en la hoguera, que parece que las hogueras inquisitoriales sólo las encendía la Iglesia Católia Apostólica Romana en España, cuando en todas partes cocían habas. Basta darse un paseo por el Louvre y su sala de los artilugios utilizados por la Inquisición francesa, la de la matanza de los hugonotes en la noche de san Barttolomé, de la que tampoco se habla. Fue el principal motivo de nuestro abandonop de su blog, en el que nació la «Llanura de Palmaria», cuyos miembros éramos los que lo sosteníamos en pie. Hoy, agostado el páramo en que se convirtió, está cerrado a cal y canto.
    Así, pues, mosén Tomás, no esper que Vidal haga caso a sus consejos y se alce nuevament como prtador de la única excelencia y buen hacer informativo y de opinión, cuando no es sino uno más de los que a diario conforman la legión de buenos periodistas comousted, junto a lapléyade de ganapanes de rotativas y emisoras de radio y televisión.

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