Solución católica

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Un joven chino se ha cortado la mano izquierda para quitarse del vicio de la adicción a Internet. Antes dejó una nota a su madre informando de su decisión. El hecho lo ha realizado en un parque sobre un banco. Más tarde, tomó un taxi hasta el hospital cercano, donde le repusieron su mano cercenada, aunque los médicos dudan que pueda moverla con normalidad. En el mundo hay 420 millones de personas adictas a Internet. Solamente en las tierras chinas están 24 millones de ellos. La drástica solución de este joven es plenamente suicida. Si todas las aficiones desmedidas existentes entre los seres humanos tuvieran como solución la mutilación de las partes del cuerpo humano, el número de suicidios subiría como la espuma del jabón. Por ejemplo, los ladrones se cortarían las dos manos; los embusteros se arrancarían la lengua; los pederastas se quedarían sin el pene; los mirones se vaciarían los ojos; los ludópatas se romperían los bolsillos; los alcohólicos cercenarían sus gaznates; los toxicómanos…..los lujuriosos….los perezosos,….El caos sería general en el hospital. Nunca las soluciones drásticas y sangrientas son el camino de solución de nada, aún menos cuando se trata de reeducar la conducta humana desviada hacia las derivaciones producidas por la propia mente de las personas que componen la sociedad. Las pautas conductuales de nuestros días nos llevan hasta la ciencia psicológica y psiquiátrica como la vía razonable para sacar de adicciones esclavistas a los individuos que caen el abuso desmedido de tales o cuales aficiones o vicios destructores de la identidad humana. Para los católicos, por el contrario, existe otra puerta de solución cuando se encallejonan los deseos e impulsos morales. Ese Camino se escribe con mayúscula, porque es el mismo Cristo, quien se presentó como el sanador de los males del cuerpo y del alma, porque en el fondo todas las desviaciones adictivas son muestras de tener un alma en pecado, en enemistad con uno mismo, con los demás y con el mismo Dios, cuya presencia está en el alma que él mismo nos regala desde el primer momento en que fuimos concebidos por nuestros padres. Somos cada uno cuando tenemos el uso normal de la razón o entendimiento, una de las potencias del alma, los que vivimos con plena libertad de juicio, o entramos por las muchas puertas giratorias, o vicios, que nos ofrece la sociedad, o pasamos de todos los anuncios luminosos y reclamos a perdernos en una pendiente inclinada y sin frenos. Una vez más concluimos que la oración al Señor es la mejor herramienta para no coger instrumentos de suicidios por partes o de modo total. Esa oración que nos lleva a buscar ayuda solamente en Dios, antes que coger cuchillos de cocina, u otros elementos que lleven a desaparecer nuestros cuerpos y almas de la escena de la vida. Tomás de la Torre Lendínez

Comentarios
0 comentarios en “Solución católica
  1. Indudablemente la postura del joven chino no es sino una muestra de exceso y desesperación ante la vida. Nada debe superarnos como seres humanos y hemos de controlarnos. No siempre es fácil.Recordemos a Orígenes que,interprentando mal el mandato divino de los célibes se castró.
    El Señor está ahi,muchas veces es nuestro orgullo y desesperanza(como le sucedió a Judas)el que nos aparta de su mano tendida. Un abrazo,don Tomás.

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