Mañana acudiremos a votar, sano ejercicio para la musculatura de la democracia, siempre que se acuda con sensatez, responsabilidad, educación y mirando al bien común de la sociedad española. De la etapa anterior y en ella se reverdecieron dos actitudes clavadas en el corazón del españolito que viene al mundo, o en el mundo vive: la venganza y el odio. Venganza nacida de una legislación inicua, doctrinaria y revanchista. Odio entre miembros de la misma familia, entre vecinos de la calle, entre pueblos, entre regiones. Quien acuda a votar con venganza y odio en su corazón mal negocio hará para él y el resto de ciudadanos que no quieren venganza contra nadie, ni sienten odio contra el hermano. Quien vaya a poner su voto sin venganza ni odio, solamente dispuesto a limpiar una sociedad corrupta, el resultado para su conciencia será diferente. La abstención es para los cobardones, los asustadizos, los comodones. Por lo tanto, con la Doctrina Social de la Iglesia, en la mano, mañana hagamos la gimnasia de ir a votar sin venganza ni odio. Será buscando el bien común de un pueblo que se merece vivir en paz, y libertad de elegir entre el bien y el mal. Tomás de la Torre Lendínez
Sin venganza ni odio
| 23 mayo, 2015
Con sinceridad,con diligencia,conscientemente. Y luego,mañana,a seguir en la brecha defendiendo lo verdadero. Un abrazo,don Tomás.
El «odio» se fomenta y se cultiva desde arriba, es incomprensible la dinámica sociopolítica que se ha instalado históricamente en Cataluña o en el País Vasco por ejemplo, que sufren muchos de sus habitantes, y que cuenta con apoyos muy lamentables desde la Iglesia. Lo que pasa en España no es normal , nunca lo ha sido.