En España no está de moda ser católico. Aquí con el rollo de la Alianza de Civilizaciones cada vez vamos para atrás. En Logroño, existe un alcalde socialista que ha hecho un calendario con todas las fiestas árabes y ha ‘olvidado’ las católicas. Por tierras catalanas, varios árabes han pedido a los alcaldes de los pueblos, donde viven en comarcas léridanas, que en las pisicinas municipales hagan la correspondiente separación para hombres y mujeres.
Por la red circula un llamamiento a la adherencia a un partido islamista que se presentaría en las municipales del año próximo y están convencidos que barrerían en votos en la circunscripción donde se presenten.
En la Unión Europea, los masones y los grupos de presión correspondientes, insertos en partidos socialistas, aunque se llaman ‘democratas’, van a perpetrar lo de hace unos años: una mujer católica no puede ser comisaria de la Unión por ser católica nada más. Vean y lean la noticia pinchando aquí:
Está claro que ser católico no está de moda. Es un impedimento para ejercer la política decente y democrática. Mientras, en el parlamento portugués se le pega otra patada a la familia, legalizando el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En España desde ayer, que se aprobó en el consejo de ministros, las inscripciones en el resgistro civil ya han desaparecido los conceptos: padre y madre. Ahora aparecen: progenitor A y progenitor B.
Pero lo que más me preocupa es que cuando otro partido llegue al poder no cambiarán absolutamente nada de los desmanes legales, que recubiertos con el barniz de derechos ciudadanos, están perpetrando los miembros del partido socialista que ahora está en el poder.
Las razones son las de siempre: ser figura en el paisaje; no tomar decisiones políticamente incorrectas; los históricos complejos de la derecha; desear que les perdonen la vida; y porque desean ser un partido ‘pa ayudar’. Y nada más.
Da pena ver el presente y futuro de la sociedad española y europea, porque ser católico no está de moda. A los islamistas otro gallo les está cantando.
Tomás de la Torre Lendínez
