Tal como escribía ayer el diario ABC al obispo anterior de Lérida monseñor Ciuraneta le entregó dinero la Generalidad de Cataluña por retener los conocidos como «bienes de la Franja», un centenar de obras de arte de parroquias aragonesas que permanecen en el Museo Diocesano ilerdense a pesar de existir sentencias firmes de la Iglesia que obligan a devolverlas a sus legítimos propietarios. Los fondos fueron entregados en los años 2002 y 2003.
Ante semejante noticia, que nadie ha desmentido, es necesario que el actual obispo de Lérida monseñor Piris se deje de hacer el figurante de un teatro y tome definitivamente una decisión que está esperando toda la Iglesia en España.
Tal decisión puede tener dos vertientes a mi entender: ponerse de parte de la propia Iglesia y el Papa; o situarse de parte de la Generalidad catalana.
En este litigio, el obispo Piris, presidente actual de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social, dependiente de la Conferencia Episcopal Española, está tomando la postura de don Tancredo: desea estar bien con Roma y a la vez con la autoridad regional de Cataluña.
Las dos fórmulas son imposibles de mantener. El obispo Piris no puede rendir culto a la religión nacionalita catala. Y luego ponerse, como obispo católico, a cumplir su obediencia al Sumo Pontifice.
Debe plantearse dar a Dios lo que es Dios y al César lo que es del César. El asunto de los bienes artísticos de la Franja huele a podrido.
Monseñor Piris es el heredero de esta situación y, tras las revelaciones de ayer del ABC, debe ser valiente y actuar con una clara determinación.
Aún le queda otra salida airosa: dimitir de su cargo de obispo de Lérida para no ser tachado de tapadera de un litigio donde el olor al dinero recibido por su antecesor desde la Genealidad, todavía humea y huele por toda España.
!Sea valiente, monseñor Piris¡. No viva encima de una cuerda floja sostenida por la Santa Sede y la Generalidad. El testimonio que está dando no edifica a la Iglesia Católica.
Para saber más haga clic aquí.
Tomás de la Torre Lendínez