Se va el caimán

Cuando llega un día esperado mirado desde atrás es la fecha de despedir al caimán: “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo a ser como metal que resuena, ó címbalo que retiñe. Lo contrario a este mensaje es el caimán. Y, si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad, nada soy. Lo contrario a este mensaje es el caimán Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve. Lo contrario a este mensaje es el caimán. La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha. Lo contrario a este mensaje es el caimán. No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal; Lo contrario a este mensaje es el caimán. No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad; Lo contrario a este mensaje es el caimán. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Lo contrario a este mensaje es el caimán. La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada; Lo contrario a este mensaje es el caimán. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; Mas cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte será quitado.» Lo contrario a este mensaje es el caimán. Nadie llora al caimán cuando se marcha. La historia lo juzgará. Tomás de la Torre Lendínez