Salvador Dalí, el gran marginado por los separatistas catalanes

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El día 23 de enero se han cumplido 25 años de la muerte de Salvador Dalí, el gran pintor catalán que se sintió español hasta la muerte. La persecución del nacionalismo catalán hacia su figura se demuestra en que no tiene una calle dedicada en Barcelona, capital abierta culturalmente hasta que llegaron los actuales dirigentes y directivos del nacionalismo separatista. Salvador Dalí y Doménech: pintor, escultor, escenógrafo, escritor, genio polifacético, ampurdanés, excéntrico y marqués. De Figueras se fue a estudiar a Madrid, donde intimó con Lorca y Buñuel. Fue expulsado de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando por afirmar que no había nadie en ésta en condiciones de examinarlo. En París conoció a Picasso y vivió con los surrealistas. Creó el método paranoico-crítico, el cual, según se decía, “ayudaba a acceder al subconsciente, liberando energías artísticas creadoras“. Rompió con su padre violentamente. Se casó por lo civil con Gala, una inmigrante rusa 11 años mayor que él. Evitó la Cataluña de Companys. Escandalizó a Nueva York cuando se presentó a un baile en su honor llevando una caja de cristal colgada sobre el pecho con un sostén dentro. Expulsado en 1934 del movimiento surrealista por su negativa a adscribirse a las ideas políticas de izquierda, declaró solemnemente: “Yo soy el surrealismo”. Días más tarde se presentó a impartir una conferencia en Londres con traje y escafandra de buzo, sosteniendo un taco de billar y con dos sabuesos rusos. Se dice que un fraile italiano le realizó un exorcismo en Francia en 1947: Dalí le regaló agradecido una escultura de Cristo crucificado. Una mañana lanzó una bañera contra el vidrio de un escaparate en Nueva York por no respetar su idea creativa: el juez le absolvió por entender que fue una protesta “en defensa de sus derechos de autor“. Siempre en las vanguardias artísticas, cultivó la holografía e integró en su obra el ADN y el hipercubo, participó en un anuncio de chocolates Lanvin y diseñó el famoso logotipo de Chupa-Chups. Andy Warhol le reconoció como una de las influencias más notables del pop-art. En la posguerra Dalí se acercó más al catolicismo. Regresó a España en 1949, en pleno Franquismo. Su hermana Ana María había sido torturada en las chekas de Companys y ERC durante la guerra. Se casó con Gala por la iglesia y pintó la “Crucifixión”. Aquejado de Parkinson fue visitado varias veces por Juan Carlos I, declarado admirador suyo. Siempre se sintió muy catalán y español. Son muy recordadas sus últimas palabras en televisión, con voz débil pero emocionada, un homenaje a lo que más quería: “Els genis no tenim dret a morir, perquè fem falta pel progrès de l’Humanitat. Viva el Rei, viva Espanya, viva Catalunya!”.El 23 de enero de 1989 le llegó la muerte mientras escuchaba una ópera de Wagner. La estima que le tiene España toda crece con el tiempo. El año pasado se organizó una monumental exposición de su obra en Madrid: las colas rodeaban el museo. En prueba de la mezquindad nacionalista ninguna calle honra su recuerdo en la capital de su Cataluña natal, Barcelona. Dalí lo intuyó. Por eso quizás ignoró las zalemas de Pujol y legó su obra al Estado Español y no a la Generalitat. Una de las consecuencias de la independencia sería que toda su obra saldría de Cataluña. El inculto catalanismo separatista no advierte sus errores: éste es uno de los más grandes. Recordatorio Conozcan mi cuarto libro: La Iglesia en los nacionalismos vasco y catalán Ensayo-Memoria Ensayo-Memoria sobre la fuerza de la Iglesia Católica sobre el nacionalismo vasco y catalán en la historia hasta hoy CREDO EDICIONES ( 28.12.2013 ) € 19,80 Los pedidos se pueden hacer en este enlace: https://www.morebooks.de/?locale=es Tomás de la Torre Lendínez

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