ReL
17 enero 2017
Tener una discapacidad no significa que uno no pueda cumplir sus sueños ni llevar lo que se llama una vida normal. Es más, abundan los ejemplos de jóvenes con síndrome de Down que están completamente integrados en la sociedad aunque no interesa demasiado darles visibilidad puesto que en Occidente se permite que el 90% de ellos sea abortado.
Un ejemplo de este afán de superación ante las adversidades es el de Collette Divitto, una joven de 26 con síndrome de Down que quería trabajar en su sueño, la repostería, pero que era rechazada una y otra vez de todos los empleos. Al final cumplió su sueño y por todo lo alto y Europa Press recoge su historia:
El resto de la noticia está en el siguiente enlace:
¿ Y no han prohibido, como en Francia, este tipo de información laudatoria de las virtudes de los Down para no apesadumbrar a quienes los han abortado ? Bueno, casi mejor no darles ideas.