La bella diócesis de Palencia tiene una marca dificil de entender. Con el caso de hoy, don Esteban Escudero Torres, que se marcha a donde estaba antes, como auxiliar de Valencia, ya van dos obispos que salen pitando de la preciosa catedral, donde reposan los restos, en la Capilla del Sagrario, del Beato don Manuel Gonzáles, obispo de Palencia, antes de Málaga, fundador de las Hermanas Nazarenas. Salen pitando los obispos. Sí. El caso más sonado lo protagonizó monseñor Nicolás Castellanos, quien dejó la mitra palentina para irse hasta Bolivia como misionero, donde reside. Ahora, sale pitando monseñor Escudero, camino de Valencia a ejercer de auxiliar, cargó que ostentaba cuando lo nombraron para Palencia, desde donde llegó a sentarse en la cátedra de un templo bellisimos, como lo es la catedral de la capital castellana. ¿Qué tiene el obispado de Palencia para estas espantadas episcopales? Palencia acogió con los brazos abiertos a don Manuel González a quienes los republicanos habían largado de Málaga. En Palencia pudo el beato obispo de los Sagrarios abandonados formar su fundación que tantos beneficios espirituales y pastorales ha dado a la Iglesia Católica: las hermanas nazarenas, la institución de las Marías de los Sagrarios, los tarsicios… Palencia elevó a los altares a don Manuel, sobre el cual se está celebrando un congreso muy concurrido y valioso en estos días. ¿Qué tiene el obispado de Palencia para estas espantadas episcopales?. Sugiero a los protagonistas: monseñor Castellanos y monseñor Escudero que lo cuenten. Así el próximo obispo palentino sabrá a qué atenerse antes de llegar a esa sede. Tomás de la Torre Lendínez
¿Qué ocurre en el obispado de Palencia?
| 07 mayo, 2015
Cientos de sacerdotes muy viejos (todos cantaron misa en latín) que cojean, sin nada que acredite que son curas, hablando del tiempo, del frío y del calor. Tiraron los preciosos comulgatorios de mármol o de madera a la basura y dan la comunión en la mano a los asistentes a misa, es decir viejos feligreses que se casaron con ceremonia en latín. Activos colaboradores de Castellanos ven como una de las diocesis antaño más ricas en vocaciones no tiene ninguna (El último, joven y puertorriqueño). Montones de edificios llenos de seminaristas y novicios en 1965 están ahora totalmente vacios, sirviendo de reunión una vez al año a cursillos de la joc y la jec sobre talleres de actividad sexual para parejitas, vida sexual para gays y trans, etc. Luego ven que los jovenes han desertado en masa de la iglesia y se muestran extrañados. Pero si les dabamos chorizo el viernes santo, les dejabamos fornicar y les deciamos que no habia que ira a misa el domingo!! Que lo importante es vivir y dejar vivir!! Decía un cura con aspecto de viejo sindicalista. Así luce el pelo de la diócesis palentina.
La verdad es que se plantea una interrogante importante y
a la vez una pregunta: ¿Tan difícil es esa diócesis para que sus prelados salgan pitando?.
Un abrazo,don Tomás.
Plantea usted la gran pregunta, ha dado en el clavo que explica la sucesión de obispos y la decadencia generalizada en la que se encuentra la diócesis de Palencia: ¿Qué ocurre en Palencia?
En la respuesta podemos encontrar algunos ingredientes: ha sido un clero muy numeroso en una diócesis muy pequeña (actualmente 160.000 habitantes). Muchos sacerdotes han atendido durante 10, 20, 30 años, una o dos parroquias, un total de 200 o 500 habitantes. La diócesis tiene 440 parroquias, eche la cuenta. Población tremendamente dispersa y envejecida, con lo cual la pastoral es puramente tradicional y sacramental, de mantenimiento.
La formación de los sacerdotes es muy deficiente: ya antes de Nicolás Castellanos se hizo una purga en el Seminario y en puestos clave del Obispado a sacerdotes que en aquella época (años 70) acababan de venir de Roma, París, Alemania… con la teología bien aprendida. Normalmente la interpretación más radical del Concilio, que luego se aplicó en el Sínodo Diocesano. Todos los sacerdotes ordenados en los últimos 40 años (la enorme mayoría) visten de seglar y son lo que podemos decir a grandes rasgos ‘progres’. Sin posibilidad de renovación, puesto que ya no hay vocaciones. El clero está dividido, es perezoso y un sector muy importante está y estará en contra del obispo, venga quien venga, a menos de que Nicolás Castellanos se clone y regrese. Esto lo han padecido todo los obispos: Ricardo, Palmero, Munilla y ahora Escudero.
Ahora la situación es ya insostenible: el clero está envejecido y desmotivado, no quieren asumir nuevos cargos o traslados, no quieren hacer otra pastoral distinta y misionera… Aunque se consideren progres, llevan a cabo una pastoral absolutamente conservadora, de cristiandad, en los pueblecitos pequeños. La ciudad está desatendida; es necesaria una reestructuración y redistribución urgente del clero. No hay Delegación ni delegado de Pastoral Juvenil, ni Vocacional, ni Universitaria… Don Esteban, que ha sido un buen obispo (aunque con poco carisma) y reformador (ha puesto orden en el Seminario, el Cáritas, en la Hospitalidad de Lourdes, ha redactado infinidad de Convenios y Estatutos porque había un gran desorden en muchos ámbitos, ha impulsado la Formación Permanente y la formación del laicado)… Pero se ha encontrado con un muro de silencio y pasividad entre la mayoría del clero, que sigue teniendo sus líderes paralelos y sus espacios de encuentro y reflexión paralelos a los de la diócesis.
Un panorama muy desalentador. Algún otro lector puede completar esta descripción.
En tiempos de Franco estuvo en Palencia el gran Obispo Souto Vizoso, que dio gran esplendor a la Diócesis y posteriormente Monseñor Anastasio Granados, que había sido auxiliar del Cardenal Pla y Deniel en Toledo. Sin ningún problema. Lo de Palencia empieza en los 80. Creo que es una Diócesis que no ha digerido el Concilio y lo ha entendido al revés.
También mons. Palmero y mons. Blázquez se marcharon aliviados. Palencia tiene un clero insoportable y paleto…