Un gran amigo lector me envía la opinión encontrada en la Red, según la cual, parida de una gran calabaza, en España no se quería al papa Pablo VI. Busco los antecedentes de esa lumbrera o luminaria intelectual y tras hartarme de reír, descubro que por aquellos años vestía calzón corto en las escuelas del tardofranquismo. Al papa Pablo VI lo trataron todos los obispos españoles que estuvieron en el Concilio, entre los cuales había uno del cual poseo una carta felicitándome por mi ordenación sacerdotal, en la cual me dice lo siguiente: «Desde su elección al solio de San Pedro, el Papa Pablo VI ha sido uno de los mejores amigos de los obispos españoles. Con razón fue el motor del Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona, celebrado en el año 1952, cuando trabajaba como sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano. Por otra parte, durante los años que permanecimos en las sesiones conciliares, supo comprender que los obispos que habíamos llegado desde España éramos hombres sencillos, pero un tanto encerrados en la tierra peninsular o insular española, dado el poco movimiento de ideas organizado por la cerrazón ideológica del régimen de Franco. Seguramente, quien ha presentado una imagen alejada del papa Montini sea la propaganda del propio Estado Español, quien tuvo que verse ante la petición de clemencia a la hora de varias víctimas de la pena de muerte, juzgadas y ejecutadas por los servidores del régimen…» Aquí está la clave de la situación: Pablo VI fue presentado como un pontífice alejado de España por el sistema político de aquellos años, sembrada esencialmente entre los movimientos intelectuales de izquierdas que aspiraban al cambio democrático que luego se produjo. Pero, el pueblo llano español, el que salía del subdesarrollo, el que se montaba en un Seat 600 por primera vez, el que comenzaba a irse de veraneo a las playas, el que vibraba ante la música inglesa del grupo de Liverpool y la moderna imitación española…ese pasaba de esas paparruchas, que tanto atormentan al calabazón pensante que ha soltado semejante «boutade». Aquí le dejo el testimonio del buen obispo, que hoy descansa en la paz del Señor. No le servirá para nada porque está muy poseído de su «sabiduría», pero a los amigos lectores les recordará que fue tal como lo narro, y a los no iniciados aprenderán a desmentir tontadas como la alumbrada por un iluminado que debía estar en una casa de reposo mental. Tomás de la Torre Lendínez
¿Pablo VI no era querido en España?

| 22 febrero, 2016
No sabía que el entonces prosecretario de Estado monseñor Montini favoreciera tanto la celebración del XXXV Congreso Eucarístico Internacional (el primero después del paréntesis de 14 años impuesto por la II Guerra Mundial) en Barcelona, mi ciudad natal. Un dato que me hará querer y admirar todavía más al beato Pablo VI.
El Congreso tuvo lugar a finales de mayo/primeros de junio de aquel año y yo nací en octubre. Tal vez «asistí» a este acontecimiento porque mi madre, recientemente fallecida, guardaba cierto recuerdo de haber estado presente en la «statio orbis» o misa conclusiva. Entre los ordenandos del Congreso (creo que fueron 800, la ordenación más numerosa jamás habida) estaba un sacerdote, también fallecido, del que me hice muy amigo y fue el primero que, a mis 13 años, me autorizó a hacer las lecturas (entonces se decía «leer la epístola») de la misa.
Querría mucho a España, pero los nombramientos episcopales que hizo, empezando por el nefasto nuncio Dadaglio, demuestran que la quería hundir y lo consiguió.
O sea, quería a los españoles, pero sus obispos están atrasados. Tarancón, puesto por él, al contrario estaba muy adelantado y con su idea de » apertura», o sea, toma comunistas, consiguió que el aborto se instalase sin contestación alguna en nuestra sociedad. Está claro que aquellos obispos tenían ideas poco europeas. Y en cuanto a la democracia, es ese régimen que en ninguna parte te aprueba una norma favorable al pensar de los católicos.
¿ Pidió Pablo VI no ejecutar a asesinos de otros países, Estados Unidos, China o Rusia, por ejemplo?
¿ Tuvo o no el gran acierto de nombrar para obispos vascos y catalanes a gente, ora defensora de asesinos etarras, ora independentistas?
¿Al decir que los obispos españoles no estaban influenciados por el ir y venir de ideas europeas quiere decir que hace falta estar mas en el mundo, no se, como las relaciones prematrimoniales, el aborto, el divorcio o como los jesuitas estos chilenos, estar a favor de la homosexualidad?