No mojarse, y fue seminarista

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P.J.G./ReL El polémico jurista español Baltasar Garzón, que en su momento inició famosos procesos internacionales sobre acusaciones de «crímenes contra la humanidad», ha escrito un artículo de mil palabras en el diario laicista El País, sobre el genocidio de los armenios a manos de los turcos hace cien años. Aunque condena este genocidio y pide a Turquía que lo reconozca y compense, el artículo es destacable porque no usa ni una sola vez la palabra «cristianos» para referirse a las víctimas de las matanzas y exterminios de hace un siglo. Sigan leyendo en Religión en Libertad, el resto del artículo, pinchen en el enlace: http://www.religionenlibertad.com/garzon-dedica-mil-palabras-al-genocidio-armenio-en-el-pais-sin-42083.htm

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0 comentarios en “No mojarse, y fue seminarista
  1. Este sujeto tiene una calaña moral nauseabunda. Cuando la Guardia Civil descubrió la nave del zulo donde se encontraba Ortega Lara, le tocó a el como juez de guardia o de turno. En cuento los indicios cuadraron, se lo presentaron al juez y este ordenó la entrada y registro de la nave. Ustedes se acordarán que el zulo era un prodigio de ingeniería oculto dentro de una enorme máquina herramienta, y por tanto dificilísimo de localizar. La Guardia Civil se afanaba en encontrarlo sabiendo que si no conseguían dar con el escondite, Ortega Lara Moriría porque ningún terrorista iba a ir a alimentarlo sabiendo que la nave estaba localizada y probablemente vigilada. Al principio Garzón estaba radiante, puesto que liberar a Ortega Lara, aunque en realidad fuese un trabajo de la Guardia Civil, lo iba a presentar como un logro suyo. El sabía capitalizar en la tele y en los telediarios el exito, y este era uno de los gordos. Sin embargo el tiempo pasaba, la Guardia Civil sabía que el secuestrado se encontraba allí, pero no daban con la abertura del escondrijo. Garzón en cuanto paso una hora se cansó, y empezo a meter presión a los guardias, diciéndoles que si no lo localizaban tendrían que dejarlo, aun sabiendo que eso era firmar la condena a muerte del secuestrado. Lo que yo expreso como presión, los guardias civiles que estuvieron allí lo definieron como dar por culo y agobiarles, cuando bastante agobiados estaban ellos por saber si fracasaban Ortega Lara moriría de innanición. En medio de la tensión y de las presiones del juez, finalmente encontraron la abertura del zulo, el sinverguenza de Bolinaga, no recuerdo si se desmayó, o se meo en los pantalones, porque eso le condenaba a una pena de carcel segura, y de repente Gazón entró en una euforia intensisima. Estaba arrobado, y empezó a decir, sin poder contenerse, ¿Verdad que habeis esperado a que yo estuviese de guarda para presentar el caso, verdad? El Capitan que mandaba el operativo, se quedó perplejo, pensando que jamas haría una cosa así, puesto que habiendo un secuestrado, lo que cuenta es liberarlo lo antes posible, y mas cuando llevaba tanto tiempo. Desde luego el caso se presenta profesionalmente, cuando los indicios concuerdan logicamente, y no para satisfacer el ego de ningún juez. El capitán se calló, mordiendose los labios para no contestar lo que pensaba al juez de instrución porque se encontraba tipificado en el código penal. Este es el señor Garzón. Tambíen amante de los viajes gratis total, y de escribir cartas a banqueros a los que tiene que juzgar pidíendoles que le subvencionen cursos de miles y miles de euros. Tambíen es el mismo que se guardó el caso Gal, y se metió en política con el PSOE, y como dijo no se si Bono o Carmen Romero, Felipe Gonzales no tuvo que esforzarse mucho para convencerlo.
    Y ese señor en cuanto no le dieron el cargo que quiso, entonces volvio al juzgado a desempolvar el caso Gal, y curiosamente se dedico a intentar meter en la carcel al que le había negado esos cargos políticos. Es increible pero real. Este es el sujeto que veía amanecer, Pilarcita Urbano Dixit. Probablemente nunca el llegó a mas, aunque sea a base de falacias, ni ella a menos a base de eludir realidades incómodas, pero ya se sabe no hay que dejar que la realidad te estropee un buen titular o un buen libro como el de «….yo indague el 23 F». En cualquier país serio tanto este juez estrella como su hagiógrafa estarían tan desprestigiados que supondría una muerte social.

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