Muertes en París

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Los sucesos de París han colocado en el mostrador de los noticiarios de prensa, radio y televisión, un viejo problema: la conciliación entre la libertad de prensa y la libertad de cultos. Ambas están en el arco de los actuales derechos humanos, pero ninguna justifica los asesinatos de nadie, porque ninguno puede tomarse la justicia por sus manos. El semanario satírico francés, cuyos trabajadores han sido ejecutados vilmente, tomó un camino lleno de espinas: poner como centro de sus sarcasmos la religión islámica, y alguna vez a la católica. Esta última nunca usa la violencia contra nadie cuando siente herida la piel de la fe de millones de católicos. Calla, protesta o acude a la Justicia. En el islamismo, el asunto es al contrario, el fanatismo, envuelto en la llamada “guerra santa” coránica, produce los famosos mártires que se inmolan libremente para defender su creencia religiosa, a cuya sombra han crecido los terroristas asesinos de la prensa parisina, cuando ha sido la acogida de la tierra francesa la que sacó a sus padres de la Edad Media, que es como aún viven el resto de países árabes, donde la legislación es la coránica y nunca un código penal de corte occidental. Los culpables de la masacre son la segunda generación de chicos nacidos en la misma Francia, educados en los liceos del país vecino y ciudadanos poseedores de todos los derechos y libertades iguales a los demás franceses. Aprovechando la libertad de circulación de personas han ido a países árabes donde los han instruido militarmente, y les han borrado cualquier atisbo de respeto a los cánones de convivencia occidental, produciendo unas alimañas capaces de matar impunemente por sus creencias religiosas ancladas en el medioevo. La religión islámica no ha dado, aún, y supongo que nunca, el giro que emprendió la Religión Católica en pleno siglo XVI con todo el asunto de la Reforma. De aquellos años duros de guerras de religión, y tras el Concilio de Trento, la Iglesia Católica evolucionó hasta llegar al planteamiento actual, en el cual la legislación civil está absolutamente separada de la religiosa. Los púlpitos no legislan, lo hacen los parlamentos elegidos democráticamente por el pueblo en las urnas. El día que nazca un Lutero, Calvino, Enrique VIII, o algún personaje similar y remueva los cimientos de la religión islámica y mantenga la legislación coránica en el libro, y el parlamento haga un código civil y penal para el entendimiento entre los ciudadanos libres e iguales, entonces, solamente entonces, comenzará a hablarse de un islamismo racional, dialogante, pacifico, tolerante, y actual. Hasta que ese día amanezca, los sucesos de París seguirán ocurriendo en todo el mundo, porque nunca es posible vivir ciegos dentro una religión creadora de fanáticos ciegos Tomás de la Torre Lendínez

Comentarios
17 comentarios en “Muertes en París
  1. Buenas noches don Tomás, ¡Tanto tiempo!

    Estoy de acuerdo en su comentario, sin embargo, permítame disentir en algo:
    Los musulmanes, entiendo se dividen en sectas., todas ellas parecen interpretar el corán, de acuerdo a como convenga a los intereses de sus dirigentes.
    O sea que mas bien son todos Luteros, Calvinos, y anglicanos..
    El cristianismo, en cambio, tiene una sola referencia que es el catolicismo. Los «Protestantes» se miden contra ese patrón, cuya sede es Roma.
    Los musulmanes, no tienen patrón de referencia, todos pueden ser buenos, o malos, según su propia, y particular interpretación.

  2. En desacuerdo con el artículo. Que el cristianismo sea una religión respetuosa con la dignidad humana se lo debemos a Cristo, su fundador, no a unos herejes (Lutero, Calvino, Enrique VIII) que se separaron de sus enseñanzas.

  3. Se dan varios hechos claramente definidos: Esa revista es como es,para mi gusto,una basura rodeada de progresía,pero eso no justifica en ningún momento el asesinato de nadie en nombre de Dios(menos aún).El islam no cambiará,don Tomás,así que va siendo hora que nos preocupemos de defendernos.
    Un abrazo.

  4. Maite C
    Hay que ser muy fanática para justificar y alegrarse de 12 muertes. Según su razonamiento los cristianos perseguidos en Iraq, Siria, etc por estos animales ¿también lo merecen?

  5. ese día nunca llegará pues si aparece un musulman que proteste seriamente de la yihad será eliminado, apedreado y muerto a los pocos minutos, acusado de blasfemo

  6. La única solución pasa por procurar la restauración de la Cristiandad. Es decir, que los poderes temporales proclamen a Nuestro Señor Rey de las Naciones.

    Lo demás es alargar la agonía.

  7. Yo condeno el atentado, pero también que se haga escarnio de las creencias religiosas de muchas personas. Sin embargo, no estoy oyendo a casi nadie, ni en la propia Iglesia, decir esto último.

  8. Ay señor , siempre igual, a las cosas más sencillas, diáfanas, claras de entender, esas que nos dejan ver el bosque le llaman: tópicos o demagogia osea para seguir haciendo el avestruz, y así le va a Europa. Pues nada los europeos seguirán preguntándose si son galgos o podencos … pues van a ser lobos.
    Con Jesús.

  9. Parafraseando a un comentarista con muy buen criterio.

    Esa asquerosa revista se burlaba del verdadero Dios, de la Santísima Trinidad, de la Santísima Virgen, del Niño Jesús, de S.S.Benedicto XVI etc. En general, hacía más burlas hacia el catolicismo, siempre soeces y blasfemas, que hacia el islamismo, solo que en estos tiempos la discriminación hacia el catolicismo es la única discriminación socialmente aceptada, y por eso así salgan mil mofas contra el catolicismo, todas pasan inadvertidas. Parece que esta vez Dios ha hecho justicia sirviéndose de los herejes para castigar a los blasfemos.

    Es la pura y dura realidad.

  10. El liberalismo masónico se empeñó en llenar Europa de moros para borrar todo signo de cristiandad. La Iglesia se apuntó encantada al experimento promoviendo la a confesionalidad de la política y apoyando el desmantelamiento de las milenarias naciones católicas.

    Y aquí está el resultado. Ahora todos, católicos, protestantes, masones, ateos, izquierdistas, somos objetivo de la yihad.

    Evidentemente, habría que expulsar a los musulmanes de Europa, restaurar la política cristiana y a continuación pedir cuentas a los responsables de lo que ha ocurrido en las últimas décadas.

  11. Ese día Don Tomás no lo veremos, para entonces no ya la Mezquita, que quieren regalarle los progres sociatas izquierdosos a los hermanos musulmanes, ya sabe «una religión de paz» según nos dicen; sino Andalucia, parte de España y de Europa será islámica, porque sin cristianismo aquí sólo queda el islán y los progres conversos.

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