Con razón San Pedro en una de sus cartas nos dice que el demonio, como león rugiente, no descansa dando vueltas alrededor de su presa buscando el momento de devorarla.
Hemos pasado el caso del obispo Reig Plá. Ahora le toca a una monja, Hija de la Caridad, llamada Sor María, de 87 años, que, presuntamente, está involucrada en un caso de la desaparición de una niña de la maternidad donde trabajaba por el año 1982.
Con esta situación se pretende ennegrecer la vida, en su recta final, de una mujer que afirma en una carta que ella solamente ha estado trabajando con los más pobres y humildes de la sociedad, como han hecho siempre las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Como puedo demostrar por haber sido capellán de una casa de dolor donde ellas eran enfermeras.
Otras que no pueden vivir tranquilas son las monjas de Iesu Communio, en su monasterio de La Aguilera, donde el partido socialista no les deja agrandarlo, ante el inmenso número de vocaciones que tienen estas religiosas, entregadas al trabajo de dulces y a la oración ante el Señor.
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El instituto religioso de Iesu Communio, criticado desde sus comienzos por la izquierda eclesial liderada por el llanero solitario, está dando un ejemplazo de primera marca a toda la Iglesia en España. No hacen daño a nadie, todo lo contrario, rezan por los que estamos en nuestras obligaciones diarias, y nos ofrecen sus dulces productos de repostería a través de la misma Red, fruto de su trabajo.
Van a ampliar el monasterio de La Aguilera; el partido socialista detiene el proyecto; los ecologistas graznan contra el equilibrio ecológico; y todo el asunto se detiene hasta ver que dice el juzgado correspondiente.
¿Cuántos chalet, casoplones, palacetes y similares levantan los políticos socialistas y populares para sus familias y allegados al pesebre, sin los requisitos urbanísticos correspondientes?.
¿Por qué motivos a las monjas de La Aguilera no se les permite construir y se les lleva a un juzgado, si no han cometido ningún delito?.
El asunto de Sor María está aquí.
El caso de las monjas de Iesu Communio aparece aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
NOTA:
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