«Allí estaban Juan José Omella y Fernando Fuentes, como dos convidados de piedra. Porque casi todas las preguntas fueron para el portavoz y, porque éste, remataba todos los balones, incluso los que abordaban temáticas sociales. ¿Qué les pasa a los secretarios-portavoces que, una vez que toman posesión de su cargo, se creen los únicos bien preparados para responder a los periodistas y hacerse presentes en los medios?» Estas líneas llevan la firma del «fenomenal, fantástico, insuperable» Vidal, quien dentro de su luna de miel con el portavoz episcopal le suelta lo anterior, con lo que rompe su romántica aventura en común desde que el propio portavoz saliera elegido por la plenaria de los obispos españoles, porque siempre era mejor que el anterior a quien tachaba de despacha gentes de la prensa a toda cebolla. Ahora le llama: «creerse los únicos bien preparados para responder a los periodistas y hacerse presentes en los medios». Vidal, hombre, que has roto tu linda luna de miel con el portavoz episcopal. ¿Acaso, has olvidado que un portavoz es el que habla en nombre de los obispos siempre? ¿Acaso, has olvidado que un portavoz sí sabe de todo un poco para que el resto de obispos no tenga que ser interrogado por ti y tus amiguetes periodistas? ¿Acaso, has olvidado el fracaso que tenías con Martínez Camino, y el actual portavoz ya no te gusta? ¿Acaso, tú crees que van a pedirte a ti consejo para saber cómo tiene que ser la acción de la comunicación dentro y fuera de la Conferencia Episcopal Española?. Tómate un vaso de tila, Vidal, no la emprendas contra el actual portavoz, porque de lo contrario vas a perder la cabeza, algo que necesitas para que tus negocietes sigan funcionando. Tomás de la Torre Lendínez
Luna de miel rota
| 04 mayo, 2015
Coincido con Vidal en un punto; el documento publicado por la CEE ha gozado de escasa visibilidad en los medios. Lo demás, son florituras de periodista.
Vuelvo a decir que muchos añoramos a mons. Juan A. Matínez Camino SJ porque era ejemplo de moderación,saber hacer y discreción. Un abrazo,don Tomás.