Desde la acampada de la Puerta del Sol se ha puesto de moda la palabra: indignación. En los medios populares y en los informativos ha calado fuerte, para referirse a los indignados, el concepto: perroflauta, que no se encuentra en el Diccionario de la RAE.
Sin embargo, mirando hacia dentro de la Iglesia existen unos cuantos grupos compuestos por perroflautas, que están indignados, por ejemplo contra la Conferencia Episcopal Española a la que tildan de bunker; contra el cardenal de Madrid al que le señalan como amigo solamente de los ricos banqueros y empresarios; y contra otras personas e instituciones eclesiales.
Los perroflautas más cutres son los que están contra la JMJ. La atacan destacando el derroche monetario de esos días. La persiguen negándole el uso de los colegios madrileños como centros de acogida de los jóvenes. La detestan porque el cardenal de Madrid es ya la segunda JMJ que organiza y ésta vez le va a salir mejor que la primera que fue en Santiago de Compostela en 1989 con la presencia del Beato Juan Pablo II.
Estos perroflautas encuentran medios de comunicación que les bailan el agua, les publican sus soflamas indigestas, les destacan las frases más hirientes contra la JMJ y sus gentes, pero los pobres les pasa como a los perros ladradores que son poco mordedores. Nadie les hace caso.
En la red es donde más lugar encuentran para colgar sus desvaríos mentales. Alguno en particular lo hace con una viñeta a modo de chiste que maldita la gracia que tiene que es ninguna, porque está bien dibujada, pero alberga un pesimismo nihilista propio del siglo XIX, heredero de aquellos pensadores que patrocinaban el suicidio como la mejor medicina a una existencia vacía y un horizonte más negro que el carbón.
Típicamente español es que salgan los sindicatos en el baile. Están aburridos de su vida lánguida bebiendo y comiendo en el pesebre gubernamental. Les molesta que los colegios, que se construyen con el dinero de los impuestos de todos los españoles, incluidos los católicos, sirvan durante la semana de la JMJ para albergar a jóvenes del mundo entero que estarán en Madrid.
Para rematar la faena, anuncian que esperan que los actos previstos de la JMJ no signifiquen ostentaciones ni exageraciones. Cuando ellos convocan el 1 de mayo acuden cuatro gatos. Creerán que ante la presencia del Papa será lo mismo.
Estos perroflautas son unos incautos, pero albergan una mala idea contra la JMJ muy grande. Con estas manifestaciones tratan de intimidar a los jóvenes españoles y extranjeros a que no vengan a Madrid. Se van a dar con un canto en los dientes.
Dios mediante, la JMJ será un pleno éxito pastoral y eclesial.
Para saber más consulte aquí y, también, aquí.
Tomás de la Torre Lendínez
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Lean, por favor:
Campaña de oración por Cuelgamuros
Blog del padre Tomás
http://hal2.blogcindario.com/2011/06/00107-campana-de-oracion-por-cuelgamuros.html
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