En España, como es generacional, cuando un hombre de empresa muere, como es el caso del señor Lara, presidente del grupo Planeta, salen los buitres a pegar picotazos sobre la pieza desmadejada y sin vida del difunto, y de modo figurativo aletean sobre el fenecido soltando graznidos de envidia, odio, y venganza. El único obituario elegante, educado y ecuánime está firmado por mi amigo y maestro Juan Manuel de Prada, en el ABC de hoy. Como llevo toda mi vida metido entre las paredes de un instituto de enseñanza secundaria obligatoria, contribuyo al recuerdo del fallecido Lara, rememorando sus hombres. Esos profesionales que iban en la media hora del recreo matutino a ofrecernos libros editados por Planeta. Las reuniones tenían una tarjeta de invitación, y las hacíamos en la biblioteca, al final de las presentaciones nos daban un pequeño regalo como recuerdo del paso de ellos por el centro público de enseñanza. En los archivos de la empresa Planeta estará mi nombre, con toda seguridad, a no ser que hayan sido pisados por algunos piratas de la informática. Aparecerá en el área de clientes, porque a los hombres de Planeta he comprado un abundante número de libros dado ese vicio personal llamado bibliofília. Se encontrarán, en el archivo empresarial, las formas de pago aplazado que los hombres de Planeta nos ofrecían a los posibles compradores todos profesores del centro. Estos profesionales de ventas estaban cortados por el mismo patrón: trajeados, encorbatados, perfumados, sueltos de expresión linguistica, serviciales, inteligentes, y buenos vendedores de libros con el sello de Planeta. Siempre picamos los mismos docentes. O algún novato que llegaba ese curso y gastaba los primeros dineros que cobraba tras obtener su plaza por oposición. Los hombres de Planeta, me consta, que el departamento de recursos humanos, los preparaba con métodos actuales de ventas y convicción de la bondad y calidad de un libro, de una colección, de un conjunto de vídeos, de discos compactos…sobre Historia, Arte, Literatura, Religión….. Cuando las ventas de libros en papel comenzó a decaer, los hombres de Planeta dejaron de aparecer periódicamente por el instituto. Les echamos de menos. En un viaje ferroviario a Madrid, uno de ellos me reconoció, era el comienzo del verano de 2011. Confesó paladinamente que el futuro del libro en papel iba a pique, pero, afirmó cómo la empresa los había recolocado, ofreciendo jubilaciones anticipadas, poniendolos en otro departamento, de modo que los hombres de Planeta seguían vivos, aunque separados de viajar por los institutos españoles. Una figura, que hoy rescato de la intimidad de un centro docente público, creada por el grupo Planeta. Descanse en paz el señor Lara. Tomás de la Torre Lendínez
Los hombres de Planeta

| 02 febrero, 2015
Muy emotivo el recuerdo a los comerciales de Planeta. Pero, sin intención de ser un «buitre», que alguien me explique como un señor con las ideas de Lara editaba medios como Playboy, Avuí y La Sexta. Tanta incoherencia con la conciencia propia a mi me repatea. Que Dios lo tenga en su Gloria, pero yo no voy a ver un héroe en alguien que invertía allá donde había negocio, aunque fuera contra el bien común de España y, por lo que dicen, contra él mismo.
Es indudable que el sr.Lara(q.e.p.d) ha sido un empresario del libro que ha pontenciado la cultura. Tuvo su época de aceptación del nacionalismo,incluso de convivencia pero creo que en los últimos años ha vuelto a defender su españolidad que es su no sometimiento a los separatismos que son anticulturales.
Descanse en paz. Un abrazo,don Tomás.