El ruido en los medios de comunicación, días pasados, se oyó en todo el mundo. Unos creían que era una aberración; otros una bofetada; otros un capricho; los más sensatos sabíamos que el Espíritu Santo sopla donde y por donde quiere.
El paso de clarisas de Lerma a Iesu Communio era una obra de Dios. Y la prueba ya la tenemos, por escrito, y contada por las mismas protagonistas. El documento está en Zenit y se puede leer pulsando aquí.
Unido a esta hermosa historia de unas monjas enamoradas de Cristo, adjunto mi felicitación navideña a todos los lectores de El Olivo. Lo hago con un vídeo donde se escucha un villancico clásico.
Deseo a todos los amigos de El Olivo mi mejor consejo: Una feliz, cristiana y santa Navidad. Ojalá Cristo nazca en todos nuestros corazones.
Tomás de la Torre Lendínez
