Las cuentas eclesiales deben ser cristalinas

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Los gestores de la economía eclesial española están muy nerviosos. Una parte del parlamento han pedido que el Tribunal de Cuentas fiscalice el dinero recibido por la X de la renta de las personas físicas. Esta «intromisión» ha hecho saltar las alarmas de los encargados de los asuntos económicos, que han salido al ruedo de la opinión pública por todas las vías posibles.

¿Qué motivos les ha llevado a esta situación de nervios saltando por los aires?

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1.- ¿Aún no se han enterado en los órganos de la economía eclesial que la sociedad española ha cambiado de forma rápida y vertiginosa?.

2.- ¿Todavía no saben que determinados grupos políticos y ciertos políticos navegan entre aguas masónicas donde se gestan los golpes a la Iglesia desde hace siglos?

3.- ¿Aún consideran en los órganos de la economía eclesial que sus resultados de cuentas son aceptadas como «dogmas de fe inquebrantable» por parte de todos los españoles?.

4.- ¿Todavía desconocen aquella verdad popular que en lo concerniente a la economía hasta los santos se bajan de sus peanas?

5.- ¿Aún piensan en los órganos de la economía eclesial que con una información sin acceso a la sala de máquinas de la misma los que sospechan sobre tejemanejes se callarán?.

6.- ¿Todavía ignoran aquel refrán popular: «El que teme, algo debe»?

Por favor, señores gestores, sean valientes, si no tienen nada que esconder, si no tienen miedo a ser pillados en algún renuncio, si el parlamento les lleva al Tribunal de Cuentas acudan sin miedo.

Sería la prueba del 9 que las cuentas eclesiales son cristalinas. Los miedos y parapetos indican lo contrario.

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