Laicismo calculado y laicismo improvisado

Se cumple el primer aniversario de la subida al trono de España, dentro de unos días, del Rey actual, con este motivo, en este mismo portal, se apuntan las lineas de laicismo calculado que programa y cumple a rajatabla la Casa Real, desde el día que tomó las riendas de la representación de la alta función como Jefe del Estado Español, hasta el acto de la primera comunión de la futura sucesora de su padre hace unos días. Este laicismo es calculado, programado, conveniado, protocolarizado, y a ojos vistas. ¿Debe ser así?. Yo creo que no, pero si en estos tiempos se desea reinar las claudicaciones están a la observación de cualquier espectador neutral de la historia actual. Existe otro laicismo que es el improvisado, sobre todo durante estos días en que unas ciudades y otras de España, tiene lugar la procesión del Corpus Christi entre el pasado jueves y mañana domingo. En muchas localidades sigue acudiendo la autoridad local o regional en la comitiva procesional. Pero en otros sitios se están viendo unos cambios de chaqueta y levita y sombrero de copa, dignos de una película de Berlanga. Me cuentan que gentes del partido de los círculos morados acuden, sin avisar a los organizadores de la procesión del Corpus. Son personas electas en los comicios últimos, no han tomado posesión aún, pero deben aparentar ante la ciudadanía, ante el cura del lugar, o el obispo mudo de las diócesis españolas, que ellos son más católicos que nadie, aunque no practiquen su fe, o hayan soltado barbaridades contra la Iglesia Católica en los mítines de campaña. España es así de cañí. Lo ha sido en su historia pasada o en la actual. Siempre la figura del laicista improvisado con una vela en la mano procesionando tras un cura, para convertir la vela en un palo en la viñeta siguiente, cuando se vuelva la esquina. Así nos han pintado y así siguen siendo. Esto nos queda de aquella España que llevó misionando el catolicismo por todo un imperio donde no se ponía nunca el sol. Tomás de la Torre Lendínez