Hoy, si el tiempo no lo impide según el lenguaje taurino, se emitirá el programa Lágrimas en la lluvia, en Intereconomía TV, dirigido por Juan Manuel de Prada, en el que intervenimos cuatro curas para hablar sobre los curas en la Iglesia y la sociedad actual.
Exactamente, un sacerdote de Jaén, don José Araque Quesada, era encontrado muerto, el pasado viernes junto a su coche, cuando se dirigía a Úbeda, donde era párroco de San Pablo para celebrar la Eucaristía. Debió sentirse mal, se salió de la vía, y acabó muerto.
Hoy en este Blog y en el de más abajo lloro por dos sacerdotes a quienes conocí y traté. Uno es de la diócesis de Jaén, el otro de Almería.
Ayer recibía cristiana sepultura el sacerdote, don José Araque Quesada, párroco de San Pablo de la ciudad de Úbeda. En el mes de diciembre pasado celebró los cincuenta años del ingreso en el Seminario Menor de Baeza. Fue una reunión cordial y fraterna de todos los que entraron, siendo niños, deseando ser curas algún día.
El amigo y compañero fallecido vino al mundo en el pueblo de La Guardia, donde ayer fue enterrado, estuvo siempre junto al cura que por aquellos años regía aquella feligresía. Junto a él sintió la llamada del Señor para ser sacerdote. Estudió en Baeza, Jaén y en la Facultad de Teología de Cartuja, en Granada.
Fue ordenado de presbítero en el año 1973 en la Catedral de Jaén, por el entonces obispo don Miguel Peinado, quien lo envió, como primer cargo, de coadjutor a la parroquia de San Bartolomé, de Jaén, cuando era párroco don Antonio Ceballos, actual obispo de Cádiz.
Más tarde pasó como párroco de Carchelejo, y luego Santisteban del Puerto. Desde allí llegó a regir la feligresía de Santa María del Valle, en Jaén, donde introdujo la devoción a la Virgen del Collado, patrona de Santisteban, a petición de un grupo de fieles nacidos en el pueblo del Condado.
Volvió a tomar las maletas camino de Marmolejo, la ciudad del balneario, donde dejó una honda huella, que un sucesor ha dejado escrito en un libro para memoria de todo aquel pueblo.
Partió a San Pablo, en la capital de los Cerros, donde le ha tocado una etapa muy importante de su vida: la apertura al culto de la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares, tras más de treinta años cerrada por obras en su mantenimiento. Aquella jornada ha quedado clavada en la historia de la ciudad de Úbeda.
Atrás dejó el cierre al culto de la iglesia de San Pedro, y, en la hora de su muerte, se había quedado con San Pablo nada más, tras ser nombrado un rector de la iglesia de Santa María hace unos días.
Descanse en paz el gran compañero y amigo don José Araque Quesada, a quien conocí cuando ingresamos una tarde de otoño en Baeza llamados por Dios a ser sus servidores en el ministerio sacerdotal. Juntos, dentro del mismo curso, hicimos los estudios y fuimos ordenados sacerdotes.
Quiera Dios que esté gozando de su presencia por toda la eternidad. Los que todavía quedamos aquí rezamos para que su alma descanse en paz, esa paz que trasmitía su sencillez de cura cercano al pueblo, tal como pueden testimoniar todos los que han sido pastoreados por un buen sacerdote como don José Araque Quesada.
Esta tarde contemplando Lágrimas en la lluvia lloraré por mi compañero de curso y por el sacerdote almeriense del que más abajo dejo su semblanza biográfica.
Tomás de la Torre Lendínez
————————————————————-
Lean, si les parece:
Muere un cura almeriense que se ordenó tras quedar viudo
Blog del padre Tomás
http://tomas-de.blogspot.com/2011/07/muere-un-cura-almeriense-que-se-ordeno.html
————————————————————-