Las impactantes imágenes que coloca este portal en su noticia principal es para salir corriendo hacia Irak y alistarse a las tropas que combaten a esos majaderos islamistas autores de estos atroces crímenes contra los cristianos ressidentes en aquel país desde hace dos mil años. ¿Volvemos a la Edad Media o es que los valerosos guerreros islamistas radicales no han salido de ella? Las atrocidades perpetradas contra los cristianos iraquíes es para sacarnos los colores a todos los occidentales, empezando por los jerarcas eclesiales, siguiendo por los pastores y acabando con el último cristiano. Es cierto que el sucesor de Pedro está haciendo lo que puede con la diplomacia que es la única vía en sus manos. ¿Y los demás no podemos hacer nada más?. Cuando el Concilio Vaticano II afirmó que el mundo musulmán adora al mismo Dios de los cristianos, pero con otro nombre, cometió un error y un horror de considerables magnitudes, que estamos pagando los católicos de hoy. La secta árabe es eso, solamente una secta religiosa que pretende hacer lo mismo que le mandó el Corán y su interprete camellero Mahoma: matar infieles al precio de o te haces musulmán, o te machaco. Esto es lo que están haciendo en Irak los fanáticos pretendientes de implantar un estado islámico. Cuando Estados Unidos y sus corofeos, entre ellos España, invadió Irak con el señuelo de limpiar aquella tierra de armas de destrucción masiva, para implantar una democracia válida al nivel de los países occidentales, cometieron un descalabro tal que ahora pagan los inocentes habitantes cristianos que mal que bien vivían bajo el régimen del depuesto Sadam Huseín. El Papa, San Juan Pablo II, se opuso a aquella guerra hablando sólo en el desierto, porque el resto de la Iglesia no movió un dedo para nada. Ahora se están pagando las consecuencias. En las iglesias locales estamos, entretanto, mirando para otro lado y silbando dónde encontrar algún entretenimiento infantil y pasar los días que restan de vacaciones. En algunas están cerrados todos los servicios menos los puramente indispensables para que nada ni nadie estorbe el merecido descanso. ¿En qué parroquia, en qué Eucaristía, se pide, se ruega, por la paz en la tierra donde viven los cristianos de Irak? ¿Qué curas, en sus homilías, tocan este problema como parte de la fraternidad comunitaria a la que están colgando a uno de sus miembros en una cruz, como hicieron con Cristo en Jerusalém? ¿No dice, san Pablo, que el Cuerpo Místico de Cristo, se adolece y sangra, cuando a uno de los hermanos le hacen la bestialidad que expresa la foto adjunta? ¿Dónde están esas muestras de dolor, esas reprobaciones, y protestas que debían ser generales en toda la Iglesia desde Oriente a Occidente?. Aquí dejo hoy mi protesta, mi oración y mi corazón a favor de esos hermanos que mueren en el silencio de un desierto a manos de unos fanáticos islamistas colgados de una cruz, signo de salvación, desde que murió Cristo en ella, pero ahora señal de silencio para muchos católicos que prefieren la sombra para no tostarse al sol veraniego. Tomás de la Torre Lendínez
La matanza de Irak debe parar ya
| 18 agosto, 2014
Claudia: Tenga por seguro que desde su oración hace usted una oblación por ellos. Soy también un enfermo crónico pulmonar y de otras patologías,relativamente joven(59 a.)pero con unas inmensas ganas de aportar lo que pueda desde donde me es posible. Seguiremos pidiendo por esos hermanos y hasta por sus asesinos.
Un abrazo.
Mucho ruido y pocas nueces.
Yo daré un nota positiva. El dia de la Asunción y aunque solo éramos unas 15 personas, en una Parroquia del centro de Barcelona, si se tuvo presente el genocidio y se rezó por Irak.
El comentario de Margarita del S.C. es excelente. Lo suscribo de la cruz a la firma. Si señora haga siempre asi y abandonare al amigo Caminant, que tampoco tiene un pelo de tonto.
Dº Tomás sus palabras son acertadas y revulsivas a nuestro cristianismo cómodo y a medida. Hay que ser tolerantes, hay que tender la mano, hay que ser moderado, no herir sensibilidades y mientras tanto a los comprometidos cristianos que aman a Dios sobre todas las cosas se les puede matar, violentar al máximo, ofender en todo lugar donde se les declara «odio hasta la muerte». ¡Cuantos Cristos sufren pasión ahora mismo y nos lavamos las manos como Pilatos!. España sabe de los años que nuestros antepasados emplearon en liberarnos del islamismo y de las batallas para librar a Europa. Pongamos en jaque a la diplomacia mundial, ya está bien de sus petrodolares anticristianos.
PAX a todos
Llevo rezando el rosario desde que comenzo lo de Gaza y lo de Irak. No puedo hacer nada pues estoy en una silla de ruedas. Gracias por publicar este comentario.
Valiente post el de hoy. Estoy seguro que no ha gustado a los se señalan situados en la omision que es la silla mas comoda donde colocar las posaderas en verano. Cuando maten y persigan aqui, las voces se alzaran en contra. Mientras, la omision tranquiliza y narcotiza a mucha gente. Pobre gente, pienso yo.
Quienes cometen estos crímenes creen que están sirviendo a Dios porque actúan según una revelación hecha más de 600 años después de que Jesucristo predicara su Evangelio y que viene a contradecir toda la tradición judía y cristiana. Los musulmanes deberían preguntarse a quien están sirviendo realmente.
Lo que deberíais publicar son las fotos de toda la gentuza española que defendió la intervención en Irak, hace diez años, y el “destronamiento” de SAadam Husein, que protegía a los cristianos, y que luego ha apoyado también otras intervenciones de EEUU en la zona. Mucha de esa gentuza se está llevando mucho dinero de los católicos, colaborando en 13 TV y COPE. Poner las fotos de esos perros, cómplices intelectuales de estas masacres en Irak, Siria y otros países.
Ante semejantes asuntos cruentos no debe solamente hablar el obispo de Roma. Debemos hacerlo todos los católicos. Me sumo a sus intenciones, don Tomás.
Nuestros hermanos cristianos,sean de donde sean,están dando un testimonio de fe impresionante. Por desgracia,el islam está demostrando hacia donde va su deriva. Y a eso hay que ponerle freno.
Si somos un sólo cuerpo en el Señor hemos de demostrarlo.
Un abrazo,don Tomás.